La productividad requiero tiempo, energía y una misión

Nota editorial: Este artículo pertenece a la serie Cómo ser productivo de Tim Challies, escrita originalmente en inglés y traducida para Soldados de Jesucristo.


He estado escribiendo una serie sobre cómo ser productivo y, por no saber hacerlo de otra manera, he estado invitándote a dar un  vistazo dentro de mi mundo para mostrarte cómo logro ser productivo. Hasta este punto, he compartido lo que quiero decir con productividad, mostrando cómo abarca toda la vida (no solo al mundo de los negocios) y que el corazón de la productividad es glorificar a Dios haciendo buenas obras. La última vez mostré cómo he dividido mi vida en áreas de responsabilidad que abarcan todo lo que hago, y mostré cómo trazo mis roles específicos dentro de cada una de esas áreas. Y ahora estamos listos para seguir adelante.  Más adelante hablaremos sobre cómo vivir  y permanecer en misión, pero primero quiero darte algo para reflexionar en los próximos días. 

Tiempo y energía

Creo que tendemos a centrarnos demasiado en la gestión del tiempo y muy poco en la gestión de la energía. Sin embargo, en muchas vocaciones y en muchos lugares de la vida es la energía, no el tiempo, la mercancía más valiosa. Al igual que el tiempo, la energía es limitada y necesita ser utilizada estratégicamente. Puedes dar grandes cantidades de tiempo a ciertas áreas de la vida, pero si solo das esos momentos en los que tu energía está en su punto más bajo, tu productividad seguirá siendo baja.  Hay un llamado aquí para conocerte a ti mismo. Así que en el próximo par de días hazte estas preguntas: ¿A qué horas del día estoy en la cima de mi capacidad mental? ¿A qué horas del día soy menos eficaz? ¿Soy una persona mañanera, un búho nocturno o un guerrero de media tarde?   Estas preguntas son importantes porque en poco tiempo comenzaremos a mirar el uso de tu tiempo y, hasta cierto punto, al menos, a administrar tu tiempo alrededor de las fluctuaciones de tu energía. Querrás planear usar tus tiempos de alta energía para realizar tus tareas más importantes y las tareas que dependen de la creatividad. Querrás planear agendar tu trabajo proactivo y creativo cuando la energía es alta, y tu trabajo reactivo y administrativo cuando la energía es baja. Así que empieza a pensar en eso ahora, y volveremos a este tema pronto. 

Vivir en misión

Una vez que hayas definido tus áreas de responsabilidad, solo tiene sentido que definas tu misión para cada una de ellas. No creo que haya otra forma en la que podrías saber qué enfatizar, a qué decir «sí» y a qué decir «no». Así que quiero animarte a trabajar en una breve y sencilla declaración de misión para cada una de tus áreas de responsabilidad. Incluso si no es una declaración larga, llegar a algo que te guiará y definirá a lo que Dios te llama en cada una de ellas.  Ahora, hay dos maneras que yo difiero de muchos de los gurúes de la productividad que hay por ahí.  En primer lugar, no creo que necesites tener una declaración de misión general que abarque toda la vida y todas tus áreas de responsabilidad. Si eso funciona para ti y deseas una declaración de misión para toda la vida, adelante, prepárala. Pero creo que hay más valor, al menos por ahora, en preparar declaraciones de misión individuales limitadas a cada una de tus áreas de responsabilidad.  En segundo lugar, no creo que tus declaraciones de misión para cada una de esas áreas deban ser fijas e inmutables. Considero que el propósito de estas declaraciones es guiarte semana a semana mientras programas tu tiempo e intentas tomar decisiones sobre dónde poner tu esfuerzo. Entonces, aunque no deberías cambiarlas al azar, puedes afinarlas a medida que tu misión se enfoca y cambia a través de la vida. El valor de ver estas declaraciones como «vivas» es que te libera de tener que pensar demasiado en ello en este momento. Idea algo que funcione y refínalo durante un período de semanas o meses.  Permíteme darte algunos ejemplos de lo que quiero decir con declaraciones de misión. Aquí están mis declaraciones para tres de mis áreas de responsabilidad: mi trabajo en la iglesia, mi ministerio a la iglesia global (principalmente a través del blog y los libros) y mi vida personal: 

  • GFC: Enseñar, entrenar y ejecutar [administrar] para que la gente de la iglesia madure y se multiplique. 
    • Explicación: Creo que si las personas de nuestra iglesia viven como cristianos, madurarán en la fe y se multiplicarán al compartir el evangelio con otros. Mi papel en la iglesia principalmente involucra la enseñanza, la capacitación y la administración; quiero hacer esas cosas de tal manera que dirija a la gente de la iglesia a madurar y a multiplicarse. 
  • Negocio: Utilizar las oportunidades que Dios brinda para ayudar a otros a pensar y vivir como cristianos maduros. 
    • Explicación: A lo largo de los años, mi misión principal como escritor y orador público se ha aclarado, y lo que me encanta hacer es ayudar a las personas a pensar y vivir como cristianos maduros. Este es el enfoque de mi blog, mis libros y mis oportunidades como conferencista. 

 

  • Personal: Deleitarme en Dios para la gloria de Dios para el bien de todas las personas. 
    • Explicación: Creo que si me deleito en Dios, mi deleite trae gloria a Dios y se desborda en hacer el bien a otras personas. Soy un mejor padre, un mejor esposo, un mejor pastor y un mejor vecino cuando encuentro mi deleite en el Señor. 

