Toronto es la ciudad más diversa del mundo, lo que significa que las iglesias de Toronto se encuentran entre las más diversas del planeta. Si más del cincuenta por ciento de las personas que viven en la ciudad nacieron en un país distinto de Canadá, como es exactamente el caso, entonces con toda probabilidad más del cincuenta por ciento de las personas que asisten a la iglesia en la ciudad nacieron en un país distinto de Canadá. Es raro que una iglesia de aquí no tenga miembros de varias naciones diferentes, a menudo, como es el caso de mi iglesia, unos veinticinco o treinta de ellos. Y esto significa, por supuesto, que las iglesias de Toronto han tenido el gozo de aprender a crecer en medio de una cultura de diversidad. Hace unos años nos reunimos como miembros de Grace Fellowship Church en lo que llamamos una «Mesa redonda sobre la diversidad». La idea era simplemente discutir lo que significa ser una iglesia diversa y considerar cómo podemos ejercer bien la diversidad. Durante varias horas hablamos y escuchamos mucho. Tomé notas extensas y las reduje a estos 7 puntos de aplicación que surgieron de los miembros. Los he compartido en el pasado, pero el contexto cultural actual en el que muchos de los mensajes parecen indicar que no es posible tener una verdadera unidad en medio de la diversidad, parece el momento ideal para compartirlos de nuevo.
- Recuerda tu historia. Recuerda tu historia como cristiano, reconociendo que la Iglesia no comenzó con la fundación de tu congregación o la de tu nación. La Iglesia fue fundada en Pentecostés y comenzó en un contexto de gran diversidad. El capítulo 2 del libro de Hechos relata el derramamiento del Espíritu Santo y cómo, de repente, personas de todo el mundo conocido escuchaban el Evangelio en sus propias lenguas y llegaban a una fe común en Cristo. Esto nos dice algo importante: La diversidad es el estado natural de la Iglesia de Cristo. Sin embargo, al seguir leyendo Hechos (p. ej., los capítulos 6 y 15) y al pasar a las epístolas, verás que gran parte del conflicto dentro de la iglesia primitiva se basaba en las diferencias étnicas. Esta gran característica de la Iglesia siempre ha sido explotada por Satanás para provocar grandes trastornos. La belleza de la diversidad y la lucha por mantener esa belleza son tan antiguas como la misma Iglesia. Por tanto, no deberíamos sorprendernos ni desanimarnos si descubrimos que representa un desafío hoy.
- Estudia otras culturas. En un contexto de diversidad, podemos hacer suposiciones sobre otras personas, que ignoran la singularidad de su cultura. Podemos juzgarlos según estándares o suposiciones que no compartimos. Para amar a la gente de tu iglesia, necesitas estudiar las culturas representadas por los miembros de tu iglesia. Puedes beneficiarte de tener algunos intérpretes culturales de referencia que ayuden a aclarar las cosas cuando se necesite entender a las personas y las situaciones, o para elaborar aplicaciones especialmente precisas en un sermón. Por ejemplo, mientras que yo vengo de una cultura en la que la reputación de una persona se basa en la culpabilidad o la inocencia, muchos miembros de mi iglesia vienen de una cultura que se inclina más hacia el paradigma del honor y la vergüenza (recurso en inglés). Cuando los padres de una joven de nuestra iglesia le dijeron que la echarían de su casa a menos que negara su fe, quise alegar cuestiones de justicia: «¡No es correcto ni justo que te hagan esto!». Pero esto puede no haber sido particularmente útil para su situación, ya que para su familia no era primero una cuestión de justicia, sino de vergüenza. Ella y yo veíamos el mundo a través de lentes culturales diferentes. Como su pastor, tenía que aprender a entender ese lente para poder ayudarla a ver la verdad bíblica que la ministrara. Y resulta que la Biblia está llena de verdades que pueden ministrar a las personas que están lidiando con el gran peso de la vergüenza.
