Cuatro métodos para organizar tu vida de oración

¿Ha llegado el momento de organizar tu vida de oración? ¿Es hora de que inviertas algo de esfuerzo no sólo en orar, sino también en prepararte para orar?
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Hace poco hablaba con un amigo que se lamentaba de cómo había usado su tiempo el día anterior. Se había convencido de que su vida de oración languidecía y que le vendría bien algo de organización. Un par de horas más tarde, tuvo que pasar a otras actividades y se dio cuenta de que había dedicado mucho tiempo a pensar acerca de la oración y a cómo organizarla, pero poco tiempo al acto mismo de la oración. ¿Has tenido alguna vez una experiencia así? Ese día intenté aliviar la carga de mi amigo. Le expliqué que, a veces, la clave para avivar su vida de oración es tan sencilla como dedicar tiempo a la oración, pero que otras veces la clave es organizar el tiempo que ya le ha dedicado. Le expliqué que el tiempo que dedicaba a administrar su vida de oración era una prueba de la importancia que le daba. Al fin y al cabo, aunque hay un tiempo para la espontaneidad, la mayoría de las cosas buenas de la vida requiere esfuerzo, requieren administración. La mayoría de los asuntos importantes de la vida requiere no sólo el acto en sí, sino también la preparación para el acto. Esto es cierto para la adoración, las relaciones y el romance, así que ¿por qué debería ser diferente con la oración? Planificamos cuidadosamente nuestros servicios religiosos para tomar en cuenta la unidad entre las Escrituras, el sermón y la alabanza. Planificamos cuidadosamente nuestros eventos para tener en cuenta las introducciones, los temas y las transiciones. Planificamos cuidadosamente nuestras citas para tener en cuenta la vestimenta, las reservaciones y la conversación. En todas estas actividades entendemos que el esfuerzo previo es necesario para obtener un mejor resultado. Las cosas buenas requieren esfuerzo; las mejores, requieren aún más esfuerzo. La oración es algo bueno que prospera con el esfuerzo, no sólo en el acto de orar sino también en su administración. Por eso me pregunto: ¿Ha llegado el momento de organizar tu vida de oración? ¿Es hora de que inviertas algo de esfuerzo no sólo en orar, sino también en prepararte para orar?

He aquí algunas ideas que pueden ayudar

Integra el método de John Piper de orar en círculos concéntricos. Así es como Piper desafió una vez a su iglesia: «Considera orar en círculos concéntricos, comenzando con tu propia alma y extendiéndote a todo el mundo. Esta es mi práctica habitual. Oro primero por mi propia alma. No porque me lo merezca más que otros, sino porque si Dios no despierta, fortalece, humilla y alimenta mi propia alma, entonces no puedo orar por la de los demás. Así que todas las mañanas suplico al Señor por la perseverancia, la purificación y el poder de mi propia alma. Luego voy al siguiente círculo concéntrico: mi familia, y oro por cada uno de ellos por su nombre: Noel, Karsten/Shelly/Millie, Benjamin, Abraham, Barnabas, Talitha y algunos de mis familiares. Luego paso al siguiente círculo concéntrico, el personal y los ancianos de mi iglesia, Bethlehem Baptist Church. Los menciono a todos por su nombre». Y así continúa hacia fuera, hasta que ha orado por su ciudad, su país y el mundo. Este es un método que he integrado desde hace tiempo en mi propia vida de oración. Utiliza PrayerMate u otra aplicación de oración. Hace tiempo que utilizo PrayerMate y me he beneficiado enormemente de esta sencilla aplicación. PrayerMate se inspira en el mundo físico e imita una colección organizada de fichas. Imagina un archivo de tarjetas: Cada uno de los separadores marca una nueva categoría, cada una de las categorías contiene varias tarjetas y cada tarjeta contiene una persona o elemento por el cual orar. Ahora toma ese ejemplo y trasládalo a una aplicación. Creas tus categorías y tarjetas, y cada día la aplicación te presenta una colección de elementos por los que orar. Es así de sencillo. El modelo de círculos concéntricos de Piper encaja perfectamente con la metodología de PrayerMate y ha sido la forma en que he orado durante muchos años. Aunque no sigas exactamente el modelo, al menos te dará un punto de partida. Utiliza el método de D.A. Carson de las tarjetas de oración. En su libro «A Call to Spiritual Reformation» (Una llamada a la reforma espiritual), D.A. Carson describe el método que utiliza. Es bastante similar a los dos anteriores, pero utiliza el papel en lugar de una aplicación. «Aparte de las guías impresas que pueda utilizar, guardo una carpeta manila en mi estudio (donde oro) y suelo llevarla conmigo cuando estoy de viaje. La primera hoja de esa carpeta es una lista de personas por las que debo orar regularmente: están ligadas a mí, a lo que soy. Mi mujer encabeza la lista, seguida de mis hijos y algunos de mis parientes, seguidos a su vez por algunos amigos íntimos en distintas partes del mundo. La segunda hoja de mi carpeta enumera las preocupaciones de corto y mediano alcance que no permanecerán allí indefinidamente. Incluyen próximas responsabilidades en el ministerio y diversas crisis u oportunidades de las que he oído hablar, a menudo entre cristianos que apenas conozco…» Utiliza el método de Paul Miller de las tarjetas de oración. En «A Praying Life» (Una vida de oración), Paul Miller esboza un método que se basa en fichas. Dice: «Una tarjeta de oración tiene varias ventajas sobre una lista. Una lista suele ser una serie de peticiones de oración dispersas, mientras que una tarjeta de oración se centra en una persona o área de tu vida. Te permite mirar a la persona o situación desde múltiples perspectivas. Con el tiempo, te ayuda a reflexionar sobre lo que Dios hace en respuesta a tus oraciones. Empiezas a ver patrones y, poco a poco, se despliega una historia en la que te ves envuelto. Una lista tiende a ser más mecánica. Podemos sentirnos abrumados por la cantidad de cosas por las que orar. Ya que los elementos de una lista están tan desconectados, es difícil mantener la disciplina de oración. Cuando oro, sólo tengo una tarjeta delante de mí a la vez, lo que me ayuda a concentrarme en esa persona o necesidad». Una vez más, te conviene leer más sobre este método y considerar ponerlo en práctica. Hay muchos más métodos que puedes utilizar para organizar tu vida de oración. Pero el principio es claro: dedica tiempo y esfuerzo a tu vida de oración, no sólo para orar, sino también para prepararte para orar. Una vida de oración sana no sólo consiste en orar, sino también en prepararse. Hace mucho descubrí que, absolutamente, el mejor motivador de la oración es saber por qué voy a orar. Las ideas difusas sobre la oración promueven oraciones difusas. Los métodos desorganizados de oración promueven oraciones desorganizadas. Los métodos de oración promueven oraciones con sentido. ¿Por qué no te tomas un tiempo hoy para organizar tu vida de oración?

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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