¿Por qué creo en Dios? Un viaje a través de cinco nuevos argumentos

En este segundo artículo de la serie “¿Por qué creo en Dios?” exploramos cinco nuevos argumentos que destacan los razonamientos sólidos sobre los que descansa la fe cristiana.
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Sin duda alguna que creer o no, aceptar o no la realidad de Dios es la decisión más importante del ser humano, pues de ella depende su presente y su futuro. En la primera parte de esta serie vimos ya seis argumentos que apuntan a la evidencia de la existencia de un ser Supremo o Creador universal. Sigamos ahora esta misma línea de pensamiento y veamos cinco argumentos más de por qué creo en Dios, pues como ya se dijo, creemos en Dios por fe, pero no en una fe ciega y sin bases, sino una fe sensata, racional y creíble.

1. Creo en Dios porque explica la infalibilidad e inerrancia de la Biblia

Cuando se estudia la Biblia con objetividad dejando de lado prejuicios, se puede entonces llegar a conclusiones que confirman que no tiene errores, lo que dice es verídico y confiable. Por ejemplo, si la estudiamos históricamente podemos ver como a diferencia de otros libros religiosos, la Biblia tiene bases históricas; los sitios, los nombres, las épocas que relata son verídicas en la historia universal. Si la estudiamos de acuerdo con la arqueología, vez tras vez, los arqueólogos han confirmado numerosos relatos bíblicos. Si la estudiamos de acuerdo con la ciencia, tampoco hay problema, las Sagradas Escrituras dicen que la humanidad y la vida en general es obra de un Creador, y la ciencia con todo su avance y desarrollo no ha podido confirmar lo contrario.

Ahora, vale recordar que este libro es una colección de 66 libros escritos en un periodo de 1500 años por alrededor de 45 escritores. Muchos de ellos no se conocieron, vivieron en diferentes edades, eran de diferente estatus social, diferentes profesiones, diferentes idiomas, y, sin embargo, ninguno de ellos se contradice. Los supuestos “errores o contradicciones” que algunos han mencionado tienen su explicación bíblica, cultural, histórica y lingüística. Desde Génesis hasta Apocalipsis, la Biblia contiene un solo hilo de pensamiento: la restauración de la relación del hombre con Dios. El sentido común dice que lo sensato es que tal variedad de escritores en tal separación de tiempo se contradiga, pues cada persona tiene su propia perspectiva de las cosas, pero este no es el caso, todo lo contrario, hay un verdadero hilo de pensamiento.

Y si este argumento de la unidad de pensamiento en los diferentes autores es importante, porque habla de la inspiración Divina, ¿qué decir de las profecías? Es asombroso estudiar las profecías bíblicas y ver sus cumplimientos, por ejemplo, podemos leer Isaías 53 y recordar la crucifixión de Jesús, pero debemos tener en mente que Isaías fue escrito unos 750 años antes de Cristo. El punto aquí es que la Biblia ha demostrado ser fidedigna y confiable, y este libro fidedigno y confiable habla de un Dios Creador, Todopoderoso, Omnipresente, Omnisciente, Soberano, Personal, Perfecto, Juez Justo y Bueno entre otros atributos.

Cuando se estudia la Biblia con objetividad dejando de lado prejuicios, se puede entonces llegar a conclusiones que confirman que no tiene errores, lo que dice es verídico y confiable. / Foto: Priscilla Du Preez

2. Creo en Dios porque explica la sobrevivencia del pueblo de Israel

La existencia en el presente de Israel es una evidencia de la existencia de Dios. Al hacer una revisión de la historia de esta nación es sorprendente ver las dificultades, guerras, conflictos y situaciones de odio y casi exterminio en que ha estado, pero de una u otra manera ha resistido y vencido.

Particularmente es sorprendente como esta nación que está entre los pueblos más antiguos de la humanidad, a pesar de que se le puede llamar el pueblo del exilio constante o de la constante diáspora, esto por sus siglos como comunidades fuera de su lugar de origen o territorio, es asombroso ver como se mantuvieron y sobrevivieron, pues recién en 1948 después de casi 2000 años de exilio pudieron volver formal e institucionalmente a su tierra. Ben-Gurión, quien fuera el primer presidente del moderno estado de Israel, dijo en su momento: «En Israel, para ser realista, uno tiene que creer en milagros». Sin dudas que ver la historia de Israel es ver milagros tras milagros, milagros que apuntan a la providencia Divina.

