Más lecciones para el blogger cristiano

Respuestas a la pregunta: “Soy un blogger cristiano (o quiero tener un blog cristiano), ¿qué consejos o recomendaciones puedes darme?”
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“Soy un blogger cristiano (o quiero tener un blog cristiano), ¿qué consejos o recomendaciones puedes darme?” Creo que esa es básicamente una de las preguntas que más suelo recibir. Por eso, la semana pasada compartí seis palabras urgentes para bloggers cristianos, y hoy quiero continuar compartiendo algunas más siguiendo el conteo. Como he dicho, estas exhortaciones y consejos también son para mí. Nunca dejamos de necesitar sabiduría y dirección para bloggear para la gloria de Dios, si hemos sido llamados a eso. Confío en el Señor que lo que te diré a continuación, por la gracia de Dios, te será de mucha utilidad. Continuemos…

7. No publiques en tu blog todo lo que pienses.

En Internet nos tientan a publicar todo lo que pasa por nuestras mentes. Por ejemplo, entras en Facebook y ves una caja que te pregunta: “¿Qué estás pensando?” Por favor, ¡recuerda que no estás obligado a responderle! “¿Ves a un hombre precipitado en sus palabras? Más esperanza hay para el necio que para él” (Proverbios 20:29). “Cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira” (Santiago 1:19b, énfasis añadido). Hermano, no tenemos que expresar nuestra opinión sobre cualquier cosa que ocurra, ni enseñar sobre cualquier tema que llame nuestra atención y nos emocione en cierto momento. Saber esto nos librará de muchos errores y hasta de llegar ser de tropiezo en ciertos casos. Esto debe ser obvio, pero incontables lugares de la blogosfera cristiana y las redes sociales están inundados de contenido falto de sabiduría, escrito de prisa por creyentes tratando de ser “relevantes” en ciertos temas o ante ciertos sucesos. Necesitamos pedir a Dios sabiduría para ser lentos para hablar, y esto va de la mano con la siguiente exhortación.

8. Reconoce tus límites al bloggear.

Debemos entender que hay temas en los cuales no somos una autoridad y todavía nos falta mucho por aprender. Y creo que la mayoría de las veces, si hablamos sobre ciertos temas en los cuales no tenemos autoridad, esto es lo que creamos en Internet: ruido que distrae a la iglesia de leer a quienes sí saben del tema que queremos abordar y pueden hablar con más propiedad que nosotros. Es crucial reconocer nuestros límites. Si, por ejemplo, no tienes experiencia en dirigir un grupo de músicos en tu iglesia, ¿por qué enseñar al respecto en un blog, escribiendo un artículo para músicos en la iglesia? ¿no es mejor abordar temas que sean más apropiados para ti? Entender lo que nos falta por aprender tiene el beneficio de ayudarnos a enfocarnos en los temas en los que nos desenvolvemos mejor, llegando a ser de mayor utilidad para la Iglesia que nos leerá.

9. Considera el reconocimiento de tu iglesia local.

En mi caso, empecé a bloggear antes de tener un rol de maestro en mi iglesia reconocido por la congregación. Dios, en su gracia, se ha glorificado en mi vida y ministerio a pesar de que me «adelanté», librándome de muchos errores a pesar de los que cometí. Son varios los factores por los cuales no esperé a la confirmación del llamado por parte de una iglesia, principalmente mi ignorancia en muchas cosas. Pero si pudiera empezar todo de nuevo, no lo haría así. Si Pablo tuvo una visión del Señor y esperó a hablar con los apóstoles, y ser confirmado por ellos, antes de ejercer de forma más abierta y autoritativa su ministerio, ¿quienes somos para saltarnos ciertas etapas? (cp. Gálatas 2:9). Si en tu iglesia aún no eres reconocido como un maestro, apto para enseñar, ¿por qué habrías de enseñar a otros en Internet? ¿no es mejor orar a Dios por dirección y esperar cómo confirma tu llamado? No creo que es obligatorio ser pastor o estar graduado en un seminario para tener un blog sobre cristianismo. De hecho, no soy ninguna de esas dos cosas (aunque deseo todo eso). Pero sí es importante ser reconocido en la iglesia como un maestro o líder que está apto para enseñar públicamente. Creo que considerar estas palabras puede ahorrarte muchos errores, y eventualmente hacerte de alguna manera más útil para el cuerpo de Cristo.

10. Rinde cuentas a otras personas sobre tu blog.

En la Biblia vemos a menudo la importancia de tener consejeros y rendir cuentas a personas más sabias que nosotros, y creo que esto es demasiado crucial si quieres servirle a Dios con un blog. Lo ideal es tener a personas conocedoras de la Biblia y honestas contigo, que critiquen y examinen todo lo que quieras publicar (especialmente los temas que pueden ser más controversiales) antes de que lo publiques, aportando feedback o diciéndote “mejor no publiques esto ahora”. Eso no garantiza infaliblemente que jamás cometerás errores en tu blog —lo sé por experiencia. Pero sí te será de mucha ayuda si quieres servirle bien al Señor.

11. Considera los dones que Dios te ha dado.

Me preocupa que muchos pastores y líderes incursionen en el mundo de los blogs por presión social, aunque no tengan dones de escritura, al ver que otras personas lo están haciendo y que muchos evangélicos parecen mirar los blogs como algo “necesario” para todo líder. Si las personas que te rodean no reconocen en ti un don de enseñanza escrita o algo así, por favor hazle un favor a tu iglesia local, al cuerpo de Cristo, y a ti mismo no cediendo a la presión de abrir un blog. No todo buen predicador es un escritor dotado, así como no todo buen escritor es un predicador dotado. Te lo puedo asegurar basado en mi experiencia sirviendo como editor en medios cristianos. Y cada día estoy más convencido de que, como iglesia, no estamos ayudando a nuestros pastores y maestros cuando los presionamos a hacer cosas para las cuales Dios no los capacitó. Eso es lo opuesto a ser amorosos y reconocer la diversidad de dones en el cuerpo de Cristo. Hermano, no está mal querer escribir y desear que Dios nos conceda poder hacerlo bien. Pero no es beneficioso buscar dedicarnos a ello con mucha regularidad si se hace evidente que eso no es lo que Dios quiere que hagamos. Es lamentable pensar que hay pastores y líderes siendo malos mayordomos de su tiempo y dones, tratando de escribir por largas horas algo que al menos tenga coherencia y sea leíble, cuando serían mucho más útiles al cuerpo de Cristo si estuvieran invirtiendo esas horas sirviendo aún más  en la iglesia local. Recordemos la sabiduría de Dios al darnos dones para el servicio a la iglesia, descansando en que Él sabe lo que es mejor para la iglesia (Romanos 12:6). Él está más interesado en la edificación de Su pueblo, y en cómo ocurre esa edificación, que cada uno de nosotros.

Conclusión.

Vivimos en una época en la que podemos ser usados por Dios para dar a conocer más de Su Palabra y servir en la edificación de incontables personas a través de la Internet. Pero necesitamos ser sabios al respecto. Necesitamos clamar a Dios por sabiduría todos los días, buscando ser bíblicos y buenos mayordomos de lo que Él nos ha dado, de manera que todo lo que hagamos —dentro o fuera de Internet— sea de edificación. ¡Que el Señor nos conceda ser fieles!

Josué Barrios

Sirve como coordinador editorial en Coalición por el Evangelio. Vive con su esposa Arianny en Santa Marta, Colombia, y es parte de Iglesia Bíblica Soberana Gracia. Puedes leerlo en josuebarrios.com y seguirlo en Twitter: @josbarrios.

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