Prediquemos expositivamente: Entrevista a Josías Grauman

La predicación expositiva es una proclamación pública de las Escrituras que explica el significado de la Biblia y exhorta a la audiencia a obedecer sus implicaciones.
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Dios está haciendo algo emocionante en la iglesia hispana: es evidente que cada vez más creyentes están interesados en entender la predicación expositiva y predicar de esa manera. Por eso estoy feliz de compartir contigo la siguiente entrevista a Josías Grauman, con motivo de la Conferencia Expositores 2016, a celebrarse en Los Ángeles (Estados Unidos), los días 26 y 27 de agosto. grauman-josiahJosías Grauman es un anciano en la iglesia Grace Community Church y sirve como el director del Instituto de Expositores. Además, fue capellán en el Hospital General de Los Ángeles, California, después de servir como misionero en la Ciudad de México. A continuación la entrevista. JB: De manera personal, ¿cómo conociste la predicación expositiva  y has sentido su impacto en tu vida? JG: Crecí en la iglesia. Pero no creo que haya recibido una alimentación constante de la predicación expositiva hasta sentarme bajo la enseñanza de John MacArthur. Honestamente, al principio no me interesó, porque no pude concentrarme tanto tiempo, y no me interesaba saber lo que Dios decía. Pero por la gracia de Dios, poco a poco fui apreciándola debidamente. Pienso que la razón principal por la cual comencé a apreciar la predicación expositiva es porque comencé a ver cambios en mi vida. Ser expuesto a la Palabra de Dios de manera más directa me hizo crecer en mi conocimiento de Dios. Empecé a aborrecer más mi pecado. Comencé a orar con un entendimiento de Su santidad. Este nuevo conocimiento también me hizo ver Su soberanía en mi vida. Vi que Él estaba a cargo de todo, aun mi sufrimiento. Y aunque me costó al principio, luego me consoló que aun en mi dolor, Dios tenía un buen propósito—transformarme a la imagen de Cristo (Rom 8:28-29). En fin, la predicación expositiva ha cambiado mi vida para toda la eternidad, y por ello doy gracias a Dios. JB: Si tuvieras dos minutos para explicarle a alguien qué es la predicación expositiva y qué la diferencia de otras formas de predicar, ¿qué le dirías? JG: Hay algunos que darían una definición muy específica de la predicación expositiva, limitándola a una predicación verso por verso de un libro bíblico. Yo preferiría definirla así: la predicación expositiva es una proclamación pública de las Escrituras que explica el significado de la Biblia y exhorta a la audiencia a obedecer sus implicaciones. Luego agregaría que la predicación expositiva ideal se lleva a cabo cuando el predicador divide un libro bíblico en secciones y luego predica estas secciones en secuencia hasta terminar el libro. El predicador primero extrae la intención original del autor a través de una hermenéutica gramático-histórica, y luego exhorta a su audiencia a guardar su significado (Mt. 28:20). Este proceso se hace en dependencia del Espíritu, quien es el único que puede iluminar y capacitar tanto al predicador como al oyente para comprender y obedecer. Esto se diferencia de la predicación temática. Ahora, quisiera enfatizar que no es pecaminoso predicar temáticamente. Incluso, hay momentos cuando es bueno hacerlo. Es decir, tomamos un tema, y exponemos ese tema, explicando el significado del tema desde varios textos de la Biblia. El punto es que aun en esa predicación temática, la responsabilidad del predicador es primero aplicar una buena exégesis, tomando en cuenta el contexto de los pasajes, y luego exhortar a la audiencia a obedecer su significado. Siempre debemos predicar expositivamente, porque nuestra meta siempre debe ser exponer el mensaje del “que habla” por medio de Su palabra (Heb. 12:25). JB: ¿Cuáles son las ventajas particulares de la predicación que describes como ideal (exposiciones consecutivas de un libro bíblico), tanto para el predicador como para toda una iglesia local? JG: Primero, es de gran beneficio para el predicador porque le obliga a estudiar. Por ejemplo, si tú me dices, “este domingo quiero que prediques sobre el amor de Dios”. Habría que hacer un trabajo homilético para estructurar y preparar un buen mensaje, pero no tendría que hacer mucho trabajo exegético. Es decir, ya tengo suficiente material para predicar un sermón sobre el amor de Dios, sólo necesito organizarlo. Sin embargo, si tú me dices, “quiero que prediques sobre Hebreos 7:1-10”, pues, ahora estoy en un bendito lugar—tengo que clamar a Dios que me ilumine para comprender ese pasaje. Oro más porque tengo que estudiar, indagar, etc., para entender el pasaje. Y todo este proceso me santifica. Para los oyentes, pienso en dos ventajas en particular: (1) Les expone al poder santificador de todo el consejo de Dios y (2) Les enseña cómo interpretar la Biblia en sus casas. Primero, si predico temas, voy a escoger los temas que más me