Este artículo pertenece a una serie titulada El Carácter Cristiano, publicada originalmente en Timchallies.com
Hemos estado explorando cómo las diversas cualidades de los ancianos son en realidad el llamado de Dios para todos los cristianos. Mientras los ancianos están destinados a ejemplificar estas cualidades, todos los cristianos deben exhibirlas. Quiero que consideremos si estamos mostrando estos rasgos y aprendamos juntos cómo podemos orar para tenerlos en mayor medida. Hoy, ya concluyendo, abordaremos lo que significa para los ancianos —y para todos los cristianos— tener un buen testimonio para con los de afuera. Y, por supuesto, nos preguntaremos por qué es importante. Pablo instruye a Timoteo sobre el anciano: “Debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia, para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo” (1 Timoteo 3:7). Pablo ya ha dicho que un anciano “debe ser irreprochable” (1 Timoteo 3:2), por lo que ser respetado por los de afuera se centra en un grupo específico: los que están fuera de la iglesia. Sí, incluso el testimonio de un hombre frente al mundo cuenta a la hora de evaluar su idoneidad para ser líder. John Piper escribe: “Lo que parece significar es que un líder cristiano debe por lo menos cumplir con los estándares del mundo sobre la decencia y la respetabilidad, pero los estándares de la iglesia deben ser superiores”. Esto es importante, porque como Pablo ha escrito en otro lugar, la gloria de Dios está en juego: “Tú que te jactas de la ley, ¿violando la ley deshonras a Dios? Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros, tal como está escrito” (Romanos 2:23-24). Así que, ¿por qué incluir la reputación externa de un hombre como un requisito para ser anciano? Alexander Strauch se ocupa de ello de manera práctica: “Los no cristianos pueden saber más sobre el carácter y la conducta del futuro anciano que la iglesia misma. Muy a menudo los compañeros o parientes no cristianos del anciano en perspectiva tienen más contacto diario con el líder de la iglesia que la gente de la iglesia”. Strauch también dice: “Si un pastor anciano tiene reputación entre los no creyentes como empresario deshonesto, mujeriego o adúltero, la comunidad no creyente tomará nota especial de su hipocresía. Los no cristianos dirán: ‘Él actúa de esa manera, y es un anciano de la iglesia’. Lo ridiculizarán y se burlarán de él. Se burlarán del pueblo de Dios. Hablarán de él y generarán muchos chismes siniestros. Ellos plantearán preguntas difíciles y embarazosas. Será desacreditado como un líder cristiano y sufrirá vergüenza e insultos. Su influencia para el bien será arruinada y pondrá en peligro la misión evangelística de la iglesia. El anciano ciertamente se convertirá en una carga para la iglesia, y no será un beneficio espiritual”. El evangelio mismo está en juego ya sea en la consistencia o en la hipocresía de sus líderes. Ahora bien, ¿qué es exactamente el “lazo del diablo” que preocupa tanto a Pablo? Creo que John Stott llega al corazón del asunto cuando dice: “En su malicioso afán para desacreditar el Evangelio, el diablo hace todo lo posible para desacreditar a los ministros del Evangelio”. Si Satanás puede desacreditar a los líderes ante el mundo observador, él puede desacreditar la iglesia y su mensaje. Strauch añade: “El diablo es representado como un cazador astuto (1 Pedro 5:8). Usando la crítica pública y las inconsistencias propias del anciano, el diablo atrapará al cristiano y lo llevará hacia un pecado aún más serio: amargura descontrolada, represalias con enojo, mentiras, más hipocresía y terquedad de corazón. Lo que puede comenzar como una pequeña ofensa puede llegar a ser algo mucho más destructivo y malo. Por lo tanto, un anciano debe tener una buena reputación con aquellos fuera de la comunidad cristiana”. ¿Qué pasa con los cristianos que no son ancianos? Ellos también deben procurar el respeto de los de afuera. Por ejemplo, Pablo escribe: “Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo. Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona” (Colosenses 4: 5-6). De nuevo dice: “Pero os instamos, hermanos, a que abundéis en ello más y más, y a que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila, y os ocupéis en vuestros propios asuntos y trabajéis con vuestras manos, tal como os hemos mandado; a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada” (1 Tesalonicenses 4: 10-12). Los cristianos “resplandecerán como luminares en el mundo” cuando vivan “sin mancha en medio de una generación torcida y perversa” (Filipenses 2:15). De manera similar, Pedro ordena: “Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación. … Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos” (1 Pedro 2:12, 15), véase también 1 Pedro 3:13-17. Lo que debe ser modelado por los líderes de la iglesia ha de ser obvio en cada vida. Tú también tienes la responsabilidad de vivir una vida sin mancha ante el mundo.
Auto-evaluación
Así que, ¿que de ti? ¿Dónde ves señales de ánimo, y dónde ves áreas que necesitan crecimiento? Te animo a hacerte preguntas como estas:
- ¿Conoces a tus vecinos? ¿Te conocen lo suficientemente bien como para poder hablar sobre tu persona y tu reputación? ¿Cómo te describirían tus vecinos incrédulos a ti y a tu familia?
- ¿Qué tipo de reputación tienes entre los incrédulos con los que trabajas? ¿Trabajas duro y evitas intromisiones? (1 Tesalonicenses 4: 10-12, Efesios 4:28)
- ¿Qué dirían los miembros incrédulos de tu familia sobre lo que es más importante para ti? ¿Dirían que tu vida coincide con tu profesión de fe?
Puntos de oración
Dios puede hacer que más gracia abunde en tu vida, por lo que te animo a unirte a mí en oración de estas maneras:
- Haz que mi vida refleje el fruto del Espíritu (Gálatas 5: 22-23) para que mi vida glorifique tu nombre, y no sea causa de vergüenza del mismo.
- Ruego que me ayudes a pensar en como mis actitudes y acciones afectan a los demás, especialmente a los incrédulos.
- Ayúdame a ser un modelo de trabajo duro y de respeto por la autoridad, y para que esté preocupado por mi propio testimonio en el lugar de mi trabajo.
- Hazme ser ser un modelo de buenas obras en casa, en el trabajo y en mi vecindario para que haciendo el bien a otros Tú seas glorificado.
Gracias por acompañarme a través de esta serie. Creo que Dios me ha ayudado a crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo mientras exploraba y aplicaba Su Palabra. ¡Espero que puedas decir lo mismo! Que Dios te ayude y me ayude a vivir una vida cristiana ejemplar.
Publicado originalmente en Challies.com. Traducido con permiso para Soldados de Jesucristo por Ricardo Daglio.