Incendios forestales y huertos de manzanas

La persona mansa, entonces, recuerda que vino a Dios con las manos vacías; recuerda que está ante Dios con el corazón roto y por eso, tiene un espíritu sereno.
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Se ha escrito mucho sobre el concepto bíblico de la «mansedumbre». Muchos han señalado que de todos los atributos que Dios espera de nosotros y de todos los atributos tan maravillosamente exhibidos en Cristo, ninguno es tan raro como éste. Sin embargo, quizá ningún atributo sea tan difícil de definir. ¿Qué es, entonces, la mansedumbre? En cierto modo, la mansedumbre se define mejor por lo que no es. La mansedumbre es lo opuesto a la autoafirmación, lo opuesto a actuar como si mi voluntad debiera estar por encima de la de Dios o, incluso, que mi voluntad debiera necesariamente estar por encima de la de cualquier hombre. Es lo opuesto a insistir en que este mundo sería un mejor lugar si Dios y los hombres hicieran las cosas a mi manera. Por lo tanto, es lo opuesto a quejarse contra la providencia de Dios, tal como esta se manifiesta a través de las circunstancias o incluso a través de las acciones de los hombres. Cuando Jesús dijo «bienaventurados los mansos», colocó cuidadosamente esta bienaventuranza después de otras dos: después de «bienaventurados los pobres en espíritu» y de «bienaventurados los que lloran». Las bendiciones de Dios son para aquellos que se acercan a Él con las manos vacías, con la conciencia de que dependen totalmente de la gracia de Dios. Las Bendiciones de Dios son para los que se acercan a Él con el corazón quebrantado, con un profundo dolor por su pecado y su pecaminosidad. Las personas que se acercan a Dios de esta manera, de forma natural se relacionarán con Él con un espíritu sereno, con lo que conocemos como mansedumbre. Y esa serenidad ante Dios se manifestará en bondad y gentileza hacia los hombres. La persona mansa, entonces, recuerda que vino a Dios con las manos vacías; recuerda que está ante Dios con el corazón roto y por eso, tiene un espíritu sereno. Esta persona es sumisa ante Dios y gentil con los demás, especialmente en medio del dolor, en las pérdidas y especialmente cuando es conducida a través del valle de la sombra de la muerte. La persona mansa es gentil con los demás aun cuando ellos la insultan, la desprecian e incluso cuando le hacen daño. Confía en que aunque hoy esté angustiada y desconcertada, Dios eventualmente hará evidente Su propósito y entonces Él, como Dios, declarará todo como muy bueno, muy necesario y muy sabio. Un incendio forestal hace estragos en el norte de Ontario y vemos cómo su humo cubre el sol incluso aquí en la ciudad. Atraviesa los árboles y parece haber dejado la tierra completamente desprovista de vida. Pero apenas se ha apagado el fuego y se ha enfriado la tierra, empiezan a surgir nuevos brotes de la tierra. Hay vida y belleza aun entre las cenizas. Así somos tú y yo, cristiano, cuando parece que la providencia de Dios nos ha abrasado y quemado. Nos sometemos a Él, nos sometemos a Sus propósitos y mostramos nuevas evidencias de Su gracia aun en nuestro dolor y aun con el corazón destrozado. Actuamos con mansedumbre. En los huertos de las afueras de mi ciudad, los manzanos están dando sus frutos  En estas semanas de cosecha, gente como tú y como yo salimos a los huertos y arrasamos con esos árboles. Los dejamos desnudos. ¿Se rinde el árbol? ¿Se marchita y muere? No, simplemente comienza el proceso de nuevo para que en la cosecha del año siguiente vuelva a estar lleno de frutos. Así somos tú y yo, cristiano, cuando la gente nos hace daño y se aprovecha de nosotros. Incluso entonces mostramos el fruto del Espíritu. Incluso entonces, especialmente entonces, actuamos con mansedumbre. Puede que sea cierto que ningún atributo del cristiano es más raro que la mansedumbre, pero tal vez eso sea sólo porque ningún atributo es más precioso y ningún atributo es más consistente con el carácter de Jesús, quien es la imagen misma de la mansedumbre, quien es «manso y humilde de corazón» y que ofrece un precioso descanso para nuestras almas.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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