interesan, o temas que yo pienso que la gente necesita, o temas que la gente me pide. Y cada vez los oyentes escucharían el concepto que yo tengo del tema. Habrá un énfasis particular mío, en vez de recibir una dieta constante y balanceada de lo que Dios ya ha escogido en Su Palabra. Al contrario, si predico verso por verso, no podré brincar nada. Y aunque sean verdades que nos incomoden, todos seremos expuestos a todo el consejo de Dios. Segundo, es mucho más fácil sacar un versículo fuera de su contexto cuando lo agarramos para apoyar nuestro mensaje temático, porque no hemos visto lo que viene antes y después. No hemos visto la lógica del autor. Si enseñamos así, estaremos entrenando a nuestra gente en la mala práctica de abrir Su Biblia y buscar la voz de Dios sin indagar, sin estudiar, sin leer el libro completo. Esto es peligroso. Honestamente, así enseñan las sectas. Vuelan de una frase a otra, porque saben que si lees todo el párrafo, te vas a dar cuenta que no significa lo que ellos están diciendo. Al contrario, el obrero aprobado, dice Pablo, es el que interpreta rectamente la palabra de verdad (2 Tim. 2:15). Y creo que todos tendremos la mejor oportunidad de hacerlo cuando estudiamos el libro completo. En la iglesia o desde la casa. JB: Muchas personas al oír el término “predicación expositiva”, piensan automáticamente que eso es aburrido. ¿Cuál es tu respuesta a eso? JG: Esto es una tragedia hermano, pero es cierto. Y un culpable de que muchas personas piensen que la predicación expositiva es aburrida, es el pastor que llega al púlpito y derrama toda su exégesis frase por frase (leyendo el diccionario, hablando del contexto histórico, etc.), pero sin que haya cohesión en lo que dice. Su sermón carece de un propósito principal. Esto mata a la gente porque todos salen con la misma duda, “¿cuál fue el punto del sermón?” Y nadie lo sabe. Esto no es predicar. La predicación debe ser bien elaborada, bien estructurada, aplicando el punto principal del texto con poder y pasión para que la gente salga diferente al haber escuchado el sermón. Esto los deja anhelando regresar el próximo domingo porque saben que sus almas dependen de ello. Además, la exposición consecutiva de un libro bíblico debe ser la que las ovejas más disfrutan, porque en la palabra escuchan la voz de su Pastor (Cristo). Él las confronta en su pecado; las conforta en su tristeza—la oveja verdadera anhela y descansa en esto. JB: También he notado que algunas personas dicen que la predicación expositiva es “poco espiritual”. ¿Cómo describes el rol del Espíritu Santo y la oración, en la preparación de un sermón expositivo y su predicación? JG: La predicación expositiva es la que más demanda dependencia del Espíritu, porque uno tiene que entender un nuevo pasaje cada domingo, y para esto es necesario la iluminación del Espíritu. Además, alguien que predica de toda la Biblia, sabe muy bien que sus palabras las predica en vano si el Espíritu Santo no obra. Dios es el único que puede salvar y santificar, así que toda la preparación y presentación del sermón se hace orando a Dios por Su intervención. Hay personas que dicen que identificamos la obra poderosa del Espíritu a través de unos dones en particular. Pero yo veo que reconoceremos la obra del Espíritu al observar su fruto en nosotros (la santificación), y no en un supuesto don (Mt. 7:22-23). Entonces, la predicación expositiva es espiritual porque sólo la palabra nos santifica, preparándonos para toda buena obra (2 Tim. 3:17). Y puesto que quiero ser transformado en todo hacia la imagen de Cristo (2 Cor 3:18), quiero ver todas sus perfecciones, verso por verso, sin desperdiciar nada. JB: Excelente respuesta, hermano. Para terminar: ¿podrías contarnos sobre la Conferencia Expositores 2016? JG: Esta conferencia nace como una iniciativa del Instituto de Expositores y los demás ministerios en español que dirige el Pastor MacArthur (Grace Community Church, The Master’s Seminary, Gracia a Vosotros). Será una conferencia de dos días este 26 y 27 de agosto en Los Ángeles California, con la predicación expositiva de John MacArthur, Steve Lawson, Sugel Michelén, entre otros.  Será un tiempo para animar a los asistentes en su compromiso con la Palabra de Dios e insistir en la necesidad de un entrenamiento sólido para los líderes de la iglesia local. Nuestras puertas están abiertas para todos aquellos que deseen equiparse para la obra del ministerio en esta conferencia. También estaremos trasmitiendo las conferencias en vivo a través de nuestro sitio web. JB: ¡Muchas gracias por la entrevista! Estoy seguro que será de bendición para todos los hermanos que nos leerán.

Josué Barrios

Sirve como coordinador editorial en Coalición por el Evangelio. Vive con su esposa Arianny en Santa Marta, Colombia, y es parte de Iglesia Bíblica Soberana Gracia. Puedes leerlo en josuebarrios.com y seguirlo en Twitter: @josbarrios.

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