La Biblia es un gran libro. Para mucha de nuestra gente dentro de los lugares marginados donde trabajamos, es un libro muy grande. Dentro de ella encontramos diversas clases de literatura: poesía, profecía, historia, narrativa, cartas y escritos apocalípticos. Es bastante duro. Comprenderla correctamente no es fácil, pero ciertamente no es imposible. Entonces, ¿qué debemos tener en mente cuando pensamos en leerla y enseñarla en estudios bíblicos, en esos lugares marginados?
En primer lugar y quizás lo más importante, debes recordar que cuando nos rendimos a Cristo el Espíritu Santo viene a vivir dentro de nosotros, y una de sus primeras tareas es ayudarnos a interpretar la Biblia. Aquí está la técnica increíble que hemos descubierto en nuestro ministerio y queremos compartirla contigo gratuitamente en el blog de hoy. Es la clave para descubrir cómo podemos leer y enseñar la Biblia en la cultura de los lugares marginados:
«Abre la Biblia y léela. Cuanto más se lee, más se entenderá que el Espíritu Santo revela la plenitud del evangelio en sus páginas.»
Lo sé. Es increíble, ¿verdad? Cuanto más leamos este libro sagrado, más se entenderá y más creceremos en nuestro aprecio y amor por Cristo. Eso es un hecho básico. No podemos entender la Biblia leyendo libros que hablan sobre ella, tenemos que abrirla para experimentarlo por nosotros mismos. Pidamos al Espíritu Santo que abra nuestros ojos, corazones y mentes para darnos entendimiento (Efe. 1:16-17) Confía en mí, Él lo hará. (Si te encuentras en un lugar donde no entiendes alguna palabra, escríbela y búscala en Google. Si somos serios acerca del estudio de la Biblia, entonces conseguiremos un buen Diccionario Bíblico). Si nos topamos con problemas, entonces buscaremos un cristiano con más experiencia y que seguramente nos ayudará con mucha felicidad. Si tú eres un cristiano maduro que estás leyendo esto, entonces, ¿hay alguien a quién le estás leyendo y enseñando la Biblia en este momento?
Veamos directamente en la Biblia para entender algunos principios sobre cómo comprenderla correctamente. Nehemías 8:1-8 es un buen lugar para comenzar.
«Se reunió todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que estaba delante de la puerta de las Aguas, y pidieron al escriba Esdras que trajera el libro de la ley de Moisés que el SEÑOR había dado a Israel. Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían entender lo que oían. Era el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro frente a la plaza que estaba delante de la puerta de las Aguas, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. El escriba Esdras estaba sobre un estrado de madera que habían hecho para esta ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías; y a su izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. Y abrió Esdras el libro a la vista de todo el pueblo, pues él estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso en pie. Entonces Esdras bendijo al SEÑOR, el gran Dios. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén, Amén!, mientras alzaban las manos; después se postraron y adoraron al SEÑOR rostro en tierra. También Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán, Pelaías, y los levitas, explicaban la ley al pueblo mientras el pueblo permanecía en su lugar. Y leyeron en el libro de la ley de Dios, traduciéndolo y dándole el sentido para que entendieran la lectura.»
Desglosemos esto:
- El pueblo se reúne y se lee la palabra (v. 1-3).
- La gente estaba atenta (3).
- El Señor los bendijo y ellos lo adoraron (6).
- Lo tradujeron para que la gente pudiera entenderlo (8).
El verdadero entendimiento de la Biblia nunca ocurrirá a menos que:
- Dios este presente por su Espíritu Santo.
- La Biblia sea abierta y leída.
- Las personas estén atentas.
- Que los oyentes sean adoradores reverentes.
- El significado esté claramente explicado.
Debemos tener confianza en el Espíritu Santo cuando se trata de enseñar y leer la Palabra de Dios. Él sabe lo que está haciendo. Cuando las personas descubren la maravillosa verdad del evangelio por primera vez, sin excepción, desarrollan una fascinación e interés absolutos en la Biblia. No debemos ser derrotados por el temor de nuestra llamada, «cultura de la no-lectura». El apetito por la lectura de la Biblia y el estudio de ella, es feroz entre nuestros nuevos conversos, muchos de los cuales nunca han leído un libro en su vida. Me temo que el problema no es que la gente en los sitios marginales no va a leer la Biblia o incluso estudiarla, el problema es que vivimos dentro de un mundo evangélico que no la leerá, ni la enseñará en estas áreas porque piensa que «no funciona» o que «no la entenderán».
En próximos artículos hablaremos sobre las reglas con las cuales hemos de hacer un compromiso cuando se trata de leer y enseñar la Biblia.
Un artículo original de 20Schemes, un ministerio de plantación de iglesias en lugares pobres de Escocia | Traducido por Ricardo Daglio.