¿Necesitas un poco de gozo hoy?

La mayor alegría relacionada con la riqueza no proviene de la ganancia, sino del dar.
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Detesto los anuncios de lotería. Aunque hay miles de variaciones de este tipo de anuncios, todos parten de un tema común: el dinero trae alegría. Un anuncio reciente mostraba a gente practicando el baile de la felicidad que harían cuando supieran que habían ganado millones de dólares. En otro, la gente describía las cosas que se comprarían cuando por fin tuvieran una gran fortuna. De un modo u otro, todos estos anuncios expresan la misma idea: más dinero equivale a más felicidad.

Por supuesto que existe alguna relación entre el dinero y el gozo. Los cristianos pueden a veces hablar como si más dinero solo trajera más dificultades, pero eso tiende a ser expresado por personas que nunca han luchado con la verdadera pobreza. Realmente hay alegría en el tipo de posesiones y experiencias que el dinero puede hacernos ganar. “Todo lo creado por Dios es bueno, y nada hay que rechazar si se recibe con acción de gracias” (1Ti 4:4). Agur lo dijo bien cuando oró:

Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas,

No me des pobreza ni riqueza;

Dame a comer mi porción de pan,

No sea que me sacie y te niegue, y diga:

“¿Quién es el Señor?”.

O que sea menesteroso y robe,

Y profane el nombre de mi Dios (Pro 30:8-9).

Pero no necesitamos ser cristianos durante mucho tiempo para aprender que la mayor alegría relacionada con la riqueza no proviene de la ganancia, sino del dar. Acumular riquezas para nosotros mismos da una satisfacción mucho menos duradera que contribuir a las causas de Dios. Mientras que nosotros tendemos a asociar la alegría con lo mucho que obtenemos, la mayor alegría viene de lo que damos libremente. 

La mayor alegría relacionada con la riqueza no proviene de la ganancia, sino del dar.

Lo vemos en varios lugares de la Biblia, pero quizá nunca más claramente que en los versículos finales de 1 Crónicas. En ellos, el rey David se presenta ante el pueblo de Israel para hablarles del templo que pronto construirá su hijo y pedirles que provean para él. Después de describir cómo ha apartado diligentemente lo mejor de su propia riqueza para el templo, pregunta: “¿Quién, pues, está dispuesto a dar su ofrenda hoy al Señor?” (1Cro 29:5). David es bendecido y alentado al ver que la gente da con extrema generosidad, de modo que pronto hay grandes montones de oro, plata, bronce, hierro y piedras preciosas, todo lo que puedan desear o necesitar para construir un magnífico templo para el Señor. 

Es en este contexto donde encontramos palabras que contrastan fuertemente con todos los anuncios de lotería jamás filmados. “Entonces el pueblo se alegró porque habían contribuido voluntariamente, porque de todo corazón hicieron su ofrenda al Señor; y también el rey David se alegró en gran manera” (1Cr 29:9). Al final de este gran derroche de generosidad, los corazones del pueblo y de su gobernante rebosan de alegría, abrumados por el amor a Dios. Este amor se genera no por recibir, sino por dar. La alegría fluye directamente de su generosidad.

David está tan conmovido que dirige al pueblo en oración y pregunta: “¿Quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer tan generosamente todo esto?” (1Cr 29:14). Con humildad, se maravilla de que Dios les haya permitido experimentar tanta alegría. ¿Quiénes son ellos para que Dios les conceda la bendición de un placer tan grande? Es más de lo que Dios les debe, más de lo que merecen.

Los anuncios de lotería están equivocados. Lo entienden todo al revés. El gozo verdadero y duradero —el gozo que une la tierra con el cielo— es el gozo de dar. Así que te pregunto: ¿Te vendría bien un poco de gozo hoy? ¿Estás abatido o desanimado? Entonces tal vez lo mejor sería dejar de navegar por Amazon y dejar de desear recibir todas esas cosas que tanto anhelas. En lugar de eso, considera lo que Dios te ha dado, ya sea riqueza, tiempo, talentos o dones, y piensa cómo puedes utilizarlos para ser generoso con otra persona. Considera cómo puedes dar a los demás lo que Dios te ha dado, pues como reconoció David: “De Ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de Tu mano te damos”. Conságralo a Su causa y experimenta Su bendición. Devuélveselo y experimenta Su gozo.


Publicado originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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