El temor al hombre: un obstáculo para el pastor fiel

El liderazgo pastoral requiere temor de Dios, no la aprobación de otros. Solo así se forja un liderazgo íntegro.
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Cuando entré al ministerio pastoral, no sabía que mi trabajo sería decepcionar a la gente. Tendría que decirle a un joven que no estaba listo para el ministerio, aconsejar a una pareja que no debería casarse, informar a la iglesia que el pasaje a predicar significa exactamente lo que ellos no quieren que signifique. El ministerio pastoral está lleno de decisiones que decepcionan a muchos. Debido a esto, el ministerio pastoral es el peor lugar para aquel pastor que necesita la aprobación de todos.

El miedo al hombre y el ministerio pastoral

Este deseo pecaminoso por la aprobación de los demás es a menudo llamado “el temor al hombre”. Fuimos hechos para desear tanto relaciones afectivas, como ser aceptados en una comunidad o el favor de quienes tienen autoridad sobre nosotros. Pero el miedo al hombre multiplica y deforma estos deseos, creando un hambre insaciable por aplausos, honor y estatus.

En el liderazgo pastoral, este tipo de temor malo se percibe de muchas maneras. Hace que un pastor quiera desempeñar un buen papel en el púlpito, pero nunca predique desde él. Lo hace esconderse en su estudio con la luz apagada por miedo a toparse con cierto miembro de la congregación. Lo hace obsesionarse con lo que enorgullecería a su profesor favorito, tanto que se olvida de pensar qué necesita su congregación de él. Lo hace adicto a la fama o a la atención del internet. Lo hace ser susceptible a la manipulación de aquellos que pueden otorgar honor, dar vergüenza o ejercer presión.

Cada pastor lucha contra esto de diferentes maneras, pero el corazón de todos dice lo mismo: “Necesito la aprobación de otros para ser feliz”. Joven pastor, aprende a vencer el miedo al hombre ahora. Ahora, esto es fácil de decir, pero ¿cómo se puede lograr?

El deseo pecaminoso por la aprobación de los demás es a menudo llamado “el temor al hombre”. / Foto: Envato Elements

Lucha contra el temor al hombre

Existe la tentación de combatir el temor al hombre queriendo aumentar la confianza en uno mismo, o adoptando una actitud insensata de “a quién le importa lo que piensen los demás”. Pero eso no funcionará. Después de todo, los humanos fueron diseñados para venerar o temer algo. La pregunta no es si temeremos, sino qué nos hará temer.

Solo aquel pastor que no se estremecerá ante el honor o la vergüenza que otros puedan otorgar, es el pastor que ha aprendido a estremecerse ante Dios. Esta es la razón por la cual, una y otra vez, la Biblia insta a los líderes a temer al Señor (Ex 18:21; Dt 17:18-20; 1S 12:14; 2S 23:3-4; 2Cr 19:7; Neh 5:9, 15; Sal 2:10-11, Lc 18:2). El temor del Señor es estremecerse de alegría ante Dios, lo cual lleva a la humildad y obediencia.

El pastor que teme a Dios superará el temor hacia los hombres. / Foto: Envato Elements

Uno puede ser estremecido tanto por algo bueno como por algo malo. Aquel que teme correctamente a Dios disfruta de la emoción, el asombro y la maravillosa impresión de vislumbrar la gloria de Dios. Dicho hombre conoce así su propia pequeñez y no le importa. Con el paso del tiempo, esta disposición positiva al temor de Dios convertirá a este hombre en un pastor valiente y manso. Aprenderá a escuchar pacientemente mientras un miembro de la iglesia le rezonga o lo acusa falsamente, y al término de la conversación puede inclusive amar a ese miembro aún más que antes. Puede lograr esto porque no necesita la aprobación de otros. Está tan consumido por la grandeza de Dios que ha sido liberado del temor al hombre.

Temer a Dios logra más que simplemente ayudar a un pastor a superar el temor al hombre. De hecho, será una fuente de fortaleza para su liderazgo, proveyendo integridad (Dt 6:2; Job 1:1, 8; 2:3; 4:6; Pro 6:6) y sabiduría (Sal 111:10; Pro 1:7), al mismo tiempo que bendecirá a su esposa e hijos (Sal 128:3-4; Pro 31:30). Estas cualidades lo convertirán en un líder más creíble y eficaz. 

Quizás a algunos miembros de la iglesia no les guste la dirección que toma el estudio bíblico del miércoles por la noche, pero reconocerán a un padre de familia manso cuyos hijos le obedecen. Podrán darse cuenta cuando él resuelva una situación complicada del personal de la iglesia con toda sabiduría en el temor de Dios. Aquel miembro que ha sido abandonado por su esposa al cabo de dos años se percatará que su pastor ha dirigido la congregación durante veinte años sin falla moral alguna. En el temor de Dios, se va ganando la confianza de su congregación mientras que también se convierte en un mejor administrador de esa confianza.

Temer a Dios logra más que simplemente ayudar a un pastor a superar el temor al hombre. De hecho, será una fuente de fortaleza para su liderazgo, proveyendo integridad. / Foto: Lightstock

Lo que necesita tu iglesia

Futuro pastor, las iglesias necesitan líderes firmes que teman al Señor. No necesitan que cumplas con sus expectativas, pero sí necesitan ver cómo te tiembla la mano cuando sostienes la Palabra de Dios. Necesitan saber que prefieres que toda la habitación se vuelva contra ti antes que pronunciar una palabra que desagrade al Espíritu Santo. Eso significa que necesitan que cierres la puerta de tu estudio, leas tu Biblia y te maravilles del Dios que perdona pecadores. Necesitan que vivas en el temor del Señor.

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