Hombre sabio: manejando bíblicamente las posesiones

Las posesiones son parte de la vida. Algunas personas se han enfocado tanto en ellas que han inventado excusas bíblicas para justificar el pecado de la codicia; otros en una humildad extrema no les han prestado atención y viven en la pobreza. Para evitar esos extremos, este artículo nos presenta sabiduría bíblica para el manejo de las finanzas.
Foto: Envato Elements

La sabiduría de Dios es necesaria en todas las áreas de la vida del cristiano, y por supuesto, la administración del dinero no queda fuera. La Biblia enseña en cientos de versículos acerca del dinero, las posesiones y las riquezas, y nos imparte la perspectiva divina acerca de este importante tema, que, aunque pueda parecer un asunto terrenal, realmente no lo es. La mayordomía del dinero tiene una relación inseparable con la espiritualidad, los afectos del corazón y la eternidad.

A continuación, presentaré cinco principios bíblicos, agrupados en dos secciones: (1) los de aplicación general sin importar la situación financiera del lector, y, (2) los que tiene el objetivo de mostrar desde las Escrituras la administración del dinero, siendo esta última parte de especial ayuda a los que carecen de estos conocimientos.

Principios bíblicos de aplicación general sobre las finanzas

1. Somos mayordomos y no dueños

El reconocimiento de ser mayordomos y no dueños es un principio bíblico elemental para la genuina búsqueda de sabiduría bíblica en la manera que utilizamos el dinero que Dios pone en nuestras manos.

El cristiano, cuando administra el dinero, no se acerca a Dios preguntando: “Señor, ¿qué quieres que haga con mi dinero?”. Más bien se acerca humilde a Dios preguntando: “Señor, ¿qué quieres que haga con Tu dinero? ¿Cómo quieres que use el dinero que me permites administrar? ¿Qué, cómo, cuándo y para qué debería usar lo que es Tuyo?”.

Por esto afirmo que toda decisión financiera tiene una relación inseparable con la piedad del cristiano, porque es un mayordomo, no el verdadero propietario. Dios pedirá cuentas de lo que cada uno hizo y no hizo bien con Sus recursos. Ser mayordomos implica que toda decisión financiera es una decisión espiritual ¡Por eso necesitamos sabiduría bíblica constantemente!

La mayordomía del dinero tiene una relación inseparable con la espiritualidad, los afectos del corazón y la eternidad. / Foto: Kuncheek

2. Los recursos necesarios para el sustento diario se obtienen mediante el trabajo honesto

El trabajo honesto y dedicado es la manera que Dios estableció para que el hombre obtenga su “pan” diario. Y enfatizo el adjetivo “honesto” porque hay injustos que prosperan y se lucran mediante negocios deshonestos en los que ningún cristiano debería involucrarse, aunque sea tentador hacerlo.

Hoy, muchos jóvenes no son instruidos ni equipados por sus padres para ser productivos en un oficio para obtener el sustento de sus futuras familias. He quedado sorprendido con la escasa ética laboral que hay entre muchos cristianos y el descuido de los padres en enseñar a sus hijos a trabajar el con sudor de su frente.

Padres, debemos enseñar a nuestros hijos a trabajar productiva y diligentemente como para el Señor, con toda honradez, porque si ellos no aprenden a trabajar seguramente caerán en desgracia financiera o ética, enredándose en ganancias deshonestas o inmorales, en codicias engañosas, o en una vida improductiva y ociosa que deshonra a Dios.

Ahora bien, siendo mayordomos de lo que Dios nos da por Su gracia providente, y teniendo en nuestras manos el fruto de nuestro trabajo honesto, productivo y dedicado. ¿Como utilizarlo con sabiduría bíblica mientras estemos en la tierra?

Esta pregunta nos lleva a nuestra siguiente sección.

El trabajo honesto y dedicado es la manera que Dios estableció para que el hombre obtenga sus ingresos. Hay injustos que prosperan y se lucran mediante negocios deshonestos en los que ningún cristiano debería involucrarse, aunque sea tentador hacerlo. / Foto: Karolina Grabowska

Principios bíblicos para administrar el dinero sabiamente

1. No gastar más de lo que ganas

Parece absurdo solo mencionarlo, pero no lo es. Aunque parezca algo tan obvio, la realidad es que muchas personas mensualmente gastan más de lo que ganan, y es por ello que recurren a una vida de constante deuda, préstamos y créditos que a la postre no pueden pagar. Estos créditos son los que te hunden y asfixian en intereses hasta llevarte al caos o al completo desastre económico. Necesitas saber cuánto ganas para entonces saber cuánto puedes gastar sabiamente, a esto llamamos presupuesto.

Y es que podemos ser ortodoxos en nuestra teología y sobrios en nuestra moralidad y aun así tolerar en nuestra vida algunos pecados sutiles. Pon atención a tu corazón, porque tu billetera está conectada con él.

Un necio gasta y malgasta, todo se lo traga, no planifica, no piensa en el futuro, no considera que es un mayordomo que rendirá cuentas al Dios que todo nos da, sino que da rienda suelta a todo tipo de deseos vanos que lo hundirán.