Cada una de estas declaraciones sirve como una medida o norma para que cada semana pueda mirar hacia atrás y preguntarme: ¿Hice estas cosas? Y puedo mirar hacia la próxima semana y preguntarme, ¿Cómo voy a hacer estas cosas? Cuando alguien me pregunta: “¿Puedes ser uno de los expositores en nuestra conferencia?” o “¿Puedes reunirte conmigo para hablar sobre este tema?” Intento tomar decisiones de acuerdo con mi misión. Si se ajusta a mi misión, le daré tiempo, energía y entusiasmo. Si no se ajusta a mi misión, no le daré prioridad de la misma manera.  Plan de acción: Escribe una declaración de misión para cada área de responsabilidad. Haz tu mayor esfuerzo por ahora, y prepárate para seguir refinándola a medida que pasa el tiempo. 

¿Estás viviendo en misión?

Puedes haber notado que hasta este punto solo te he preguntado “¿Cuáles son las cosas que estás haciendo?” y “¿Cuáles son las cosas de las que eres responsable?”. Antes de ir más allá, quiero que eches un buen vistazo a esos papeles, tareas y proyectos en cada una de tus áreas de responsabilidad para preguntarte si esas son las cosas que debes hacer. ¿Las cosas que haces realmente se ajustan a tu misión? Si no, o bien necesitas ajustar tu misión o ajustar tus papeles.  Aquí está la cosa: Con el tiempo, inevitablemente, te llenas de responsabilidades y proyectos que no se ajustan a tu misión. A veces adoptas tareas por necesidad: no hay nadie más que lo haga. A veces las adoptas por mala administración: el jefe te lo echó encima. A veces las adoptas por el viejo temor al hombre: no querías decir «no» o querías impresionar a los demás con tu disposición a hacerlo todo.  Entonces, teniendo en cuenta tu misión, debes volver a esa lista de responsabilidades y proyectos y hacer preguntas como estas: 

  • ¿Son estas las cosas adecuadas y de mejor provecho que debería yo estar haciendo
  • ¿Estas cosas se ajustan a mi misión?
  • ¿Hay cosas que puedo hacer en cada área que nadie más puede hacer?
  • ¿Dónde soy especialmente bueno o talentoso? 

Como pastor sé que estoy constantemente tentado a asumir tareas o proyectos que serían realizados mejor por un diácono o un administrador de oficina. Sin embargo, hacer que estas cosas las haga una persona mejor llamada, capacitada o equipada, me liberará para concentrarme en mi misión central. Como alguien que ama la aprobación de los demás, estoy tentado a asumir compromisos en conferencias que tienen poco que ver con mi misión central. Al final, solo terminan siendo una gran distracción de lo que más importa. Greg McKeown lo dice bien en su libro Essentialism: «Necesitamos aprender a decir ‘sí’ lentamente y ‘no’ rápidamente». Cuanto mejor conozcamos nuestra misión, mejor podremos tomar esas decisiones.  Plan de acción: Examina en oración los papeles y proyectos en cada área de responsabilidad para ver si cumplen con tu misión principal.   Entonces, ¿qué haces con los asuntos que no se ajustan a tu misión? Tienes varias opciones. 

  • Puedes delegarlos a alguien que pueda hacerlos mejor. Tal vez tú has estado manejando el presupuesto de la familia, pero te das cuenta de que tu cónyuge probablemente puede hacerlo mejor. Pregunta si él o ella está dispuesto a asumir esa tarea. 
  • Puedes dejarlos. En muchos casos, estás haciendo cosas sin ninguna buena razón. Muchas iglesias tienen ministerios que tenían sentido hace diez años, pero desde entonces nadie se ha detenido a preguntar, ¿Deberíamos seguir haciendo esto? Si no sirve a un propósito claro hoy, tal vez ese tiempo y energía se dirigirían mejor a otro lugar. 
  • Puedes hacerlos. Antes de echar por la borda todo lo que no se ajuste perfectamente a tu misión central en cada una de tus áreas de responsabilidad, recuerda que estás en el negocio de expresar amor a los demás, haciendo buenas obras que les beneficiarán. Aquí es donde la productividad cristiana varía tanto de lo que la mayoría de la gente enseña, donde te animan a ser tan egoísta como quieras, de manera que te deshagas de cualquier cosa que no te emocione. Como cristiano, puedes hacer cosas que no se ajustan perfectamente a tu misión, pero aún así hacerlas por amor a Dios y con el deseo de glorificarlo. Dios puede llamarte a hacer cosas simplemente porque necesitan hacerse, e incluso puede dotarte espiritualmente para hacerlas con excelencia. Es por eso que necesitas examinar en oración sus papeles y proyectos. 

Hasta este punto, nuestra búsqueda de la productividad se ha dado en un nivel muy amplio; hemos estado viendo la vida desde una perspectiva generalizada. Si has seguido los tres artículos, sabes que Dios te está llamando a hacer el bien a los demás en toda la vida, has dividido tu vida en varias áreas de responsabilidad y has definido tanto tu misión como tus tareas para cada una de esas áreas. Ahora estás en una muy buena posición para comenzar a buscar herramientas que puedan ayudarte en la vida. Ese será el tema de nuestro próximo artículo. 

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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