¿Por qué alguien quisiera o debería convertirse en cristiano? ¿Por qué debería alguien poner su fe en Jesús: un hombre que vivió hace más de dos mil años? Ciertamente, se han dado diversas respuestas a estas preguntas a lo largo de la historia del cristianismo. La apologética cristiana es tanto la ciencia como el arte de responder a este tipo de preguntas, haciendo uso de la razón y la evidencia.
La palabra apologética aparece por primera vez en el Nuevo Testamento en 1 Pedro 3:15 donde el apóstol Pedro le escribe a los primeros cristianos en Asia Menor (una provincia romana), quienes se encontraban sufriendo persecución por causa de su fe en Jesús. Él escribe: “sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa (apología) ante todo el que os demande razón (logos) de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia” (énfasis agregado).
Dentro de este verso se puede apreciar una síntesis de la apologética cristiana. Esta puede resumirse en dos partes: a) razones y evidencias objetivas sobre la veracidad del cristianismo (esto corresponde a la realidad), y b) la comunicación de esta verdad al mundo.
Las evidencias objetivas de que el cristianismo es verdadero
Los primeros creyentes cristianos eran judíos y por lo tanto, irónicamente, los primeros apologistas cristianos también lo eran. Como medio para compartir su nueva fe en Cristo con familiares y amigos, también judíos, ellos apelaron al Antiguo Testamento y a la resurrección corporal de Jesús como las principales razones para su fe en Cristo.
Hoy en día (en el Siglo XXI), los apologistas cristianos deben contender con ideologías y filosofías tales como el naturalismo, ateísmo, panteísmo y posmodernismo. En CrossExamined.org usan un enfoque apologético clásico para defender al cristianismo, cuyo resumen está a continuación:
Enfoque Apologético Clásico: (un esquema simplificado)
- Existe la verdad (la realidad objetiva puede ser conocida)
- Dios existe (argumentos clásicos acerca de la existencia de Dios)
- El argumento cosmológico
- El argumento teleológico
- El argumento moral
- Los milagros son posibles (el universo no es un sistema cerrado)
- El Nuevo Testamento es históricamente confiable (evidencia de manuscritos y arqueología)
- Jesús se levantó de entre los muertos (por lo tanto, Jesús es Dios)
Una vez estas verdades han sido establecidas, estas deben ser comunicadas de tal forma que pueda ser entendida por la audiencia.
La comunicación de que el cristianismo es verdadero (y por ende, debe ser creído)
El apóstol Pablo también era judío e hizo un llamado a sus compañeros judíos para que creyeran en Cristo, también lo hizo hacia los gentiles (romanos y griegos). Cuando visitó Atenas debatió con filósofos epicúreos y estoicos en la colina del Areópago (Mars Hill), el centro filosófico de la Antigua Grecia (Hechos 17:16-34). Estando allí, Pablo citó a filósofos griegos como Epiménides. Al hacerlo, Pablo estaba contextualizando el evangelio de tal forma que pudiera ser entendido por los que escuchaban. Esta es la segunda parte fundamental de la apologética cristiana: una comunicación efectiva para una audiencia determinada.
En 1 Corintios 9:20-23), Pablo escribe:
A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley. A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él.
El evangelio debe ser comunicado y comprendido con claridad para poder ser creído. Cada nueva generación de cristianos debe comunicar y defender el mensaje del evangelio en el medio social y cultural en que se encuentra. La cultura irá cambiando con el paso del tiempo, pero el mensaje central del evangelio nunca cambia.
La apologética cristiana busca conectar con los no creyentes presentándoles las razones y evidencias por las cuales el cristianismo es verdadero, racional y digno de ser creído. A finales del Siglo XX el apologista cristiano Francis A. Schaeffer vio la apologética como un “pre-evangelismo” – una forma de preparar la mente y corazón para recibir el mensaje del evangelio. La conexión entre la apologética y el evangelismo se puede resumir en las palabras del teólogo de Oxford Alister E. McGrath:
“…la apologética cristiana representa un compromiso serio y sostenido con las ‘ preguntas fundamentales’ hechas por una cultura, grupo de personas o un individuo, teniendo como objetivo el demostrar cómo la fe cristiana es capaz de proveer respuestas con significado a estas preguntas. ¿Dónde queda Dios en cuanto al sufrimiento en el mundo? ¿Es razonable la fe en Dios? La apologética prepara el camino para el evangelismo, tal como Juan el Bautista preparó el camino para Jesús de Nazaret…el evangelismo extiende una invitación personal: ‘¡Estás invitado al festín! ¡Ven por favor! La apologética establece las bases necesarias para la invitación, y es el evangelismo quién la extiende. Ambas son esenciales en la misión de la Iglesia” (Mere Apologetics: How to Help Seekers & Skeptics Find Faith, páginas 22-23).
Artículo original de Cross Examined