[dropcap]E[/dropcap]s una de esas citas sobre las que vale la pena reflexionar, vale la pena darle vueltas: «Las cosas sobre las que oras son las que confías en que Dios resolverá. Las cosas sobre las que no oras son las que confías en que puedes resolverlas por tu cuenta». Son palabras de H. B. Charles Jr., y me han hecho detenerme a pensar —precisamente lo que debe hacer una buena cita. Si esta cita refleja la realidad, y yo creo que lo hace, me desafía a preguntar: ¿por qué tipo de cosas no oro? Las cosas por las que dejo de orar son las cosas que creo que puedo resolver por mi cuenta, respecto a las cuales pienso que no necesito la sabiduría, la perspectiva o la intervención de Dios. Puede que nunca diga o ni siquiera piense una cosa tan terrible, pero mi falta de oración demuestra mi independencia, mi falta de dependencia de Dios. Así que, ¿cuáles son esas cosas por las que no oro? Estuve pensando (en oración) en esto, y surgieron algunas cosas. Adoración. Muy a menudo me encuentro participando en un servicio de adoración y me doy cuenta del horrible hecho de que no he orado pidiendo la gracia de Dios. De hecho, la cita de Charles vino de súbito a mi mente el domingo pasado cuando ya llevábamos alrededor de una hora del servicio del domingo en la mañana. Fue entonces que me di cuenta del terrible hecho de que no había orado por mí mismo ni por los demás miembros de mi iglesia. Debería haberlo hecho el sábado en la noche y el domingo en la mañana. Pero no lo hice. Más bien llegué a la adoración como si esa adoración me hiciera algún bien o me causara algún beneficio sin la presencia de Dios, sin el poder de Dios. Necesito orar que Dios me permita adorarlo de la forma que él merece ser adorado. Necesito orar para que él me bendiga, capacite y fortalezca por medio de esta adoración. ¿Quién soy yo para adorar sin oración? Escritura. Paso una buena parte de cada día soñando con las palabras y poniéndolas por escrito. Cada mañana comparto algunas de esas palabras con el público. Ha habido periodos cuando he hecho esto con mucha oración, cuando he tenido el cuidado de orar al escribir y de orar justo antes de presionar el botón «publicar». Pero también ha habido lapsos cuando la oración ha decaído, cuando me he conformado con escribir y publicar sin pedirle a Dios su gracia, su favor, su ayuda, su sabiduría. Y de esta forma, he mostrado que creo que pudo resolver esto por mi cuenta, que tengo suficiente sabiduría propia y no necesito pedir la de Dios. Provisión. Dios ha sido muy fiel con Aileen y yo a través de los años. Aunque he tenido empleos y los he perdido, aunque ha habido momentos en que el dinero ha sido escaso, Dios siempre ha provisto para cada una de nuestras necesidades. De alguna forma la provisión de Dios ha causado mi complacencia o mi idea de que tengo derecho. No oro como solía hacerlo. Ciertamente, no le pido a Dios que provea como lo hacía cuando nos costaba más ver la forma de pagar la siguiente cuenta. En aquellos días oraba fervientemente y me alegraba con cada respuesta a la oración. Quiero volver a ese entonces. Quiero orar seriamente y alabar a Dios por cada uno de sus dones. Pero para hacerlo, primero debo volver a estar consciente de que él es la fuente de toda buena dádiva. Viajes. Como la mayoría de las personas, paso una considerable parte del tiempo en la ruta, y sin duda tomo como algo normal que nos lancemos a velocidad de carretera, rodeados por otros vehículos que van igualmente rápido. Aun cuando a menudo paso junto a accidentes y veo lo rápido que un viaje normal puede acabar en tragedia, rara vez oro pidiendo seguridad. Doy por sentado que voy a llegar adonde voy sin novedad, sin consecuencias. Predicación. Nunca he preparado un sermón sin oración, y nunca he predicado sin orar para que Dios me bendiga al entregar ese sermón. Pero creo que nunca he orado como quisiera y como sé que debería hacerlo. Aun mientras estudio la Palabra de Dios y preparo un sermón puedo decir oraciones que son meramente ligeras, triviales, y por cumplir. Quiero orar como alguien que conoce su total insuficiencia y su total dependencia de Dios si voy a decir siquiera una palabra que tenga alguna significación perdurable. Quiero orar con una profunda consciencia de que no debo ser nada más (y nada menos) que el portavoz de Dios que comunica su Palabra. En todas estas formas, y sin duda muchas más, he permitido que la oración sea complementaria más bien que instrumental. He vivido con una alarmante falta de oración y de esa forma he declarado que estoy bien, que puedo resolver muy bien estas osas por mi cuenta. ¿Qué cosas confías tú que puedes resolver por tu cuenta?