Cómo mantenerte animado cuando deseas rendirte | 1ra Parte

El andar cristiano es una batalla. El ministerio es difícil. Ser líder es una tarea agotadora, pero tenemos a un gran Salvador caminando con nosotros.
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El andar cristiano es una batalla. El ministerio es difícil. Ser líder es una tarea agotadora. El apóstol Pablo escribió esto en 2 Corintios 11:28 después de recordar toda una lista de sufrimientos por los cuales había pasado:

“Además de tales cosas externas, está sobre mí la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias” (2 Corintios 11:28).

Pablo sintió la presión diaria de su ministerio. Sintió la carga de preocuparse por las iglesias. Al leer esto, muchos de nosotros sentimos esa misma carga. Algunos de nosotros somos plantadores de iglesias y sentimos el peso y responsabilidad de pastorear a la gente. Pensamos: ¿Qué he hecho al traer esta o esa persona a mi equipo? ¿Qué he hecho al involucrarme en el absurdo de plantar  iglesias? Algunos de nosotros posiblemente estamos iniciando y, al mirar la tarea que tenemos por delante, nos sentimos preocupados al respecto. Sentimos que no queremos defraudar al Señor. Nos sentimos como que no sabemos lo que hacemos con gran parte del tiempo, así que ¿cómo vamos a plantar una iglesia o pastorear el rebaño de Dios? ¿Qué estamos haciendo? ¿Estamos haciendo lo correcto incluso al estar en el ministerio? Tal vez no eres un plantador de iglesias. Quizás eres un pastor. Quizás tan solo sientes el peso de simplemente ser un cristiano. Sabes que el Señor te ha salvado y conoces que el evangelio es verdadero, pero te estás dando cuenta de lo difícil del caminar cristiano. Estás descubriendo que el gozo que tenías al inicio es difícil de mantener. Sientes que esa emoción se ha convertido en un martirio. Te sientes cansado, ansioso y agobiado; todo aparenta ser demasiado trabajo duro. La Biblia no es extraña a estas emociones. Jesús no estaba ajeno a estas emociones. En momentos de dificultad debemos mirarlo a Él para animar nuestras almas. Veamos lo que Él tiene que decirnos.

1. Jesús nos promete que Él es la resurrección y la vida

Primeramente, quiero que sepamos que Jesús nos promete que Él es la resurrección y la vida.

“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?” (Juan 11:25-26)

El evangelio es 100% verdadero. ¿Y cómo sabemos que el evangelio es verdadero? Porque Cristo ha resucitado de entre los muertos. Jesús realmente murió por nuestros pecados y Jesús realmente resucitó de entre los muertos. Jesús, ahora mismo, está en lo alto y reina en gloria. Jesús está vivo. Frecuentemente, nos detenemos, miramos nuestras vidas y pensamos: “¿Qué rayos estoy haciendo con este asunto cristiano? ¿Qué rayos estoy haciendo al recibir como interno un pago que es casi nada? ¿Qué estoy haciendo como líder recibiendo quejas constantemente? ¿Qué estoy haciendo al aislarme de mi familia y amigos?” Bueno, cuando estamos teniendo nuestro pequeño ataque de autocompasión, necesitamos recordar que Jesús realmente resucitó de entre los muertos y que lo que estamos pasando vale la pena (¡incluso cuando no sentimos que sea así!). Escucha las palabras de Pablo en 1 Corintios 15:58 después de decirle a la iglesia que la resurrección de Jesús es verdadera. Él dice:

“Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.

Pablo quiere que sepamos que los sacrificios que estamos haciendo al dejar amigos, familia e incluso hogares, por el bien del evangelio, valen la pena. ¡Él quiere que permanezcamos firmes porque Jesús está vivo y recompensará a aquellos que le son fieles! ¿Qué otra cosa haría que las personas dejen una vida cómoda para convertirse en pastores o plantadores de iglesias? ¿Por qué la gente dejaría los Estados Unidos para que pudiendo ir a otro lugar, venga al Reino Unido y trabaje en un barrio pobre? ¿¡Por qué un hombre inglés llegaría a escabullirse en Escocia!? ¡Tiene que ser porque Jesús está vivo! Jesús está cambiando vidas; Jesús nos ha llamado a este punto. Estén animados mis hermanos y hermanas, su trabajo no es en vano; Jesús es la resurrección y la vida.

