Hoy continúo esta nueva serie titulada “Los puritanos”. Tengo una creciente fascinación por los escritos puritanos y decidí que podría ser valioso presentarles (¡y presentarme!) a algunos de los escritores puritanos más importantes. Me centraré principalmente en hombres cuyas obras he leído en el pasado. Como no tengo la experiencia necesaria para presentar a los hombres o sus obras, me apoyaré en expertos como Joel Beeke y J. I. Packer para que me guíen. Esta semana conocemos a Jeremiah Burroughs.
Jeremiah Burroughs fue un hombre de convicciones y un pastor fiel. Nacido en 1600, fue tutelado por Thomas Hooker y educado en el Emmanuel College de Cambridge. Después de graduarse con una maestría en artes en 1624, se dedicó al ministerio en Inglaterra, sirviendo primero como asistente pastoral en Suffolk y luego como rector en Norfolk. Burroughs perdió su trabajo en Norfolk porque, por razones de conciencia, no podía obedecer varios dictados del obispo, entre ellos la exigencia de leer en la iglesia el Libro de los deportes del rey Jacobo, que declaraba permisibles el baile, el tiro con arco y otras actividades recreativas en el día del Señor.
Entre 1638 y 1640, Burroughs vivió en Rotterdam (Países Bajos), sirviendo como maestro en una congregación de independientes ingleses que se habían trasladado a esa ciudad.
Luego, desde 1640 hasta su muerte en 1646, Burroughs volvió a Inglaterra, donde sirvió como pastor de dos de las mayores congregaciones de Londres. Fue en esta época cuando se lo reconoció como un gran predicador y líder puritano. Thomas Brooks lo llamó “un príncipe de los predicadores”, y la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores lo invitaron a predicar ante ellos en varias ocasiones.
En 1646 Burroughs murió por complicaciones provocadas por una caída de su caballo.
Un aporte único
Burroughs era un anglicano independiente que creía que la Iglesia y el Estado debían estar separados y que las congregaciones locales deberían ser autónomas. Esto lo llevó a un desacuerdo con los presbiterianos sobre cómo deberían gobernarse las iglesias. Esta fue una situación conflictiva en la Inglaterra de su época y provocó muchas luchas y divisiones personales, políticas y eclesiásticas.
Sin embargo, Burroughs fue una fuerza estabilizadora que actuó con moderación en su apoyo al independentismo. En la puerta de su estudio estaba el lema, en latín y griego, “Opinionum varietas et opinantium unitas non sunt hasustata…”, que se traduce como “La variedad de opiniones y la unidad de opinión no son incompatibles”. Esta era la forma que tenía Burroughs de afirmar la autenticidad de la fe en otras denominaciones, así como la unidad de la iglesia mundial, al tiempo que le permitía abogar por creencias que aún no eran sostenidas por todos.
Richard Baxter escribió: “Si todos los episcopales hubieran sido como el arzobispo Ussher, todos los presbiterianos como Stephen Marshall y todos los independientes como Jeremiah Burroughs, las brechas de la iglesia se hubieran curado pronto”.
Si lees solo una obra
Si vas a leer una sola obra de Jeremiah Burroughs, que sea El contentamiento cristiano, una joya rara. Esta, de todas sus obras, ha resistido la prueba del tiempo como una obra realmente única. Es una de las primeras obras puritanas que leí y una de las que tuvo un profundo impacto en mi vida.
Obras más importantes
Lamentablemente, muchas de las obras de Burroughs son un poco difíciles de encontrar hoy. Se han reeditado, pero luego se han agotado. Espero que esto se remedie pronto. Por ahora, considera leer:
- The Evil of Evils: The Exceeding Sinfulness of Sin [El mal de los males: la excesiva pecaminosidad del pecado]
- Gospel Worship [Adoración evangélica]
- Por último, si deseas saber más sobre Burroughs, quizás quieras considerar una nueva biografía publicada por Reformation Heritage Books: A Life of Gospel Peace [Una vida de paz evangélica]
Este artículo se publicó originalmente en Challies.