Mujeres que luchan con la pornografía 

Ella: Quiero contarte una lucha con la que ya no puedo más Yo: Dime Ella: Estoy luchando con pornografía, me siento tan avergonzada, me está controlando y perturbando mi mente al punto de agotamiento físico. Soy cristiana, pero no sé cómo salir de esto.  La lucha con la pornografía no es sólo de los hombres, es igual de letal para ambos. No hay pecados exclusivos para mujeres y hombres. Eva nos puede contar más cómo funciona la tentación y pecado: “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió (Gen 3:6). Eva vio, deseó o codició, lo tomó y comió del fruto. Todo pecado inicia con un deseo engañoso de que encontraremos el placer que deseamos al auto complacernos.  La pornografía ha tenido su avance mundial abiertamente, no sólo por la accesibilidad en la tecnología sino porque la encontramos en casi todo lo que vemos: publicidad, anuncios, películas, caricaturas, las famosas series de Netflix y películas como 50 sombras de Grey que confunden el amor al despertar curiosidad en la mente de las jóvenes que están fascinadas con la idea de su cuerpo, relaciones amorosas, el hombre ideal o bien la necesidad de sentirse satisfechas.  El poder que tiene la pornografía en el cerebro es altamente dañina. Una imagen pornográfica, que genera más ideas o pensamientos, puede durar de 15 a 20 años. Es científicamente comprobado que consumir imágenes pornográficas tienen un efecto similar a las adicciones. En el cerebro se activa el sistema de recompensa disparando químicos que brindan una satisfacción temporal al suministrarle lo que “desea” y causa que la persona desarrolle tolerancia a estas imágenes y desee más.   2 Pedro 2:19 dice: pues uno es esclavo de aquello que lo ha vencido. La pornografía apela a nuestro corazón en tantas dimensiones y el placer que se recibe es tan poderoso que esclaviza. 

La mala noticia: estamos perdidas 

Todos somos pecadores (Is. 53:6; Ro. 3:10-12).  El pecado es una desviación de la Palabra de lo que es bueno o malo. Todos pecamos con nuestras acciones, pensamientos y palabras. Nadie puede decir que está sin pecado a excepción de Jesucristo (2 Cor. 5:21). Entregarse a la pornografía es solo uno de los miles de pecados que podemos cometer, pero es especialmente peligroso porque no solo nos esclaviza, pero es cometido en el cuerpo que le pertenece al Señor (1 Cor. 3:16).   Distorsiona el propósito de Dios que las relaciones sexuales tienen dentro del matrimonio (Gen. 2:24; Heb. 13:4). Nuestros pensamientos son redirigidos a idolatrar la impureza de estas imágenes corrompidas.  Por tanto, la pornografía es pecado porque no es lo que hacemos en sí, sino lo que ya hemos maquinado en nuestra mente que afecta nuestros sentimientos para hacer (Mat 5:28).   Nuestra tendencia es depender de nosotras y nuestros maravillosos planes para resolver nuestra vida, Pero… 

La Buena noticia: El regalo de Gracia 

Cristo murió por los pecadores, los perdidos, los que están necesitados de esperanza y libertad. Si lo crees éstas son para ti, la conversación acerca de la batalla contra la pornografía inicia y termina con Cristo.  Si deseamos ser libres de las cadenas de la pornografía, necesitamos vivir en la gracia de Dios. Jesucristo es el regalo de Gracia para todo aquel que cree (2 Tim. 1:9). La pregunta más importante que podemos considerar hacernos tiene ramificaciones eternas: ¿creemos y amamos a Cristo Jesús y Su obra en nuestro lugar para tener una relación con Dios (Jn. 14:6)?   Si es así, querida hermana no estás lejos de Su Gracia que te fortalece para ser libre del pecado de pornografía. Si, ya no puedes más con esto, es Dios llamándote a confesar y arrepentirte (1 Jn 1:8-9).   Dios te ha dado algo que no mereces pero que jamás podrás ganarte: perdón por todos tus pecados en el sacrificio de Cristo. Es mucho más importante y crucial que entiendas esta verdad aún más que solo hacer pasos externos para sobreponerte a este pecado, los cuáles son importantes, pero desde la base que entiendes por Quién lo haces. 

