
La ciudadanía y el Evangelio de Jesucristo
Y en el momento en que creemos, se nos conceden todos los derechos de la ciudadanía para siempre. Nos convertimos en ciudadanos del cielo.
Y en el momento en que creemos, se nos conceden todos los derechos de la ciudadanía para siempre. Nos convertimos en ciudadanos del cielo.
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Las Bienaventuranzas de Jesús pretenden impactarnos por la forma en que contradicen sistemáticamente nuestros instintos e interrumpen nuestras inclinaciones.
¿Cómo honramos a nuestros padres, especialmente cuando somos adultos?
Nadie protesta contra la justicia. No se oye a la gente en las calles gritando: «¡No hay injusticia, no hay paz!» o «¿Qué queremos? ¡Injusticia!
Solía decir que ningún teólogo vivo había impactado mi fe más que R.C. Sproul. Sus libros me cambiaron, me formaron y me fortalecieron.
¿Qué podríamos darle a nuestros seres queridos si tuviéramos todo el poder del Dios todopoderoso, si pudiéramos dispensarles algún don de Su infinito depósito?
La parábola de los talentos es una de las más conocidas y más queridas de todas las que nos dejó Jesús.
Los cristianos son vistos cada vez más atrasados, viviendo una moralidad antigua, represiva e irrelevante.
La vida es efímera—efímera como el rocío que se posa en la hierba en la oscuridad de la noche, pero que luego se consume con
Dios llama a cada pastor a cuidar de las ovejas de Dios. Cualquier otra cosa que haga un pastor, nunca puede comprometer esa misión central.