3. Creo en Dios porque explica la sobrevivencia del cristianismo

Así como se dijo que es sorprendente ver en la historia la resistencia y sobrevivencia del pueblo de Israel ante tantos obstáculos, de la misma manera sucede con el cristianismo, pues básicamente desde sus inicios ha estado en persecución, y aunque es cierto que ha tenido sus épocas de paz y libertad, la persecución y las dificultades en diferentes partes del mundo ha sido una constante; si bien en ciertos lugares es permitido y respetado, el cristianismo en otros sitios aún hoy sufre persecución.

La Biblia, por ejemplo, si bien es el libro más amado por muchos, también es el libro más odiado por muchos. La Biblia es un libro que ha querido ser eliminado por muchos en la historia, pasando por el rey Joacín de Judá, por emperadores romanos como Diocleciano, y por líderes comunistas aún en la actualidad, este libro sagrado ha sido perseguido, humillado, criticado y atacado, pero simplemente junto al pueblo cristiano ha sobrevivido, y no solo esto, sino que sigue siendo el libro más leído en el mundo. 

La Biblia ha sido perseguida, humillada, criticada y atacada, pero simplemente junto al pueblo cristiano ha sobrevivido, y no solo esto, sino que sigue siendo el libro más leído en todo el mundo. / Foto: Aaron Owens

4. Creo en Dios porque explica la realidad de los milagros

Hablamos de milagros como hechos sobrenaturales, hechos que no pueden ocurrir por medios naturales o normales sin ningún agente externo, hechos sobrenaturales o especiales realizados por Dios. Sabemos que el cristianismo está basado en milagros como la resurrección de Cristo, por ejemplo, y esto no es difícil de creer puesto que el Dios que se cree en el cristianismo es un Dios no solamente Creador, sino también Sustentador, activo y personal en su creación, es un Dios que interviene en Su creación con hechos especiales. 

Incluso en nuestro días si hacemos investigaciones encontraremos testimonios de personas aún no cristianas que han sido testigos de intervenciones Divinas, doctores que han presenciado cosas que no pueden explicar, personas en situaciones de peligro y de repente algo ocurrió en pro de su ayuda, así encontramos muchas historias que si bien varias podrían tener alguna explicación natural incluso emocional y mental, hay muchas historias que dejan sin palabras y, por supuesto, sin explicación natural posible. 

5. Creo en Dios porque explica lo que la ciencia no ha podido explicar

Recordemos que cuando hablamos de ciencia hablamos del conocimiento objetivo por medio de la observación, proposición y verificación; ahora bien, es notorio que con todo el avance de la ciencia y de la tecnología en nuestros días donde el hombre ya ha podido visitar la luna, donde se sabe mucho más sobre el espacio que en siglos anteriores, y donde en general se conoce más sobre la realidad de muchos fenómenos, pero aún con todo esto y más, la ciencia con su gran avance no ha podido demostrar el origen de la vida por medios naturales sin necesidad de un Ser Inteligente, ha hecho hipótesis, teorías, pero no ha podido verificar dichas hipótesis y teorías que dejan a Dios fuera de la ecuación. 

Creer en Dios sigue siendo la forma sencilla y natural de explicar la vida sin ir en contra de la verdadera ciencia. La verdadera ciencia se inclina a un Creador. Muchos son los que creen que ser científico es ser ateo o agnóstico, pero no es así, si bien es verdad que muchos científicos son ateos o agnósticos, hay muchos científicos de renombre tanto ahora como en la historia que han reconocido la necesaria existencia de un Dios Creador y Sustentador. El famoso químico, físico, matemático y bacteriólogo francés Luis Pasteur solía decir: “Un poco de ciencia te aleja de Dios, pero mucha ciencia te acerca a Él”.

El químico y microbiólogo francés Luis Pasteur.

Conclusión

La fe en Dios no es una fe ciega, es una fe con sustento y cada ser humano decide creer o no; sin embargo, hay que recordar que Dios es real no porque las personas crean en Él, Dios es real a pesar de que muchos no crean en Él, Dios es real porque existe y es el Creador del universo. Mi fe en Dios no hace que Él sea real, pero si hace que acierte en lo fundamental, lo fundamental es reconocer la mano que me hizo y me formó, reconocer a mi Creador.


Referencias y bibliografía

Douglas Torres

Douglas Torres

Graduado del seminario bíblico Río grande (Edinburg, Texas), en la actualidad cursa una maestría en teología en el seminario Teológico bautista de Venezuela. Es facilitador del Seminario Teológico Ministerial (SETEMI), prosefor del Centro de Capacitación bíblica para pastores y maestro de la iglesia bautista Nuevo Amanecer en Bocono Edo Trujillo. Está casado con Erika de Torres y juntos tienen dos hijos, Douglas Davet y Naryet Orel Torres.

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