El matrimonio es bastante difícil, pero agrega ministerio a la mezcla y tendrás la receta perfecta para un potencial desastre. Mi trabajo con pastores y sus familias me hizo ver cuanto desorden hay en las casas de los pastores. Hay mucho del desastre que encuentro en mi propio hogar. La combinación de estrés en el matrimonio y el ministerio es una situación única que demanda intencionalidad para guardar de la implosión a un matrimonio o ministerio. A causa de esto, aquí tenemos 10 cosas para considerar que podrían ayudar a un pastor y su esposa a permanecer casados y en el ministerio:
- Estén seguros el uno del otro en una iglesia insegura. La realidad es que muchas iglesias son inseguras como para que un pastor y su esposa sean abiertos y vulnerables. Es un regalo especial cuando un matrimonio es un lugar seguro para que el pastor y su esposa sean ellos mismos.
- Establezcan limites juntos y guárdenlos. Usualmente la esposa del pastor es quien tiene mayor discernimiento para poner limites con la iglesia. Pastores, escuchen a sus esposas en estos limites y trabajen justos para guardarlos.
- Aprendan a descansar. Tomen todo el tiempo de vacaciones que la iglesia les da. Pero aunque lo hagan esto no quiere decir que descansen bien. Aprender a descansar es aprender a dejar ir todos los asuntos y cargas de la iglesia.
- Oiganse con cuidado el uno al otro. He pasado mucho tiempo de mi matrimonio no escuchando a mi esposa. Estoy consciente de esa falla épica y estoy tratando de cambiarlo. Oiganse mutuamente para que sepan cuándo hay lagrimas buscando ayuda cuando se ahogan en el ministerio y la vida.
- Ríanse mucho como familia. El matrimonio y el ministerio son muy serios y difíciles, casi todo el tiempo. Asegúrate de tener tiempo con tu familia alrededor de la mesa o jugando juntos en el suelo o viendo una película en donde todos están riendo y disfrutando de la compañía juntos. Esto es reconfortante para todos.
- Anima a tus hijos a ser ellos mismos. Los hijos de pastores sienten mucha presión por ser quien todos piensan que deben ser. Anímalos a ser quienes son contigo y la iglesia. Trata de abrazar lo bueno, lo malo, y lo no tan agradable de ellos.
- Esté dispuesto a abandonar su ministerio. Constantemente lucho con que el ministerio no sea un ídolo en mi vida. Es increíble cuan agradable es el ministerio cuando me doy cuenta de que no define mi valor o quién soy yo. A diario me pregunto “¿Puedo irme si lo necesito y estar bien de todos modos?” He encontrado que esa libertad hace al ministerio más dulce.
- Encuentra amistades sanas, significativas y profundas. Mi esposa y yo hemos aprendido algunas lecciones dolorosas a través de estos 20 años de matrimonio y en el ministerio. Una de ellas es que no podemos satisfacer todas las necesidades de los demás. Encuentra amistades sanas, significativas y profundas donde puedes ser tu mismo y compartir tus luchas más oscuras. Esos amigos pueden estar en tu iglesia, pero también podrías buscar esas amistades sanas fuera de tu iglesia.
- Entiendan sus roles. Tu esposa no es tu co-pastor. No la trates como a uno. Ella no fue llamada a llevar todas las cargas que el Pastor de las Ovejas te llamó a ti a llevar. Sé consiente de ello cuando llevas las cargas del ministerio a tu matrimonio.
- Ama a Jesus más que a todo. Si amas a Jesus más que a tu matrimonio y ministerio, es el lugar más maravilloso, centrado y libre donde puedes estar. Tu esposa va a fallarte. Probablemente tu iglesia te decepcione. Pero Jesus está siempre contigo y nunca te fallará. Él va a estar allí para cuidar de ti si tu matrimonio o ministerio implosionan en algún punto.
Escogí las palabras “podrían ayudar” con mucho cuidado porque estas no son 10 cosas que van a evitar que tu matrimonio o ministerio fallen. Pero, estas 10 cosas puede crear algunas conversaciones necesarias ente tu y tu esposa para guardar tu matrimonio y ministerio de presiones por un poco más de tiempo.