- Enfatiza la hospitalidad. Varias personas expresaron cuán importante era esto para nuestra iglesia y para nuestra unidad como comunidad. Aprendimos que algunas culturas muy comunitarias y relacionales tienden a no extender la hospitalidad dentro de sus hogares. Por tanto, estas personas fueron bendecidas cuando personas de culturas basadas en la hospitalidad comenzaron a invitarlas a sus casas un domingo por la tarde. A menudo resultaba intimidante aceptar tales invitaciones, pero pronto se convirtió en algo normal que los motivó a invitarlos a sus propios hogares. Aquí hay un reto para involucrarse en la vida de otras personas y hacerlo en la sala de tu casa. Deja de hacer un ídolo de tu propia comodidad e invita a esas personas, dales la bienvenida sin reservas de la misma manera que Dios en Cristo te dio la bienvenida a ti.
- Profundiza en tu definición de diversidad. Al considerar la diversidad, es importante ir más allá de la raza o etnia. Ambas son maravillosas, pero ninguna refleja la totalidad de las formas en que Dios quiere mostrar Su gloria. En algunos lugares, la división más difícil puede ser de clase o casta. Puedes tener grandes dificultades para lograr que las clases altas y las clases bajas o las castas altas y las castas bajas adoren juntas. En algunas iglesias lo será la capacidad, haciendo un lugar en la vida de la iglesia para las personas discapacitadas. En algunas iglesias será la economía, haciendo un lugar en la misma iglesia para los indigentes y los ricos. Podría ser la edad, siendo verdaderamente acogedores con los ancianos en un momento en que parece que estamos obsesionados con la juventud. Y sí, podría ser la raza o el origen étnico. Estudia tu comunidad y haz que tu meta sea la diversidad: Queremos que nuestra iglesia refleje la diversidad de la comunidad en la que Dios nos ha colocado.
- Sé paciente. Hay muchas cosas en la vida cristiana y en la iglesia que tardan más de lo que queremos, pero Dios trabaja a Su propio ritmo. En nuestra iglesia tuvimos un repentino aumento de la diversidad étnica, pero durante unos años no se reflejó en nuestro cuerpo de ancianos. Eso fue algo incómodo para nosotros porque la gente podría haber dicho que esto reflejaba un prejuicio. La realidad es que muchas de las personas que llegaron a nuestra iglesia eran jóvenes y necesitaban guía y discipulado al igual que todos los jóvenes. Esto tomó tiempo y no se podía apresurar. Ahora, unos años después, nuestro cuerpo de ancianos refleja con mayor precisión la diversidad de la iglesia. Tuvimos que luchar contra la tentación de precipitarnos, de apresurar a la gente a tomar puestos por miedo o por un sentir de incomodidad. Puede tomar tiempo para que la diversidad eche realmente raíces en tu iglesia, y luego se muestre en toda la vida de la iglesia.
- Habla la verdad y actúa con amor. La experiencia de nuestra iglesia es ésta: La verdad atrae la diversidad, el amor mantiene la diversidad. Descubrimos que no necesitábamos crear un programa para alcanzar la diversidad. Simplemente predicamos la verdad y el pueblo de Dios respondió al imán de la Palabra. La Palabra de Dios atrajo a las personas, pero se necesitó amor para mantenerlas. Si encuentras que las personas vienen a tu iglesia pero no se quedan, tal vez esta sea la razón. El pueblo de Dios está hambriento de la verdad y hambriento de ser alimentado con ella, pero a veces podemos predicar poderosos sermones que luego contradecimos con nuestras acciones.
- Si la primera lección era recordar el pasado, la última es recordar tu futuro. Y puedo decir «recuerda» porque ese futuro está fijado en la mente de Dios y registrado para ti en el último libro de la Biblia. Puedes leer sobre esto en cualquier momento. Es un futuro de completa unidad en medio de una increíble diversidad. El propósito de Dios en la eternidad no es tenernos adorando en enclaves divididos por color, etnia, capacidad o preferencia. Adoraremos juntos como gente de una nación, hijos de un padre, piedras de un templo. Y por la gracia de Dios, Él quiere darnos hoy un anticipo de eso. Es un tenue aroma de un lugar familiar, una vista lejana de una tierra prometida, un sonido lejano de un alegre canto. Es nuestro gozo leer sobre ello, anhelarlo y recordarlo hasta el día en que finalmente lo experimentemos.
Este artículo se publicó originalmente en Challies.