¿Por qué debemos congregarnos?

Desde una perspectiva bíblica, consideremos 5 razones por las que debemos, como creyentes, congregarnos.
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Estamos en tiempos de apatía espiritual, tiempos de individualismo, tiempos donde la pregunta de si debemos asistir a la iglesia es cada vez más discutida, tiempos donde cada vez hay más desgano por el congregarse y donde hay más personas que creen que pueden crecer, honrar y servir al Señor de forma aislada o simplemente de forma online; ahora bien, ¿qué se puede argumentar? ¿De verdad necesitamos congregarnos? A continuación, cinco razones de por qué debemos congregarnos.

1. Debemos congregarnos porque es lo natural en un hijo de Dios

Cuando vamos a las escrituras, por ejemplo, en el libro de los Hechos, vemos que una de las características de una persona que ha nacido de nuevo es que quiere estar con otros que comparten su fe, vemos que el hombre o mujer que venía a los pies de Cristo, de forma automática se hacía parte activa de la comunidad de fe; aquí no había llaneros solitarios, no había creyentes sin congregarse ni creyentes sin comunión, dice que “todos los que habían creído estaban juntos” (Hch 2:44).

El testimonio bíblico es que el cristiano verdadero tiene un deseo de tener comunión con otros creyentes (Hch 2:42). El término comunión significa participación, tener una parte, interacción, ayuda, compañerismo, relación estrecha,  y confraternidad; y todo esto porque el amor de Dios ha sido derramado en el corazón del creyente, y ese amor lo llevará a amar tanto al Señor como también a sus hermanos (Ro 5:5; 1Jn 3:14).

Una de las características de una persona que ha nacido de nuevo es que quiere estar con otros que comparten su fe. / Foto: Unsplash.

2. Debemos congregarnos porque es un mandamiento divino

Hebreos 10:24-25 dice: “Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca”. Este pasaje sencillamente nos hace ver que el tema de congregarse para el creyente verdadero , además de que es un deseo (cómo ya vimos) y una necesidad (como ya veremos), también es un mandamiento, pues para poder disfrutar de la gracia del Señor, a la hora de tener comunión con otros creyentes, Dios entonces pide a sus hijos que no dejen de asistir a las reuniones como iglesia. Dios demanda esto primero porque le honra y segundo porque, como se dijo, nosotros lo necesitamos.

3. Debemos congregarnos porque es un medio que Dios utiliza para seguir trabajando en Sus hijos

En el mismo pasaje de Hebreos 10:23-25, también podemos notar que estar dentro de una iglesia local es una forma como Dios trabaja y perfecciona a Sus hijos. Dios usa a otros creyentes para llevarnos a ser más como Cristo, simplemente nos necesitamos unos a otros, necesitamos de los dones que tienen otros hermanos y nuestros hermanos necesitan de nuestros dones, necesitamos de otros para seguir creciendo y así seguir luchando contra nuestros pecados (1Co 12:7; Ga 6:1-2; Ef 4:11-16).

Como han dicho algunos predicadores: “Nuestro caminar cristiano es un caminar en comunidad”. Proverbios 27:17 dice: “El hierro con hierro se afila, y un hombre aguza a otro”. O, como dice la nueva versión internacional sobre este mismo versículo: “El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre”.

Dios usa a otros creyentes para llevarnos a ser más como Cristo. Necesitamos de otros para seguir creciendo y así seguir luchando contra nuestros pecados. / Foto: Getty Images

4. Debemos congregarnos porque así se cumple el diseño de Dios

Efesio 4:11-16 es un pasaje de suma importancia en este tema, pues vemos que el plan de Dios en cada grupo de creyentes es que por un lado tenga líderes puestos por Él, hombres de Dios con el propósito de ayudar y guiar a los demás miembros para crecer en su caminar y en su semejanza a Cristo, pero por otro lado, vemos también que el diseño de Dios es que cada creyente le sirva y sea parte activa dentro de una comunidad de cristianos (1Co 12). Necesitamos ser guiados por pastores sabios y necesitamos de Dios para esto, para que luego cada creyente pueda servir al Señor con los dones de cada uno (1P 4:10-11).

5. Debemos congregarnos porque a Dios le honra la adoración comunitaria

En cuanto a la adoración comunitaria podemos decir que es una marca del pueblo de Dios, en todos los tiempos es y será una señal de los hijos del Señor. Decimos esto porque en las Escrituras vemos adoración comunitaria en las páginas del Antiguo Testamento con el pueblo de Israel (Ex 15:1; 33:10), vemos adoración comunitaria en las páginas del Nuevo Testamento con la iglesia (Ef 5:18; 1Co 14:26) y vemos también adoración comunitaria en los gloriosos lugares celestiales (Ap 5:14; 7:11).

Por tanto, podemos afirmar que la adoración comunitaria a Dios siempre ha estado y estará entre el pueblo del Señor, y que Dios es honrado en ello; Dios es honrado cuando Sus hijos están juntos y en armonía como dice  el Salmo 133:1, Dios es honrado cuando Sus hijos se reúnen en Su nombre (Mt 18:20), Dios es honrado cuando Sus hijos le adoran en espíritu y verdad (Jn 4:23-24), cuando le cantan juntos con el entendimiento y con el corazón (1Co 14:15), y cuando cada actividad como predicar o escuchar la predicación, cantar, leer la Biblia u ofrendar se hace para Su gloria (Col 3:16-17).

La adoración comunitaria es una marca del pueblo de Dios. En todos los tiempos es y será una señal de los hijos del Señor. / Foto: Getty Images

Conclusión

Por el testimonio de las Escrituras podemos reconocer que el congregarse es una gracia divina, una gracia que nos da el privilegio de tener comunión con otros hermanos, una gracia que nos permite estar bajo la dirección de hombres puestos por Dios como pastores o ancianos para guiarnos y mentorearnos, una gracia que nos ayuda a crecer y a madurar en la fe, una gracia que nos permite servir a nuestro Señor con los dones que nos dio, y una gracia que nos permite junto a otros cumplir nuestro propósito de adorar al Rey de reyes y Señor de señores. De manera que aunque es un mandamiento, no es una imposición o una carga, sino que es una bendición, un privilegio y una necesidad. Debemos congregarnos porque es un regalo de Dios.

Douglas Torres

Douglas Torres

Graduado del seminario bíblico Río grande (Edinburg, Texas), en la actualidad cursa una maestría en teología en el seminario Teológico bautista de Venezuela. Es facilitador del Seminario Teológico Ministerial (SETEMI), prosefor del Centro de Capacitación bíblica para pastores y maestro de la iglesia bautista Nuevo Amanecer en Bocono Edo Trujillo. Está casado con Erika de Torres y juntos tienen dos hijos, Douglas Davet y Naryet Orel Torres.

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