Cada vez que inicia el nuevo año nos vemos desafiado a comenzar con nuestra lectura regular de las Escrituras y algo que aparece casi de inmediato es esa experiencia de sentir que quedamos como en blanco frente a lo que estamos leyendo. Por cierto, si te ha pasado, no eres el único. Tampoco se trata solamente de un problema para los principiantes, sino que también lo es para mí, en ocasiones. Permíteme señalar tres cosas que son esenciales para tener encuentros con Dios permanentes y fructíferos y las verdades que Él quiso comunicar por medio de la Biblia. Puedo describir estas tres cosas, que espero que sean útiles, en tres maneras. Podría nombrarlas como motivación, capacidad e iluminación. O también las podría llamar el querer, el poder y el entender. O también el deseo, el arte y la recompensa de la lectura bíblica. Permíteme hablar brevemente sobre cada una de ellas, con la esperanza de que Dios pueda crearlas en nosotros, incluso mientras nos habla.
Motivación
Primero, unas palabras sobre la motivación. Si perdemos la motivación, no vamos a leer la Biblia. Y si no leemos la Biblia, nos perdemos de todo lo que Dios tiene para nosotros a través de Su Palabra. Hace poco estaba leyendo en Juan 17, donde aparece la oración de Jesús por Sus discípulos. Pude ver algunas cosas preciosas que le debemos directamente al solo hecho de oír la Palabra de Jesús, que me motivaron tremendamente a querer leer la Biblia. Primero, Jesús dijo: “Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos” (Juan 17:13). Hay una plenitud de gozo que nos perderemos si no escuchamos continuamente lo que Jesús dice; es decir, si no escuchamos la Biblia. Y creo que este principio es válido para toda la Biblia, no solamente para las palabras de Jesús en los evangelios. Segundo, Jesús ora: “Santifícalos en la verdad; Tu Palabra es verdad” (Juan 17:17). Lo Segundo que nos vamos a perder si no nos alimentamos de la verdad de la Palabra es la santificación. Dios ha diseñado que seamos hechos más santos, más santificados por la verdad. Y luego, Él dice: “Dios, Tu Palabra es verdad”. La tercera motivación la encontré en Juan 17:20, donde dice: “Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos”. Así que, ¿cómo llegamos a creer? ¿Cómo seguimos creyendo? Creemos por medio de la Palabra, a través de la palabra de los apóstoles. ¿Y dónde la podemos encontrar? Se encuentra en la Biblia. Así que hay tres motivaciones poderosas para leer nuestras Biblias. Si deseas tener fe, si deseas la santidad, si deseas tener gozo, o todas ellas, Jesús dice: “ven a encontrarte con Dios en Su Palabra”. De esta manera nos motivamos. Deseamos tener estas cosas, y por tanto, deseamos la Palabra. Así que esa es la primera de las tres cosas esenciales, sobre las que sé que nuestro amigo ni siquiera nos preguntó. Pero creo que esto es algo absolutamente crucial que veamos cómo motivarnos, porque si nos quedamos en blanco cuando estamos leyendo la Biblia, perderemos la motivación rápidamente.
Capacidad
Ahora, permíteme decir unas pocas palabras sobre las otras dos cosas. La primera fue la motivación. La segunda es la capacidad o la habilidad de leer. Esta es mi simple sugerencia. He hablado mucho más de esto en mi libro “Reading the Bible Supernaturally” (Leyendo la Biblia de manera sobrenatural). Ese libro tiene un montón de consejos prácticos sobre cómo fortalecer tu capacidad natural de encontrarle el significado a la Biblia. Pero aquí hay algo que quiero decir. Sucede algo misterioso cuando tomas un bolígrafo o un lápiz — no un teclado, sino un bolígrafo o un lápiz— y escribes el texto, o si es muy extenso, anotas las preguntas que tienes o las observaciones que haces sobre lo que estás leyendo en el texto. Puedes pensar, “Bueno, ahí voy a registrar mi ignorancia. Estoy pidiendo ayuda para entender”. Y yo te digo, “No, no, no. Eso no es verdad. No, no vas a registrar tu ignorancia”. Escribir el texto te dará ideas que no se te hubieran ocurrido de otro modo. Anotar las preguntas hará que a tu cerebro se le ocurran ideas que de otro modo no hubiera producido. Así que esta es mi simple sugerencia para que él pueda progresar en cuanto a la categoría de la capacidad. Y aquí viene la última.
Iluminación
La tercera de estas cosas esenciales es la iluminación. Este es un don del Espíritu Santo. Él hace que Dios mismo — Su carácter, Su voluntad, Sus caminos— brille a través de las Escrituras. La clave para tener esta iluminación es la oración. Lo digo porque en Efesios 1:18, Pablo ora por eso. Él ora para que los ojos de sus corazones sean iluminados. Así que ora por una lectura iluminada. En cualquier parte del mundo que estés, mi oración es, “Que Dios nos conceda una fuerte motivación, aumente nuestra capacidad y nos dé una iluminación brillante y transformadora en toda nuestra lectura durante el 2019”.