Abortó el bebé “incorrecto”

¿Hasta cuándo seguiremos creyéndonos la mentira del “aborto terapéutico”? ¿Cuándo aceptaremos y viviremos lo que Dios nos dice en su palabra?

Existen algunas noticias que no dejan de asombrarme, y que muestran tan claramente la situación actual de la sociedad de los Estados Unidos (la cual estamos tan “deseosos” de imitar). La noticia nos dice lo siguiente:

Un doctor en Sarasota, Florida, ha perdido su licencia para ejercer porque, según los noticieros, abortó al bebé “incorrecto”. Al Dr. Matthew Kachinas se le ha quitado su licencia debido a que en el 2006, se le pidió que hiciera un aborto a un bebé con síndrome de Down, pero éste abortó al bebé incorrecto. La madre estaba embarazada de mellizos, de los cuales uno era sano y el otro tenía síndrome de Down entre otros defectos congeniales. La madre le pidió al doctor que le hiciera una “reducción selectiva” (nombre técnico para “matar”) para eliminar así al bebé con defectos. Luego de completado el procedimiento, un ultrasonido reveló que el bebé “eliminado” fue el saludable, o mejor dicho, el “incorrecto”. Y para hacer todo más perverso e inmoral, la madre al ser notificada pidió abortar al que quedaba, el que tenía defectos (perdiendo así ambos bebés), para luego demandar al Dr. Kachinas.

¿Qué aprendemos de todo esto?

Primeramente, que los bebés ya están siendo tratados como productos. Si deseamos el bebé perfecto (o sin defectos), solo basta con hacer varios análisis para así determinar si éste cumple con las especificaciones deseadas. Si no lo hace, lo devolvemos al Creador. ¡La vida humana es reducida a un producto comercial que está sujeto a las preferencias de los consumidores!

¿Cómo somos distintos a Hitler?

Y en segundo lugar, aprendemos lo confundida y trastornada que está la moral de la sociedad. Esta situación es tan grave que estadísticas muestran que el 80-90% de los bebés prenatales identificados con síndrome de Down son abortados. Como nos dice el Dr. Albert Mohler:

Hemos comenzado una misión de “busca y destruye” de bebés en el vientre que posean Síndrome de Down”.

Sin embargo, la cosmovisión cristiana se basa en la santidad de cada vida humana por el simple hecho de ser hecha a la imagen de Dios. La vida de cada hombre es sagrada porque ésta representa a Dios. Somos un reflejo de Él y a la luz de las Escrituras, esto que se comete legal y continuamente es una atrocidad, producto de la maldad misma. ¿Es a ésta sociedad que deseamos imitar? ¿Es ese futuro que queremos para nuestras comunidades, para nuestros hijos y nuestro paises? Como nos dice el Dr. Mohler, una vez más:

¿Cuál es el escándalo real aquí – que el doctor estaba listo para abortar un bebé con síndrome de Down o que abortó al bebé ‘incorrecto’?”

Crisis moral: vida después del Aborto

El que este doctor haya abortado el bebé incorrecto creó cierto tipo de escándalo en los Estados Unidos, no porque fuese ilegal el aborto, sino porque abortó al bebé “incorrecto”. Pero, este es un caso dentro de miles. Lamentablemente, el mundo sigue sumergido bajo una crisis moral con respecto al aborto. Y otra muestra de esto son las noticias que siguen apareciendo en periódicos europeos y americanos. En Italia, un bebé de 22 semanas de gestación murió luego de haber sido abortado. El bebé sobrevivió durante dos días luego del aborto. Su madre decidió hacer el aborto un sábado en el Hospital Rossano Calabro. Pero, el bebé fue descubierto al día siguiente por un cura que fue a orar al lado de su cuerpo. Lo encontró vivo, y lo reportó inmediatamente a los doctores. Especialistas neo-natales se encargaron de cuidar y hacer todo lo posible por el bebé pero éste murió el lunes por la mañana. Esto ha hecho que las autoridades locales investiguen el caso por “homicidio” ya que en Italia está prohibido el infanticidio.

¿Cuál es la crisis moral aquí?

En Italia está permitido el aborto desde 1978 pero bajo circunstancias específicas. ¿Un ejemplo de una circunstancia específica? Bueno, si el bebé posee alguna discapacidad en el embarazo, el mismo puede ser abortado, lo cual sucedió aquí. Vemos cómo se repite el deseo de los padres de tener hijos perfectos y sin dificultades, tratando de mandar sobre la creación de Dios. ¿Es legal matar a un niño, a otro ser humano, mientras esté en la barriga de la madre, pero es ilegal matarlo una vez que nace? ¿Cuál es la diferencia? ¿No sigue siendo un niño, con vida, el cual siente dolor y posee un alma? ¿Hasta dónde hemos llegado? ¿Hasta dónde vamos a llegar? El amor más puro sobre la tierra se suponía que era el amor de una madre a su hijo… ¿ha donde se ha ido este amor? Fue un ateo que me dijo que con valores absolutos no avanzamos a ninguna parte, sino que necesitamos valores relativos. ¿El aborto es muestra de esto? Hemos avanzado a matar a más de 42 millones de niños al año, a través del aborto. Dígase, alrededor de 115,000 niños son abortados diariamente. ¿Esto es avanzar? ¿Es esto que deseamos imitar? Ciertamente, las leyes de los países que aceptan el aborto nos dicen que si el bebé sobrevive el aborto o nace, este automáticamente se vuelve un ciudadano, por lo que los médicos deben hacer todo lo posible por salvar al niño. Sin darse cuenta, ¡viven en una contradicción! ¡El mismo médico que hace el aborto, debe salvar al niño si éste sobrevive al procedimiento! Lo penoso es que, esto ha ocurrido anteriormente. Fue en la misma Italia donde otro bebé de 22 semanas de gestación sobrevivió al aborto, un aborto que fue pedido por su madre por tener “desórdenes genéticos”.  Murió a los 3 días. En el 2005 un bebé de 24 semanas, en Manchester, sobrevivió a tres (no uno, no dos, sino tres) intentos de aborto. Al día de hoy tiene 5 años y asiste a la escuela. ¿Qué le dirán sus padres? ¿Qué le dirá la sociedad? ¿Qué merecía estar muerto? ¿Qué su existencia se la debe gracias a un “error” en el procedimiento (o mejor dicho a tres errores). ¿Hasta cuándo seguiremos jugando a ser Dios? ¿Hasta cuándo seguiremos creyéndonos la mentira del “aborto terapéutico”? ¿Hasta cuándo estaremos viviendo las mentiras que nos venden los relativistas? ¿Cuándo aceptaremos y viviremos lo que Dios nos dice en su palabra?

He aquí, don del Señor son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre. Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta”. (Salmos 127:3-5)

Abraham Paniagua

Es originario de República Dominicana. Licenciado en teología, y con una maestría del Southeastern Baptist Theological Seminary (SEBTS) donde actualmente cursa sus estudios doctorales. Esposo de Lía.

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