Proverbios 31

En este pasaje verán el tipo de mujer que es tan diferente a la tentadora, la perezosa y a muchos de los otros personajes de Proverbios.

«Mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas». Así comienza el que sin duda es el capítulo más famoso (o más notorio) de Proverbios. Escrito por el rey Lemuel, este capítulo, el trigésimo primero, incluye un poema de alabanza a la esposa excelente. Ha proporcionado material para estantes de libros y para innumerables sermones.  Estoy seguro de que lo conoces bien. Aunque los versículos se predican y aplican frecuentemente a las mujeres, me parece que dentro del contexto del libro los versículos en realidad estaban destinados a los hombres jóvenes. En este pasaje verán el tipo de mujer que es tan diferente a la tentadora, la perezosa y a muchos de los otros personajes de Proverbios. Por supuesto, también se presenta como un desafío valioso para las mujeres piadosas.  Es mucho lo que podemos decir acerca de esta esposa excelente, pero últimamente mis pensamientos se han centrado en un aspecto de su vida. A lo largo del poema, leemos líneas que sugieren que esta talentosa mujer dirige un pequeño negocio: es una empresaria. Como parte de su vida como madre y esposa, compra y vende, construye y comercia. Ella complementa los ingresos familiares y da a los pobres a través del dinero que gana en el negocio.  Evalúa un campo y lo compra; con sus ganancias planta una viña.  Ella se ciñe de fuerza, y fortalece sus brazos.  Nota que su mercancía  es rentable,  no se apaga de noche su lámpara.  Extiende sus manos a la rueca,  y sus manos toman el huso.  Extiende su mano al pobre,  y alarga sus manos al necesitado.  No teme la nieve para  su casa,   porque todos los de su casa llevan ropa escarlata.  Vale la pena mencionar que en ninguna parte de la Biblia encontraríamos que esta representación es normativa para todas las mujeres; no tenemos que creer que una mujer no puede ser una esposa y madre fiel a menos que tenga algún tipo de negocio. Pero sí conozco a muchas mujeres, aspirantes a mujeres de Proverbios 31, que han comenzado sus propios negocios. De hecho, últimamente me ha impresionado la manera en la que he visto a mujeres cristianas ejerciendo mucho ingenio al imitar a la mujer de Proverbios 31. Ellas están encontrando la manera de convertir lo que aman hacer en pequeñas empresas. El contexto ha cambiado, por supuesto. No conozco a muchas que estén comprando y vendiendo campos y plantando viñedos. Pero he visto a muchas de ellas reaccionar ante las nuevas realidades del siglo veintiuno creando otro tipo de negocios. Ellas son las mujeres de Proverbios 31 del siglo veintiuno.  Te comparto algunos ejemplos: 

Lo que tienen en común estos trabajos es que todos se pueden hacer desde el hogar y todos se pueden hacer en el «tiempo libre» (¡algo así como un oxímoron cuando se trata de madres!). Estas mujeres realizan trabajos que les permiten adaptarse a las nuevas realidades y colocar a sus familias en primer lugar, incluso mientras obtienen ingresos adicionales.   Me encantaría conocer otros ejemplos similares de cómo las mujeres cristianas de hoy están creando sus propias pequeñas empresas (y en el futuro espero crear una publicación que muestre algunas de ellas). Si tienes un negocio de este tipo o si conoces a alguien que lo tenga, deja un comentario y cuéntanos al respecto.  Este artículo se publicó originalmente en Challies. 

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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