Santificación: aprendiendo a vivir en Él 

Jesucristo sabe que la lucha es real, seria y destructiva, y se compadece de ti (Heb. 4:15).  Necesitas reorientar tus afectos, deseos y necesidades. La mejor forma de batallar contra este deseo es que tus afectos por Cristo crezcan más.  Pelear el pecado de lujuria con un mayor amor por Cristo.  Recordemos estos principios de la Palabra: ¿para qué fuiste creada? Para Su Gloria (Ef. 1:4-6) no para el sexo, no para las imágenes en tu mente, ni la culpa que te hace regresar o miente que no puedes salir. ¿Cuál es la meta o el propósito de Dios en tu vida? Que seas conformada a la imagen de Cristo (Ro. 8:29) y que todo lo que hagas sea para Él (1 Cor. 10:31)  ¿Cómo lo puedes lograr? Por la fe en que Cristo ya venció el pecado, te ha libertado y dado Su Espíritu Santo para dominio propio. Además, ahora eres parte de Su Cuerpo, tienes una comunidad de hermanas a quienes puedes acudir en ayuda de oración, rendición de cuentas y consejo. Y, porque estás unida a Cristo puedes vivir por fe. ¿cuál es tu mayor problema? El pecado que está en el corazón engañoso (Mc. 7:21-23).  Toda nuestra vida estaremos luchando con pecado, sin embargo, estamos llamadas a dar fruto en medio de estas batallas. Efesios 4:22-24 es un pasaje clave que describe cómo vivir una vida victoriosa sobre el pecado: “que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad”.  

Reemplazar, renovar y revestir 

Quisiéramos que los resultados fueran inmediatos, pero nos toma toda la vida ejercer el dominio propio y amar más a Cristo. Despojarse del viejo hombre que está corrompido de sus deseos engañosos para ser renovados con la Verdad de la Palabra de Dios.  Su Verdad apela a tu identidad y el conocimiento de Quién es Dios. Entonces te vistes del nuevo hombre que está sentado en los lugares celestiales con Cristo en justicia y santidad.   ¿Cuáles son tus motivaciones? ¿Hay algo que estás tratando de llenar? ¿Crees que ya no puedes controlarlo? ¿Es sólo placer o te da un valor? La erradicación total es progresiva, es parte de aprender a despojarte de ese viejo hombre viciado, mientras tu entendimiento de quién es Dios en Cristo va creciendo, le seguirán tus deseos y necesidad de agradarle en acciones y pensamientos disminuirán.    Debes estar en guardia todo el tiempo, podrías llevar un diario escribiendo tus luchas, pensamientos y oraciones al Señor. Puedes compartir este diario con alguien que te acompañe en esta lucha para identificar patrones o momentos tentadores.   Ten a la mano los siguientes versos, el pecado de inmoralidad sexual (reemplazar): Mc. 7:21; Rom. 1:28-32; 1 Cor. 6:13, 18; 2 Cor. 12:21; Gal. 5;19-21; Ef. 5:3-5; Col. 3:5-7; 1 Tes. 4:3-7.  Palabra de Dios (renovar): Heb. 4:12; 2 Ti. 3:16-17; Sal. 119:9,105,130; Stg. 1:22; Lc. 11:28; Jn. 7:38; 1 Pe. 2:2.   Tu identidad en Cristo (revestir): Ef. 3:12,17; Rom. 7:22-25; Rom. 8:1,37-39, 2 Cor. 5:17; Gal. 3:26; Ef. 1:7,11; Ef. 2:13,22; Col. 1:2; Col. 2:7-10; Col. 3:3; 2 Ti 1:1; Rom. 5:1-11. 

Exhortación Final 

El amor por Cristo es tu única motivación, el cuál crecerá mientras te rindas en obediencia a seguirlo (1 Jn. 5:3). Al identificar tus motivaciones y el proceso que diariamente puedes hacer, te ayudará a perseverar y visualizar otras áreas en tu vida que también necesitan atención y dependencia de la obra de Cristo. El cambio es un proceso gradual, habrá días difíciles, quizás días donde caerás y el humor se dispare, pero es cuando recuerdas que tu pecado es grande, pero aún más grande es Su Gracia.  Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia (Rom. 5:20). 

Susana De Cano

Susana de Cano, está casada con Sergio y tienen tres hermosos hijos. Es diaconisa de Iglesia Reforma en Guatemala, donde sirve en discipulado y consejería. Estudia una Licenciatura en Teología en Semper Reformanda y Consejería Bíblica en CCEF. Puedes leer lo que escribe de Su Salvador Jesucristo en Instagram @ella_habla_verdad, y en su blog https://medium.com/hablemos-verdad

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