¿Está bien no tener hijos deliberadamente?

Todo cristiano necesita preguntarse lo siguiente: «¿Estamos de acuerdo con la Biblia y recibiremos a los hijos con los brazos abiertos en agradecimiento por la bendición de Dios, o voltearemos nuestro rostro de espaldas a los hijos y los consideraremos como una maldición cuando Dios los llama bendición?».

Aquí presento una pregunta que he escuchado múltiples veces en diferentes contextos: «¿Está bien no tener hijos deliberadamente?, ¿está bien que una pareja casada deliberadamente determine que ellos no tendrán hijos, al menos por el momento?». Mi respuesta inmediata es siempre: «No, esto no es correcto». Pero nunca me he puesto a pensar sobre el porqué o si esta respuesta está bien. Gratamente, he tenido ayuda en Christopher Ash en su libro Married for God [Casado para Dios]. Él enseña, tal y como los cristianos han hecho siempre, que uno de los propósitos primordiales del matrimonio es la procreación, y luego da su respuesta a la pregunta común. Aunque él admite que algunos cristianos piensan de forma diferente acerca del tema, dice: «Creo que la elección deliberada de no tener hijos usualmente está errada». Mientras los que no son cristianos tienden a establecer su argumento basado en sus derechos –«yo tengo el derecho de no tener hijos»–, Ash señala que los cristianos tienden a formularlo en términos de «servir a Dios antes que tener hijos». Sin embargo, esta es una elección falsa y Dios no nos llama a elegirla. «Tener hijos y dedicar años de vida a cuidarlos en oración es precisamente un distintivo en el que la mayoría de los casados sirven a Dios. No servimos a Dios en lugar de tener hijos; servimos a Dios teniendo hijos».  Es una tentación infravalorar el significado de la paternidad cuando se compara con el significado de, por ejemplo, las misiones extranjeras en los confines del mundo o los lugares no alcanzados más peligrosos, cualquiera puede tener hijos, pero no todo el mundo está dispuesto a ir a esos lugares lejanos. O quizás, podemos infravalorar la paternidad cuando se compara con una gran carrera profesional en un campo importante, derecho, medicina, ciencias políticas. Pero él dice: «¡Nunca desprecies el significado de la paternidad en el servicio a Dios! En la eternidad, para muchos, especialmente (¿me atrevo a decirlo?) las madres, lo que hacen como padres probará ser mucho más significativo que la carrera más brillante a los ojos del mundo. El punto es alinear nuestros valores con los valores de Dios».  Todo cristiano necesita preguntarse lo siguiente: «¿Estamos de acuerdo con la Biblia y recibiremos a los hijos con los brazos abiertos en agradecimiento por la bendición de Dios, o voltearemos nuestro rostro de espaldas a los hijos y los consideraremos como una maldición cuando Dios los llama bendición?». Es una realidad que «un hijo puede ser una bendición incómoda. Un hijo puede ser una bendición costosa. Un hijo puede ser, y a menudo será, una bendición que nos saque de nuestra zona de comodidad  y nos lleve a los brazos de la gracia. Un hijo, usualmente, es una bendición que estará acompañada de noches sin dormir y muchas lágrimas. Pero, él o ella, es una bendición y no debemos olvidarlo. Los padres que luchan con un hijo desafiante o rebelde deben acordarse de dar gracias a Dios por ese hijo o hija, incluso mientras oran con urgencia por gracia para cuidar de ellos con fidelidad».  Pero ¿por qué?, ¿por qué los hijos son una gran bendición? Una bendición única es que, «ellos nos fuerzan a aceptar en nuestro círculo a extraños que no elegimos. El esposo y la esposa se escogieron el uno al otro. Pero por mucho que desearon tener un bebé, no lo eligieron con esas características particulares. Ese bebé llega al círculo familiar como un extraño para ser recibido sin importar cuál sea el carácter de él o ella en el futuro. Y de este modo, en la paternidad aprendemos a dar la bienvenida a un extraño, al elegido por Dios para nosotros para ser amado. Aprendemos a amar a estos niños por amor al Dios que nos lo ha confiado». Aunque podemos elegir tener un hijo, en última instancia, la concepción, el nacimiento y las características únicas de un niño en particular están exclusivamente en las manos de Dios. Como padres, tenemos el desafío y el honor de amar pequeños extraños que Dios nos ha dado para extender una hospitalidad piadosa hacia él o ella. «Alguien ha comentado que el único hogar en el que es seguro nacer, es un hogar hospitalario que acoge en su círculo a los extraños. Los niños desafían nuestro egocentrismo y nos hacen bien»  Esta no es la única razón para no evitar tener hijos deliberadamente. Una simple y honesta lectura de la Biblia te mostrará cómo Dios comúnmente asocia a los hijos con la bendición, y el hecho de no tenerlos con la maldición y el castigo (p. ej.. Sal 127:3-5). Esa misma lectura mostrará que los hijos son fundamentales en el mandato de Dios a los seres humanos para que sean «fecundos y se multipliquen» (Gn 1:28) y así entonces «llenen la tierra y la sojuzguen» (Gn 1:28). Esto les mostrará que, de todo lo que Dios ha creado, nada tiene más valor que el ser humano (Gn 1:26-27). Juntos, ellos construyen un fundamento sólido en el que los que se casan deben tratar de cumplir todos los propósitos de Dios para el matrimonio. Eso incluye tener hijos.  ¿Hay excepciones? Ciertamente, puede haber excepciones médicas que necesitarían ser tratadas cuidadosamente y en oración, pero también con confianza, sabiendo que nuestro estatus delante de Dios no depende de nuestra habilidad de tener hijos. Ash lo dice de esta manera: «Puede haber… raras excepciones por razones médicas, en las que una pareja querría tener hijos si pudiera, pero reconoce que sería actuar con irresponsabilidad si lo hiciera».  Finalmente, así es como Ash concluye su caso: «Me parece que la elección del estilo de vida de no tener hijos, en general, no es una opción para una pareja cristiana». Al haber leído su caso, y habiéndolo considerado, creo que en gran medida estoy de acuerdo con él.   Sobre este tema, considera leer el artículo de Al Mohler llamado Deliberate Childlessness: Moral Rebellion With a New Face [La ausencia deliberada de hijos: Rebelión moral con un nuevo rostro]. Él dice: «Los cristianos deben reconocer que la rebelión contra la paternidad representa, nada menos, que una absoluta sublevación contra el diseño de Dios». Russel Moore en su artículo llamado, Should We Stop Having Children to Save the Earth? [¿Deberíamos dejar de tener hijos para salvar la tierra?], también dice: «Cuando damos la bienvenida a los hijos, estamos recordando que no somos dioses-autocreadores y, que nuestra generación no es la única que importa». Para una perspectiva ligeramente diferente, considera leer el artículo de John Piper llamado, Is It Okay to Not Have Children for the Sake of Ministry? [¿Es correcto no tener hijos por amor al ministerio?] Piper dice: «No creo que la Biblia nos mande a tener hijos», pero «deberías considerar que, aunque [tu ministerio] no aumente su  eficacia según el mismo patrón, la eficacia del mismo podría multiplicarse de una manera distinta si tuvieras hijos».  Este artículo se publicó originalmente en Challies. 

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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