La próxima frontera de la pornografía

Sólo vivimos en la realidad real en la que Dios manda que vivamos como personas que han sido apartadas por Dios, para Dios y para la gloria de Dios.
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Hace ya mucho tiempo que se afirma que la pornografía impulsa a la tecnología. Esta afirmación es exagerada, sin duda, pero lo que está claro es que la pornografía aprovecha de forma muy rápida e inteligente las nuevas tecnologías de la comunicación. Como dice un comentarista: «Si inventamos una máquina, lo primero que vamos a hacer —después de obtener beneficios— es utilizarla para ver porno». Si no me creen, sólo tienen que investigar un poco sobre el VHS, el DVD, Internet, el iPhone y un sinfín de otras innovaciones que se crearon para diversos fines, pero que muy rápidamente se convirtieron en importantes canales para el porno. En los últimos años he tenido muchas oportunidades de hablar sobre los temas gemelos de la pornografía y la tecnología, y cuando lo hago siempre me aseguro de señalar que somos excepcionales a la hora de evaluar las oportunidades de las nuevas tecnologías, pero lamentables a la hora de evaluar los riesgos. El auge de Internet es un buen ejemplo. Cuando apareció Internet, todos nos creamos cuentas diligentemente y empezamos a explorar este nuevo medio. Navegamos, chateamos, descargamos y compramos. Sólo unos años más tarde nos dimos cuenta de que, por el camino, toda una generación se había enganchado al porno. Ahora es obvio: ¿Qué otra cosa iba a pasar? Pero, de alguna manera, nadie lo vio venir. Vimos las oportunidades, pero pasamos por alto un riesgo mayor. Cuando hablo de estos temas, suelo concluir con una sesión de preguntas y respuestas, y de todas las preguntas que me han hecho, esta puede ser la más común: ¿Qué es lo siguiente? ¿Cuál es la próxima gran tecnología de la que es probable que aceptemos los beneficios obvios y sólo nos enteremos de los riesgos cuando el daño ya esté hecho? Mi respuesta ha variado un poco a lo largo de los años, pero últimamente me he centrado en la realidad virtual (RV). Internet nos dio la noción de ciberespacio, un lugar que existe fuera del espacio real, pero el esfuerzo sólo tuvo un éxito parcial porque los ordenadores y los smartphones solo pueden ofrecer experiencias planas y bidimensionales. Navegar por la red o hablar con la familia a través de Skype nunca ha sido como transportarse a un reino diferente de la existencia. La RV, sin embargo, promete la noción de una realidad virtual que se suma o acompaña a la realidad real. Y puede que tenga la sofisticación necesaria para cumplir su promesa. En la actualidad, la mayoría de la gente asocia la RV con los juegos, pero es probable que eso cambie en un futuro cercano. Quienes trabajan en la próxima generación de RV tienen ambiciones mucho mayores que las de ofrecer un mero entretenimiento. Su visión es que la RV transforme la forma en que los seres humanos se relacionan entre sí. Pretenden no sólo imitar lo mejor de la conexión cara a cara, sino incluso mejorarla. Según un experto, la gran ambición es ofrecer presencia, empatía e intimidad en un espacio virtual. Se trata de ofrecer algo muy superior a Internet y quizá incluso a la vida real. La presencia, la empatía y la intimidad representan una gran ambición. ¿Cuál es la máxima expresión humana de la presencia, la empatía y la intimidad? El sexo, por supuesto. Así que no es de extrañar que la RV ya esté avanzando en esa dirección y, según algunos, incluso los primeros resultados son demoledores. Un investigador dice que no se parece a nada que haya experimentado. Es tan real, tan personal y tan sensorial que el cerebro lo acepta como real. El cerebro rellena los huecos hasta tal punto que se puede sentir. Ya no eres un voyerista que ve cómo se desarrollan los actos en una pantalla, sino un participante que se une a ellos. Al igual que el porno en vídeo ha dado un salto cualitativo respecto a las revistas, el porno en RV parece que dejará los meros vídeos como una pintoresca reliquia del pasado. Si el porno estándar en pantalla es una aspirina, el porno en RV es fentanilo en toda su potencia y adicción. Así que, consideremos esto como una advertencia. La RV está llegando. De hecho, ya está aquí, pero sólo de forma reducida. Estos son sólo los exploradores, pero el ejército completo está cerca. Posiblemente estemos a sólo un par de años de que la RV sea el próximo gran acontecimiento, lo que significa que podríamos estar a sólo una década de que sea la próxima cosa sin la que no podamos imaginarnos vivir. Mientras llega, seamos precavidos. Seamos prudentes. Adelantémonos a ella. Asegurémonos de que esta vez evaluamos adecuadamente sus beneficios y sus inconvenientes antes de entregarnos a ella. Y asegurémonos de admitir —como cristianos, al menos— que la realidad virtual no existe. Sólo vivimos en la realidad real en la que Dios manda que vivamos como personas que han sido apartadas por Dios, para Dios y para la gloria de Dios.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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