Cómo acercarse al trono de la gracia

La oración es como un bote atado a la orilla: al tirar de la cuerda, no movemos la tierra, nos acercamos a ella. Así, la oración nos lleva al trono de la gracia, alineando nuestra voluntad con la de Dios.
Foto: Unsplash

La primera semana de noviembre del 2023, pasé un tiempo inesperadamente largo en un pequeño pueblo de Alaska, en una localidad que gira en torno a la pesca comercial. Si has visto programas como Deadliest Catch [Pesca mortal], habrás visto la isla Amaknak, que forma parte de la extensa cadena de las islas Aleutianas. Habrás visto el pueblo de Unalaska y su puerto, Dutch Harbor. Habrás visto la flota que se adentra en el peligroso mar de Bering para pescar cangrejo. Habrás visto a los personajes sobresalientes que capitanean estos barcos. 

Tuvimos la interesante experiencia de pasar un par de tardes en uno de estos barcos para ver cómo se izan los cangrejos desde las profundidades (y, más tarde, cómo se limpian, cortan, cocinan y devoran). Los dueños del barco, una pareja encantadora de cristianos, estaban ansiosos por mostrarnos su oficio y responder a todas nuestras preguntas. El domingo adoramos con su iglesia como parte de nuestro proyecto “Adoración alrededor del mundo”. El lunes por la mañana nos preparamos para regresar a casa. Y luego todo empezó a volverse extraño.

A medida que amanecía, vimos que una densa niebla baja se había instalado y nos enteramos de que todos los vuelos al continente habían sido cancelados. En esta época del año, no hay transbordadores en funcionamiento y no hay otra forma de salir de la isla que no sea volando, así que tendríamos que esperar. La niebla persistió el martes y los vuelos fueron cancelados nuevamente. El miércoles, un volcán que había entrado en erupción en Rusia arrojó ceniza volcánica hacia el este sobre las islas Aleutianas, lo que volvió a paralizar los vuelos. El jueves, un volcán en el oeste de Alaska entró en erupción y expulsó ceniza hacia el oeste sobre las Aleutianas, volviendo a cancelar los vuelos. ¡Cómo el mismo viento puede llevar ceniza tanto hacia el este como hacia el oeste, nunca lo sabré! El viernes, el mal tiempo regresó, hasta que finalmente el sábado estuvo lo suficientemente despejado como para que los aviones pudieran volver a despegar y aterrizar.

Paisaje de las Islas Aleutianas / Imagen: Expedia

Durante todo el tiempo que estuvimos en Unalaska, fuimos los agradecidos receptores de la más alta hospitalidad cristiana. Fuimos bien atendidos y nunca nos faltó nada. Tuvimos acceso a una hermosa casa con impresionantes vistas sobre la bahía del Capitán. Cuando el clima lo permitió, recorrimos la isla, disfrutando y admirando su belleza cruda. Sin embargo, incluso cuando estábamos lo suficientemente satisfechos, pasamos bastante tiempo orando para que el clima se despejara, que los volcanes se detuvieran y que pudiéramos regresar a nuestro propio hogar y a nuestra gente. Este sería el último viaje de muchos este año y todos estábamos listos para estar en casa.

En ese entorno náutico, me encontré reflexionando sobre una antigua ilustración relacionada con la oración en general y, en particular, con Hebreos 4:16: “Así que acerquémonos con confianza al trono de la gracia, para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna”. Un teólogo reflexionó sobre cómo podemos acercarnos al trono de la gracia y cuál es el papel de la oración en esto. Pensó en un bote que estaba unido a la orilla con una larga cuerda. Una vez que el bote estaba lejos en el mar, la tripulación comenzaba a tirar de la cuerda. A medida que la distancia se acortaba entre la tierra y el bote, los marineros podrían sentirse tentados a pensar que estaban atrayendo la tierra hacia ellos. Pero, por supuesto, la tierra no se movía ni un centímetro. Más bien, era el bote el que se movía mientras era tirado constantemente hacia la tierra.

Nosotros y nuestros deseos somos “el bote”, y la oración es “la cuerda”. / Foto: Lightstock

Y así, de esa manera, debemos unir nuestros deseos al trono de Dios con la oración. Nosotros y nuestros deseos somos el bote, y la oración es la cuerda. Y al tirar de la cuerda, es decir, al orar, no esperamos mover el trono hacia nosotros. Más bien, esperamos que seamos atraídos más cerca del trono. No obligaremos a Dios a ser más como nosotros; nuestros deseos no sofocarán los suyos y nuestra voluntad no prevalecerá sobre la suya. Más bien, al acercarnos, nos volveremos más semejantes a Él; nuestros deseos se someterán a los Suyos y nuestra voluntad se rendirá a la Suya. Nos encontraremos en armonía con Dios y nos deleitaremos en Su respuesta a nuestra oración, sin importar cuál sea.

A medida que nos acercamos a Dios mediante la oración, nos adecuamos más estrechamente a Dios a través de una oración sincera, nos encontraremos satisfechos ya sea en la abundancia o en la escasez, en la alegría o en la tristeza, en la paz o en la agitación. Desearemos para nosotros lo que Dios desea para nosotros. Estaremos en armonía con Su voluntad, con Sus propósitos y con Su providencia. Habremos llegado cerca de Su trono, nos habremos acercado a Él, y estaremos contentos.


Publicado originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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