¿Cómo podemos glorificar a Dios con nuestro tiempo?

La forma en que pasas tu tiempo dice más de tu condición espiritual de lo que crees. Efesios 5:1516 dice: “Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. En este clip, trato de exponer dos maneras en las que no glorificamos a Dios con nuestro tiempo y los problemas más profundos del corazón que subyacen tras esas decisiones. 

El tiempo tiene una forma de escaparse de nosotros, o también se llena de cosas que no son tan urgentes. O que, si bien no son tan importantes, sí son muy urgentes.  Así pues, si tomamos el control de nuestro tiempo, nos aseguraremos de que vamos a apartar tiempo para lo que más importa en realidad, en vez de dedicarlo a cosas menores.   Por tanto, creo que se nos insta a planificar. Se nos pide hacer lo mejor que podamos para estructurar nuestro tiempo, estructurar nuestro día, estructurar nuestra semana para asegurarnos de que estamos usando el tiempo para las cosas más importantes. Y creo que una de las luchas que enfrentamos es que las cosas que parecen ser urgentes surgen en el transcurso de la semana, en el transcurso del día y constantemente tenemos que hacernos la pregunta: “¿Por qué hago lo que había planeado?”, o “¿por qué hago esto que es urgente?”, y creo que hay un peligro en ambos lados  Si no estructuramos bien nuestro día, o si no estamos tan seguros de lo que Dios nos ha llamado a hacer, creo que estamos cediendo ante el temor del hombre. Con esto quiero decir, quiero agradar a la gente. Y lo mismo pasa con lo que va surgiendo, estoy pensando que voy a hacer eso en vez de aferrarme a mis planes. Y entonces ahora, ese tiempo que había reservado para orar, que es normalmente lo más fácil del mundo para hacer en ese espacio vacío, todo el tiempo surge algo que hace que me sumerja en eso porque lo que en verdad quiero es que la gente me ame. Y la forma en que puedo demostrarles amor es dándoles mi tiempo y el momento más fácil de aprovechar es el de la oración.  Por otra parte, podemos llenarnos de orgullo y pensar que ya hemos puesto nuestros planes en su sitio, que no hay lugar para una interrupción divina. Es decir, sé lo que Dios me ha llamado a hacer, y es usar el tiempo de esta manera. Y entonces estoy en este territorio del orgullo en el que Dios puede estar enviándome a alguien para interrumpirme y que realmente necesita mi ministerio y sin embargo, soy inamovible porque ya he establecido mi agenda y mi agenda se ha convertido en mi dios.   Por eso, creo que debemos tener mucho cuidado y sopesar cada oportunidad. ¿Qué quiere el Señor que haga? Tal vez en ese momento, considerar con mucha oración, ¿cuál es la mejor manera de lograr lo que Dios quiere que logre en esta vida? ¿Cuál es la mejor manera de hacer el bien a los demás y glorificar a Dios? ¿Es detenerme, ya sabes, apartar algo de tiempo que yo pensaba que había reservado para esto y usarlo para los demás? O es decir “no, lo siento, no puedo comprometerme, no puedo hacer de esto una prioridad en este momento. Necesito usar mi tiempo para este otro objetivo”.   Por eso, creo que es muy difícil y es un equilibrio constante; se necesita muchísima oración y muchísimo, creo yo, arrepentimiento. 

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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