Necesitas saber cuánto ganas para entonces saber cuánto puedes gastar sabiamente, a esto llamamos presupuesto. / Foto: Towfiqu barbhuiya

2. Hacer un presupuesto mensual de gastos

Un presupuesto mensual te ayudará a saber dónde y cómo dirigir el dinero que obtienes. El presupuesto es planear decirle a tu dinero dónde debe ir. En cambio, cuando no hay presupuesto mensual, usualmente, solo terminarás tratando de adivinar dónde se te escapó. Dave Ramsey afirma que: “Un bien planificado presupuesto para cosas anticipadas y un fondo de emergencia para lo que verdaderamente es inesperado, puede poner fin al ciclo de dependencia de las tarjetas de crédito”.

La Biblia no condena la planificación, por el contrario, la estimula, al igual que al ahorro y la organización, aunque sí condena la soberbia que se cree dueña y soberana del futuro. Planear es aplicar sabiduría, porque, aunque el futuro depara necesidades que no conoces, también sabemos que vendrán necesidades ciertas.

3. Tu presupuesto debe reflejar prioridades bíblicas

Primero, daremos al Señor generosa, amorosa y voluntariamente. Tu presupuesto debe reflejar como prioridad el dar para la obra del Señor fielmente. Pablo, establece en 1 Corintios 16:2 y 2 Corintios 9:6-7 ciertos principios que nos imparten sabiduría bíblica al respecto. La ofrenda solicitada debía ser:

  • Sistemática: cada primer día de la semana.

  • Personal: cada uno.

  • Planificada: ponga aparte algo.

  • Proporcional: según haya prosperado (entre más ganas, más debes dar).

  • Genuina: como propuso en su corazón.

  • Voluntaria: no por tristeza, ni por necesidad.

La Biblia no condena la planificación, por el contrario, la estimula, al igual que al ahorro y la organización, aunque sí condena la soberbia que se cree dueña y soberana del futuro. / Foto: Envato Elements

Segundo, tu presupuesto debe procurar el mantenimiento diario básico de tu familia. Aquí hablamos de sustento y abrigo, comida y techo (1Ti 6:8; Mt 6:31-33). Esto es lo mínimo y básico que debes cubrir. Pero una vez cubiertas estas provisiones básicas es cuando la administración requiere mayor sabiduría ¿Qué hacer con todo el excedente de dinero que queda una vez que cubriste esas necesidades básicas? Lo común y peligroso es solo pensar en “aumentar” el nivel de vida y comodidad. Esto se nos advierte en Lucas 12:15: “También les dijo: ‘Estén atentos y cuídense de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes’”.

Tercero, tu presupuesto debe reflejar generosidad bíblica hacia otros. Por ejemplo, los que tengan padres ancianos o en viudez, deben aprender a ser piadosos con los suyos (1Ti 5:4). Además, incluye el compartir y ayudar a otros en situación de pobreza o desgracia, aunque será necesario discernir entre un pobre y un ocioso, y entre alguien que no quiere suplir una necesidad y alguien que no puede suplirla. 

Cuarto, debes anticipar el futuro piadosamente (posibles crisis, enfermedades, vejez, proyectos, ahorro, etc.), pero mayormente, debes anticipar y mirar a la eternidad. Es fácil confundir “mirar al futuro” precavidamente, con una falsa búsqueda de seguridad, soberanía y prosperidad egoísta que deja afuera la eternidad. En 1 Timoteo 6:17 se advierte “a los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”.

La administración sabia es más compleja que solo aprender a sumar y restar. Hacerlo sin consejo piadoso a tu alrededor que te permita evaluar con honestidad si hay “ídolos” de codicia, avaricia o vanidad es una pésima forma de buscar sabiduría como mayordomo fiel.

Si estás casado, debes conversar y evaluarlo continuamente junto con tu esposa. Un ahorrador prudente que mantenga su presupuesto y odie las deudas puede ayudar a evitar que su cónyuge, que gasta mucho, tome decisiones financieras imprudentes e impulsivas. Rodéate de personas piadosas que te permitan evaluar ídolos o afectos del corazón que podrían hundirte o desviarte. La sabiduría se forja en humilde dependencia de Dios, mediante una constante formación bíblica, y se practica y aprende del lado de personas maduras, piadosas y fieles que podrán constantemente dirigir tus ojos hacia Cristo y los tesoros de la eternidad.

Nelson Matus

Nelson Matus, nació en Chile, es hijo de pastor y salvo por gracia. Graduó de un BA en Teología con énfasis en Ministerio Pastoral en el Seminario Bíblico Rio Grande en Edinburg, Texas. Actualmente sirve al Señor como profesor y auditor de acreditación del mismo Seminario. Cursa una maestría en Midwestern Baptist Theological Seminary. Es pastor de Redeemer en Español en la ciudad de Álamo, Texas. Casado felizmente hace 7 años con Pakis, y tienen una hija llamada Hadassa. 

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