¿Qué promesas del Antiguo Testamento son para mí?

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PRESENTADOR:

Me identifico con la pregunta de hoy. Leo la Biblia por la mañana y encuentro una promesa o un versículo en el Antiguo Testamento. Lo escribo para recordarlo y lo llevo en mi mente durante el día. Pero más tarde, cuando vuelvo al versículo, me pregunto si lo he sacado de contexto. Tal vez no se aplique realmente a mi vida como pensé cuando lo leí. Muchos textos me parecen cada vez más lejanos a medida que avanza el día. ¿Te ha pasado?

Bueno, ciertamente me ha pasado a mí, y le ha pasado a Maureen. Ella escribe lo siguiente: “Pastor John, ¡gracias por el podcast John Piper Responde! ¿Cómo puedo saber qué versículos del Antiguo Testamento son para mí, como cristiana hoy? A veces selecciono un versículo que es significativo para mí de mi lectura de la Biblia por la mañana. Pero más tarde, cuando reflexiono sobre él, me parece que lo he sacado de contexto y lo he aplicado mal a mi vida. ¿Cómo puedo saber qué promesas del Antiguo Testamento son para mí?”.

JOHN PIPER:

Aunque sé que es una simplificación excesiva, tengo la tentación de decir: “Todo. Todo es para ti. Todo el Antiguo Testamento es para los cristianos”. Romanos 15:4 dice que “todo [subraya esa palabra] lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”. Todo.

Luego está 2 Corintios 1:20, que dice: “tantas como sean las promesas de Dios, en [Cristo] todas son sí”. Y Jesús dijo en Mateo 5:17-18: “No piensen que he venido para poner fin a la ley o a los profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir. Porque en verdad les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla”. Así que, aunque sea una simplificación excesiva, es cierto, de una manera maravillosa, que todo el Antiguo Testamento es para los que están en Cristo Jesús.

Él vino a confirmar y cumplir todo para Su pueblo. 2 Timoteo 3:16-17 dice: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil [eso es importante: toda es útil] para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra”. Es práctica y provechosa.

De Israel a la iglesia

Pero la razón por la que es una simplificación excesiva decir que todo es para nosotros es que se produjeron algunos cambios profundos en la forma en que utilizamos las Escrituras del Antiguo Testamento cuando Jesús vino al mundo, fue rechazado por Israel, estableció un nuevo pacto con Su sangre (que era diferente del antiguo pacto, el pacto mosaico) y dijo: “edificaré Mi iglesia” (Mateo 16:18). No dijo: “Restauraré a Israel”.

Tal vez lo que sería útil para Maureen, para mí, y espero que para otros también, es hacer una lista de las diferencias entre el pueblo de Dios (la iglesia) hoy y el pueblo de Dios (Israel) en el Antiguo Testamento, así como la forma en que Dios se relaciona de manera diferente con cada uno. Estos puntos pueden funcionar como un filtro.

Al menos, así es como funciono yo cuando leo el Antiguo Testamento. Tengo un filtro, y paso las cosas por él para saber cómo debo recibirlas, cómo debo aplicarlas en mi vida. Esto es lo que espero que suceda ahora mientras recorro estos puntos de diferencia entre Israel y la iglesia. Ya que somos la Iglesia, necesitamos un filtro para saber cómo utilizar adecuadamente las enseñanzas del Antiguo Testamento.

1. Israel era una nación terrenal

Israel era un estado-nación terrenal y político entre otros estados-nación políticos, pero la iglesia no lo es. Es un pueblo cuya ciudadanía está en el cielo. Ellos son extranjeros y peregrinos aquí, dispersos entre todas las naciones-estado. Los cristianos no son, en primer lugar, ciudadanos de los estados-nación terrenales. Esa ciudadanía es secundaria. Estamos más estrechamente relacionados con los cristianos de otros países políticos que con los conciudadanos incrédulos de nuestro propio país terrenal.

2. Israel era una teocracia

Israel era un gobierno terrenal autorizado por Dios como una teocracia para llevar a cabo los castigos de Dios sobre aquellos que quebrantaban Su ley, incluyendo la pena capital por idolatría y varios otros pecados. La iglesia no es un gobierno civil y no está autorizada como iglesia para llevar a cabo los castigos de Dios. La excomunión de la iglesia a través de la disciplina eclesiástica sustituye la ejecución a través de los procesos judiciales.

3. Israel era una etnia

Israel era básicamente una etnia, el pueblo judío, pero la iglesia está compuesta por personas de todas las etnias. Las prácticas que fueron diseñadas para separar a Israel de los pueblos y etnias circundantes, como las leyes alimentarias y la circuncisión, han sido eliminadas como requisitos para el pueblo de Dios.

