Es tan sencillo amar a las personas cuando te muestran su amor. ¿Realmente amamos a la persona que está a nuestro lado? ¿En nuestro entorno? Para amar a nuestro prójimo de la manera que Dios nos pide, es necesario amar a Dios por sobre todas las cosas, necesitamos experimentar el amor de Dios en nuestra vida, sabernos y sentirnos amados por Dios, porque cuando conocemos Su amor, nos será más sencillo amar a otros. Veamos diez formas en las que podemos mostrar a otros que los amamos.
No hablar contra él
Una de las maneras más sencillas de mostrar a otro es no hablando falso testimonio contra él, chismeando, hablar contra él para descargar alguna ofensa contra ti, no tirar indirectas en el Facebook. Porque, aunque parezca una tontería, esta forma de hablar contra otro es muy común ahora y lo único que estamos haciendo es exponer lo que hay en nuestro corazón y damos mal testimonio del evangelio. Si ellos son quienes hablan mal de ti y te atacan, guarda silencio no menciones nada, no te defiendas, no caigas en lo mismo de ellos, sólo ámalos y bendícelos. No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová. Lev. 19:16
No codicies sus bienes
Es tan fácil codiciar las cosas de alguien más, sobre todo cuando es lo que estábamos esperando nosotras y por lo que hemos orado tanto tiempo. Quizá de manera imperceptible dejamos que crezca en nosotras un sentimiento de envidia o resentimiento y comenzaremos a comportarnos de manera diferente con ellos, y eso solo muestra que no tenemos contentamiento con lo que Dios nos ha dado a nosotras, quizá nos estamos quejando contra Dios y no nos hemos percatado. Amemos a nuestro prójimo, alegrémonos cuando les vaya bien, cuando les vaya mucho mejor que a nosotras, y bendice a Dios porque está siendo bendecido alguien más. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Éx. 20:17
Devuelve lo que te han prestado
¿Sabes? Es un área en el que muchos debemos trabajar, devolver lo que nos han prestado; no sólo en cuestión de dinero sino todo. Libros, trastes de cocina, ropa, todo. Necesitamos regresar lo que nos han prestado, si se te ha complicado pagar o devolver algo, habla con la persona quien confió en ti y hazle saber lo que estás pasando, no te ocultes, habla y exponle tu causa. Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás. Éx 22:26
No le robes
En especie, ni en tiempo. En México hay un refrán que dice: “Llegando tarde como buen mexicano”. Y qué triste sinceramente que eso sea ya una costumbre o algo cultural. El llegar tarde a algún lugar es como “robar el tiempo de alguien”, necesitamos dar la importancia a cada cosa y ser diligentes. De igual forma no robarle a nadie, no peses mal lo que vendas, no le saques ganancias deshonestas, no te guardes lo que te sobró del gasto de tu marido, si te dan cambio de más regrésalo, si te mandan útiles escolares que no son de tu hijo, regrésalos, si te encuentras un celular llama a algún contacto y hazles saber que lo encontraste, ponte en el lugar del otro. No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. Lev. 19:13
No descubras sus secretos
Debemos saber discernir en quien podemos confiar al hablar nuestras cosas, en ocasiones confiamos demasiado en alguien que, cuando se enoja con nosotras habla todo lo que no debía hablar (Ecl. 7:21-22). Lo hemos hecho también alguna vez, y es muy común el contar los secretos de alguien más argumentando que necesita oración. Si una persona se nos acerca en confianza a solicitarnos oración por tal cosa, oremos por ella, no contemos sus secretos. Si crees que es necesario que alguien más te apoye en oración pregúntale antes a ella si puedes comentarlo, si te dice que si, no es necesario contar detalles, guarda su secreto. Defiende tu caso ante tu compañero, y no reveles a nadie el secreto. Prov. 25:9
Consuélalo en todo momento
Si tu prójimo está pasando por un mal momento, si está en pruebas, si su vida no es color de rosa por el momento, si se ha olvidado de Dios, no lo ataques, no ataques su causa. Si ves que está mal en algo habla con él en amor, ora por él, ayúdale a encontrarse con Dios; no lo ataques, no contribuyas a que él pudiera blasfemar o maldecir (Col 4:6). Lo mismo pasa contigo, cuando alguien te ataque de manera tal que pudieras pecar con tus palabras o con acciones, decide escuchar a Dios, cierra tus oídos a esas palabras o insultos y llénate de la Palabra de Dios para que transforme tu alma. Al amigo que sufre se le consuela, aunque se haya olvidado del Todopoderoso. Job 6:14
Ora por él
Orar por los que nos aman es un deleite. ¿pasa lo mismo con los que nos atacan? Debería ser igual, nuestro llamado es amar y orar por nuestro prójimo. Una manera de amar a mi prójimo es orando por él. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen. Mat. 5:44 “Necesitamos orar por quienes nos persiguen como si orásemos por quienes nos aman”
No lo engañes
Pensando que el prójimo es tu esposo, no le mientas, no juegues con sus sentimientos, no busques sacar provecho de alguna situación. No le ocultes las cosas para tu beneficio, no le pongas trampas para hacerlo caer. Confía en él y habla de frente. Con alguien más, no le hables de manera amable y después que se dé la vuelta le traiciones. Habla mentira cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. Sal. 12:2
Guíalo
Este es un tema para padres de familia principalmente. Tu prójimo en casa, tus hijos. Necesitamos guiarlos en el camino de la vida, guiarlos en el camino de Dios. Si nosotros no les mostramos la verdad en la Palabra de Dios, y les guiamos en ella para que amen a Dios y sus enseñanzas; el mundo se encargará de enseñarles a no amarla y a no amar a Dios (Prov. 22:6) Un trabajo delegado por Dios al varón, guía a tus hijos. Mujer si eres mamá soltera, viuda, es un trabajo en el que Dios te respaldará y ayudará a ser la mejor guía para tus hijos. El justo sirve de guía a su prójimo; Mas el camino de los impíos les hace errar. Prov. 12:26
No lo menosprecies
Es una persona por quien Cristo también murió. ¿Por qué menospreciarle? Su vida costó lo mismo que la nuestra. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mat. 22:39 Jesús dijo: Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros. En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros. Jn. 13:34-35 Dios es amor y Él nos ha amado. Si hemos experimentado ese amor, entonces extendámoslo a nuestro prójimo. Si nuestra mirada está en el Dios de amor, entonces dejaremos de ver los errores de los demás, dejaremos de ver las cosas que nos incomodan de ellos, o las que nos han lastimado y comenzaremos a verlos a través de la mirada cargada de amor con que nos ha visto nuestro Dios. Amar al prójimo es una decisión diaria. Recordemos cada día el gran amor con el que Dios nos ha amado que envió a su unigénito para rescatar nuestra vida, recordemos que no merecíamos su amor y, sin embargo, nos amó y murió por nosotros. Que ese amor recibido, nos impulse a amar a otros y vivir de manera que mostremos el amor de Cristo a quienes nos rodean.
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