https://www.youtube.com/watch?v=VZ3Nfws5mVQ En estos días vemos las redes sociales saturadas de mensajes, imágenes, frases positivas con buenos deseos y versículos bíblicos que persiguen animar a los cristianos. Vemos a muchos haciendo afirmaciones llenas de esperanza, otros se dan a la tarea de dar “una palabra de Dios” que supuestamente impactará el futuro inmediato de quienes se apropien de ellas. Así mismo, algunos salen detrás de estas declaraciones para así usarlas como un ancla en la que ellos puedan afirmarse y poner a correr los planes y aspiraciones que traerá el nuevo año. Dentro de algunos círculos cristianos, algunos salen a buscar “una palabra” de Dios que los lleve a “otro nivel o dimensión”, una palabra o versículo bíblico que sirva como motor que los impulse en su caminar. Muchos dicen: “Dame una palabra”, “yo necesito un versículo bíblico para este nuevo año” o “tengo una palabra de Dios para ti”; y quizás digas: “¿pero que tiene esto de malo?”. Lo primero es que este tipo de búsquedas hacen de la Palabra de Dios una especie de amuleto para los “planes y propósitos” del que supuestamente las cree. Segundo, está orientada al hombre y en cumplir su voluntad y no necesariamente en buscar y conocer la voluntad de Dios. El resultado es que esas personas, más que buscar la Palabra que necesitan escuchar, andan detrás de la palabra que quieren escuchar. ¿A qué se debe esto? A que muchas veces andamos buscando una “palabra de Dios”, pero no toda la Palabra de Dios. Por lo tanto, no te conformes con un versículo, o con una historia, busca todo el consejo de Dios. Si lo que estás buscando es una palabra que cargue tus baterías por varias semanas, posiblemente estas palabras podrán motivarte y ayudarte por algunos días, pero si lo que buscas es ser transformado y conformado a la imagen de Cristo, entonces tú necesitas más que eso, tú necesitas toda la Palabra de Dios. El apóstol Pablo nos da algunas razones de por qué necesitamos toda la Palabra de Dios cuando dice “toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra” (2 Ti. 3:16-17). Toda la Palabra de Dios ha sido inspirada; es decir, ha salido de él. Y esta palabra ha sido revelada con el propósito de demostrar nuestra verdadera necesidad.
- Necesitamos instrucción
Su Palabra es la principal fuente de enseñanza y formación para el creyente, esta nos ayuda a ver lo que está mal en nuestro caminar con Dios y nos enseña lo que es verdadero y agradable a él.
- Necesitamos reprensión y corrección
Todo el consejo de Dios es útil y debemos recurrir a él no solo en aquellos textos que tenemos como favoritos o aquellos textos que nos motivan, sino también aquellos textos que nos ofrecen una necesaria y justa corrección cuando estamos equivocados.
- Necesitamos ser equipados y capacitados
Es la Palabra de Dios la que nos equipa y capacita como creyentes para que andemos en buenas obras, de manera que nuestro caminar como cristianos sea formado y permeado por su verdad. Por lo tanto, tú no necesitas una palabra que te motive, una frase inspiradora o unos versículos bíblicos aislados de su contexto; lo que tú necesitas es toda la Palabra de Dios. Cuando la dificultad, el dolor, la ansiedad y los momentos amargos interrumpan tu vida, es Dios por medio de su Espíritu que tomará su Palabra para sostenerte y mantenerte en pie. Tienes un banquete servido delante de ti, no te conformes con unas migajas. No menosprecies todo el consejo de Dios, no te conformes con unos cuantos versos, busca la Palabra de Dios, toda su Palabra. Dios nos ayude a vivir y caminar en su gracia.