4. La geografía era importante para Israel

Israel tenía fronteras geográficas definidas y un centro religioso geográfico donde estaba el tabernáculo o el templo. La iglesia no tiene fronteras geográficas o lugar central religioso. Donde el pueblo de Dios se reúne en el nombre de Jesús, allí está ese lugar. Ahí está Cristo en medio.

5. La gente nacía judía

La gente nacía en el pueblo judío, pero ahora nace de nuevo en la iglesia. Al nuevo pacto se entra a través del milagro de recibir el perdón de Dios por medio de la fe y a través de la obra de Dios de escribir Su ley en nuestros corazones (Jeremías 31:33-34). Ese es el nuevo pacto.

6. La Gran Comisión vino después

La religión del Antiguo Testamento era principalmente una religión de “ven y mira”, mientras que la religión del Nuevo Testamento es principalmente una religión de “ve y habla”. En el Antiguo Testamento no existía la Gran Comisión de ir a alcanzar a las naciones. El enfoque de Dios era bendecir a Israel entre las naciones, por eso la Reina del Sur vino y quedó asombrada por la riqueza de Salomón (1 Reyes 10:4-5). Dios nunca le dijo a Salomón: “Usa tus riquezas para evangelizar a las naciones”, pero eso es precisamente lo que nos dice a nosotros en el Nuevo Testamento.

7. Israel utilizaba un sistema de sacrificios

El pueblo de Israel mantenía su comunión con Dios mediante sacrificios continuos, administrados por un selecto sacerdocio levita, pero todo ese sistema fue abolido cuando Jesús lo cumplió al convertirse en el sacrificio final y al actuar como el Sumo Sacerdote final. En el pueblo del nuevo pacto, nos reconciliamos con Dios y mantenemos nuestra comunión con Él confiando en la obra sustitutoria de Cristo y dependiendo de Su intercesión diaria por nosotros en el cielo.

8. El Espíritu Santo aún no había llegado

Por último, aunque el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento experimentó la obra del Espíritu de Dios, no experimentó ni conoció al Espíritu como el Espíritu del Cristo resucitado que mora en los creyentes. Hoy conocemos al Espíritu Santo como el Espíritu de Cristo. Por tanto, actúa en Su iglesia de un modo que no lo hacía en el Antiguo Testamento, porque la iglesia es Su cuerpo, el cuerpo del Cristo resucitado.

Cada texto es nuestro en Cristo

Mi esperanza para Maureen y para todos nosotros es que con este filtro, con estos ocho puntos, podamos tomar cualquier texto del Antiguo Testamento y hacerlo nuestro tratándolo como cumplido en Cristo, con los cambios necesarios que implican estos puntos.

Por ejemplo, consideremos el final del Salmo 51. Es un final sorprendente para un Salmo que nos encanta, hasta que llegamos al último párrafo, que dice así:

Haz bien con Tu benevolencia a Sión;
Edifica los muros de Jerusalén.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
El holocausto y el sacrificio perfecto;
Entonces se ofrecerán novillos sobre Tu altar (Salmo 51:18-19).

Mientras leemos el Salmo 51 decimos: “Esto es sublime. ¡Esto es mío, y esto es mío!”. Y entonces leemos esas palabras y decimos: “¿Qué? ¿Qué se supone que debo hacer?”. ¿Qué hacemos con eso? ¿Cómo abrazamos ese texto como nuestro?

Sión era el centro geográfico del pueblo de Dios, y representaba la presencia de Dios entre Su pueblo. Hoy queremos abrazar ese compromiso de Dios con Su pueblo y decir: “Haz bien a Tu iglesia, Señor, dondequiera que se reúna en Tu santo nombre. Edifica el cuerpo de Cristo, y haz sentir Tu presencia dondequiera que Tu pueblo esté centrado en Ti”.

Luego llegaríamos al final del Salmo, y concluiríamos orando: “Oh, cómo me deleito en el único, gran sacrificio final por el pecado que Tu Hijo ofreció. Nos gloriamos contigo en ese cumplimiento final de cada novillo que alguna vez se ofreció en Tu altar, y nos entregamos a Ti como sacrificio vivo para Tu gloria”.


Episodio original en inglés: https://www.desiringgod.org/interviews/what-old-testament-promises-are-for-me

John Piper

John Piper

John Piper (@JohnPiper) es fundador y maestro de desiringGod.org y ministro del Colegio y Seminario Belén. Durante 33 años, trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros.

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