Posiblemente ya has escuchado muchas veces el evangelio o, dicho de otro modo, te han explicado que somos pecadores y que necesitamos arrepentirnos para que Dios nos perdone. Seguramente te han dado algunos pasajes muy claros al respecto, en especial la carta a los romanos, como Romanos 3:10-12 que dice que no hay justo en la tierra, que todos hacen el mal y nadie busca a Dios. O bien Romanos 1:18-22, diciendo que no hay excusas, que todos sabemos que Dios existe, pues se ha revelado en la creación. Y que la paga del pecado es muerte Romanos 6:23. El problema es que muchas veces los oyentes no son capaces de entender o dimensionar el Dios Todopoderoso de quien estamos hablando, y la gran falta que significa para Él nuestro pecado., Hoy quiero que veas por ti mismo una escena muy conocida por todos, incluso por los niños, pero que al parecer se nos olvida. Se trata del gran diluvio y se encuentra en génesis, del capítulo 6 al 8. Quisiera poner énfasis en el pasaje de génesis 6:5-8
El gran diluvio
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. (Génesis 6:5-8)
Fíjate las fuertes palabras que utiliza Dios: ▬ Se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra ▬ Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado ▬ Me arrepiento de haberlos hecho Leamos ahora un par de versículos mas adelante en la misma historia en génesis 6, versículos 13, 17 y 18:
Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.
Nuevamente notemos las palabras utilizadas: ▬ He decidido el fin de todo ser ▬ Yo los destruiré con la tierra ▬ Yo traigo un diluvio… Para destruir toda carne en que haya espíritu de vida ▬ Todo lo que hay en la tierra morirá ¡Wow! ¿Te das cuenta? Son palabras y pensamientos que vienen de Dios, del creador del universo, dador de la vida, el todopoderoso y soberano Dios, juzgando al mundo por el pecado. ¡Y es una historia real!
Nuestra condición ante Dios
¿Qué provocó tal magnitud de devastación? En los mismos pasajes citados podemos leer el motivo:
▬ La maldad de los hombres es mucha (v5) ▬ Todos los designios de los pensamientos es de continuo al mal (v5) ▬ La tierra está llena de violencia a causa de ellos (v13) Dios aborrece el pecado y no quiere pecadores, su carácter santo y justo se lo impide. Dios quiere que en la eternidad solamente existan personas santas que le den la gloria al primogénito, a Jesucristo (Romanos 8:28-31). Desde Adán en adelante todos nosotros pecamos. Si no lo crees basta con leer los 10 mandamientos y probarnos en cada uno de ellos. Te aseguro que todos hemos quebrantado algún mandamiento (si no todos) alguna vez en nuestra vida, lo cual nos hace culpables y dignos de ser juzgados por Dios.
La misericordia de Dios
Si Dios aborrece el pecado y la paga del pecado es muerte, si el juicio de Dios llega a tal magnitud de destruir toda la sociedad por el pecado y nosotros nos encontramos en igual condición… ¿Qué podemos hacer? Si leemos detenidamente una vez más los pasajes de génesis 6, podemos notar que aún en el diluvio Dios mostró su gracia y misericordia. Leemos en el versículo 6 «Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová». Y en el versículo 18 lo reitera, «Mas estableceré mi pacto contigo…». Dios muestra su amor y su carácter misericordioso al salvar a Noé, sus hijos, su esposa y las esposas de sus hijos. Hoy ocurre exactamente lo mismo y el Señor nos dijo que sería así. La segunda venida de Cristo y el posterior juicio de Dios al mundo vendrá pronto, y la gente no estará preparada, estarán en sus rutinas y en sus pecados diarios como siempre.
Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. (Mateo 24:38-39)
Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. (Lucas 17:27 -30)
Pero tal como Dios tuvo misericordia de Noé y su familia, y tuvo misericordia de Lot y su familia, Dios tiene misericordia hoy con nosotros y es por ese amor que ha entregado a su Hijo para rescatarnos y salvarnos al creer en Él (Juan 3:16-19), solo por fe y gracia, que es un regalo de Dios, no por obra alguna que podamos hacer (Efesios 2:8-9). Cristo se despojó a si mismo, para hacerse completamente hombre y vivir una vida santa, sin pecado, y morir en la cruz recibiendo toda la ira del Padre por nuestros pecados. Al tercer día resucitó, venciendo a la muerte para siempre, y dando vida eterna a todo aquél que por fe cree en Él, y para que seamos juntamente resucitados con Él en el día postrero. (Filipenses 2:5-11; 1 Corintios 15:3-4; Juan 1:9-14; Romanos 6:4-11).
Mi carta
¿Qué carta escribiría a un millón de personas un día antes del juicio de Dios? ¡Necesitamos reconciliarnos con Dios! Y esa reconciliación solo puede ser posible por medio de Cristo. Simbólicamente hablando Cristo viene a ser nuestra «arca», el «diluvio» viene (juicio de Dios), y sin duda alguna somos hallados culpables por nuestro pecado. Jesús dijo que Él es el camino, la verdad y la vida, y que nadie va al Padre si no es por medio de Él (Juan 14:6). Solo Cristo es nuestra reconciliación con Dios:
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. (Romanos 5:11)
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. (2 Corintios 5:18-19)
No me queda más que hacerte una pregunta: ¿Estás reconciliado con Dios?