2. Jesús promete edificar Su iglesia sin importar lo que suceda

En segundo lugar, Jesús promete edificar Su iglesia sin importar lo que suceda. Mateo 16:18 dice:

“Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

Jesús hará esta obra. Sí, nos usará. Sí, tenemos la responsabilidad de compartir el evangelio. Sí, estamos llamados a ser fieles. Pero, Jesús es en última instancia responsable de la edificación de SU iglesia. ¡Él se preocupa más de nuestro pueblo que nosotros mismos porque dio Su vida por ellos! Esta promesa no es un tal vez; quizás Jesús edificará Su iglesia. Más bien es una promesa sólida como una roca. Tenemos que recordar esto mientras estamos en los asuntos del Rey. Los plantadores de iglesias a menudo sienten la presión de un mundo que nos observa esperando que produzcamos bienes. Muchos de nosotros estamos empezando desde cero y otros pueden tener un grupo de trabajo que prácticamente no inspira confianza a ningún nivel. Nos preguntamos ¿Cómo en esta tierra vamos a hacer que algo suceda? Pero, aquí está la verdad que necesitamos recordar constantemente, Jesús es quien edificará y no nosotros. Hay otros de nosotros que son un poco más seguros. Ellos piensan que van a ganar este barrio o esa ciudad para Jesús. Tienen un complejo de salvador y creen que todo depende de ellos. ¿Pero adivina qué? Jesús puede hacer Su trabajo sin nosotros. Recuerda, Dios no nos llama para demos resultados, sino para ser FIELES. En este momento tenemos algunas iglesias plantadas alrededor de Escocia. Todas ellas en diversas etapas de desarrollo. Algunas han visto a muchos ser salvos; algunas han visto sólo un par. Algunos han desarrollado un fuerte equipo de trabajo. Otros tienen sólo un puñado de gente sólida. Todos los líderes, sin excepción, van a ser tentados a mirar de forma impertinente las iglesias plantadas por cada uno y a hacer comparaciones. Dirán: “¡Oh rayos! ¿Mira cuántas personas tienen? ¡No estoy haciendo las cosas bien!” O también podrían decir: “Mira lo bien que nos va en comparación con el resto. Lo estamos logrando”. Nos haremos orgullosos o estaremos nerviosos. Sin embargo, todo lo que Dios requiere de nosotros es fidelidad, los resultados dependen de Él. Dios es el que prevé, predestina, llama, justifica y glorifica. Él es soberano sobre la salvación desde el principio hasta el fin. Nuestro trabajo es solo predicar el evangelio y dejar los resultados al Rey Jesús. Tenemos que recordar que nuestras iglesias plantadas no crecerán de la noche a la mañana. Roma no fue construida en un día. El reino de Dios a menudo crece lenta y silenciosamente. Jesús estaba claro acerca de eso con la parábola de la levadura y la semilla de mostaza; ambas cosas diminutas que eventualmente tendrán un gran impacto. Por lo tanto, necesitamos ser pacientes con el tiempo de Dios y confiar en que Jesús edificará Su iglesia sin importar lo que suceda.

3. Jesús promete estar con nosotros siempre

En tercer lugar, recuerda que Jesús está con nosotros siempre.

“Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).

Jesús le da este mandamiento a discípulos que estaban muy nerviosos por el futuro. Su Amigo y Salvador estaba a punto de regresar al cielo y estaban siendo comisionados para hacer discípulos en las naciones. Jesús los consuela diciendo: «YO ESTOY CON USTEDES». En otras palabras, Jesús promete estar con ellos en todo momento. Él nunca los dejará ni los abandonará. ¡Esa es la misma promesa para cada uno de nosotros! A veces el liderazgo puede ser una experiencia solitaria. En ocasiones el ministerio en general puede ser muy aislante. Pero, aquí está la verdad, Jesús está CON NOSOTROS. Él nos está sosteniendo y Él nos estará guiando. Sí, hemos sido llamados a una gran tarea, pero tenemos a un gran Salvador caminando con nosotros. Cuando Moisés fue llamado a ir a Faraón, Dios dijo esto: «Yo estaré contigo …» Cuando Josué fue llamado para llevar al pueblo a la Tierra Prometida, Dios dijo esto: «Yo estaré contigo …» Cuando los discípulos estaban asustados por el futuro porque su Salvador estaba partiendo, Él dijo esto: «Estaré con vosotros …» ¡La Biblia está llena de héroes que no tenían ni la menor idea! Moisés no quería ir. A Gedeón le faltaba coraje. Jeremías gimió. Jonás huyó. Pedro negó a Jesús. Sin embargo, Dios estaba con ellos y completó Sus propósitos. El Señor no nos usa porque somos dignos, porque tenemos un gran conocimiento teológico o porque somos emprendedores increíbles (aunque estas cosas ayudan), sino que lo hace porque Jesús está con nosotros construyendo Su reino. Continuará en un segundo artículo


Una publicación del ministerio 20Schemes.com | Traducido con permiso por Rudy Ordoñez Canelas La misión de 20Schemes es ayudar a construir iglesias sanas y centradas en el evangelio para las comunidades marginadas de Escocia (llamadas “schemes” en inglés).  

Andy Constable

Andy es un pastor asociado en la Iglesia Comunitaria de Niddrie (Edinburgh), donde sirve también como director del equipo de Ministerios. Está casado con Debbie y tiene una hija.

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