4 marcas del amor de un esposo piadoso

¿Cómo tiene que amar un esposo a su esposa? ¿Cuál es el tipo de amor que le debe?
|
|

Maridos, amad a vuestras mujeres» (Ef. 5:25a LBLA). Por un lado, es una declaración tan simple, un mandato sencillo. Simplemente amen. Por otro lado, no hay ningún esposo en el mundo que pueda decir que ya lo ha dominado. Detrás de este simple mandato hay un esfuerzo de por vida, un crecimiento de por vida. ¿Cómo tiene que amar un esposo a su esposa? ¿Cuál es el tipo de amor que le debe? A continuación usaré el bosquejo de Richard Phillips, que lo explica en su nuevo comentario sobre Efesios. El amor sacrificial. El amor del esposo es abnegado y sacrificial. «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella» (v. 25). Todo esposo sabe que está llamado a amar a su esposa a tal grado que estaría dispuesto a morir por ella. Pero Dios pide mucho más que esto. «Es fácil para los hombres pensar en morir dramática y sangrientamente por nuestras esposas en algún gran gesto. Pero lo que Pablo tiene en mente específicamente es que los esposos vivan sacrificialmente por sus esposas. Esto significa morir al interés propio para anteponer las necesidades de ella por encima de las propias. Significa una disposición a crucificar tus pecados, hábitos egoístas y rasgos indignos de carácter. Recuerdo a un esposo que me dijo que siempre había pensado que, si un hombre entraba en la casa con un cuchillo para atacar a su esposa, seguro que estaría dispuesto a morir defendiéndola. —Entonces me di cuenta —dijo— que emocional y espiritualmente yo soy ese hombre que agrede a mi esposa y amenaza su bienestar. Lo que Dios me llama a hacer es dar muerte a mi propia naturaleza pecaminosa». Es exactamente así. Tal vez morirías por tu esposa, pero ¿vivirás para ella? Un amor redentor. El amor del esposo es, así como el amor de Cristo, redentor. Cristo «se dio a sí mismo por ella [la Iglesia], para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada» (vv. 25-27). «Si seguimos esta progresión, vemos el evangelio cristiano en términos de cómo Cristo prepara una novia para Sí mismo». Cristo está santificando activamente a Su pueblo a través de la Palabra para limpiarnos del pecado y hacernos santos. Pablo dice ahora que el esposo debe ver esto como su modelo para la forma en que se relaciona con su esposa. «Así como el amor de Cristo nos redime para gloria, el amor del esposo debe dirigirse al crecimiento espiritual de su esposa. Nótese también que este ministerio está asociado a las palabras del esposo. La palabra griega que se usa aquí es thema, que se refiere a palabras reales, en lugar del término más común logos, que habla de un mensaje en general. Esto demuestra la importancia que tienen las palabras de un esposo para su esposa. Lejos de molestar o derribar a su esposa con sus palabras, los esposos amorosos deben recordarles a sus esposas el amor de Dios y ministrar para su bendición y mayor madurez espiritual». Un amor cuidadoso. El amor de un esposo es también un amor cuidadoso. «Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; porque somos miembros de su cuerpo» (vv. 28-30). El cuidado de un hombre por su esposa debe ser tan esmerado e íntimo como el cuidado de su propio cuerpo. Pablo ofrece dos palabras clave para describir esto: sustentar y cuidar. Un esposo cuida a su esposa al sustentar y nutrir su corazón, tal como un jardinero nutre sus plantas. «Esto requiere que él le preste atención, que hable con ella para saber cuáles son sus esperanzas y sus temores, qué sueños tiene para el futuro, en qué áreas se siente vulnerable o fea, y qué la hace sentir ansiosa o le produce gozo». Un esposo aprecia a su esposa «en la forma en que pasa tiempo a su lado y habla de ella, para que se sienta segura y amada en su presencia». Phillips ofrece esta advertencia: «Según mi experiencia, el amor cuidadoso de un esposo es una de las mayores necesidades en la mayoría de los matrimonios. El corazón de una esposa se seca con un esposo que le presta poca atención, que no se interesa por su vida emocional y no se conecta con su corazón». Un amor comprometido. Por último, el amor de un esposo es un amor comprometido. «Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne» (v. 31). De la misma manera que Cristo es totalmente fiel a Su iglesia, el esposo debe ser totalmente fiel a su esposa. Esto se deriva de la unión de una sola carne que es «el compartir toda una vida dentro de los límites seguros del amor comprometido». Una gran barrera para este tipo de amor es cuando el esposo no transfiere su lealtad de sus padres a su esposa, por lo que no deja completamente a su padre y a su madre. «Un esposo que comparte secretos matrimoniales con sus padres o que no puede liberarse del control de su familia no es capaz de ofrecer a su esposa la devoción que necesita». Otra gran barrera es el pecado sexual. «El matrimonio implica renunciar a todos los demás en favor de un vínculo exclusivo, íntimo e indivisible. En el mundo pagano de Pablo, así como en el nuestro, el matrimonio era minado por la inseguridad, ya que los hombres y las mujeres se cambiaban de pareja como se cambiaban de ropa. Pero un esposo cristiano ofrece a su esposa la seguridad de un amor comprometido, en el que ella puede florecer emocional y espiritualmente». Un marido se compromete con su esposa excluyendo a todas las demás mujeres. En todas estas formas, el matrimonio cristiano es un retrato de la unión de Cristo con Su Iglesia. «Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia» (v. 32). Cuando vemos esta íntima conexión entre el matrimonio y el evangelio, comprendemos que «no hay nada más profundo en todo este mundo que el sagrado vínculo del matrimonio, y ningún deber más solemne que los que deben la esposa a su esposo y el esposo a su esposa». Entonces, esposo, ¿amas a tu esposa? ¿De qué manera necesitas amarla mejor, para amarla tal como Cristo ama a Su Iglesia? Este artículo se publicó originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.