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Ninguna práctica en tu hogar resultará más beneficiosa para tu familia que la adoración familiar diaria.
El hecho de que dos banqueros vivan juntos no convierte su hogar en un banco. Así también el que dos o más cristianos vivan juntos no convierte su hogar en un hogar cristiano. Los intercambios que suceden en un banco, o en un hogar, definen un lugar.
Los cristianos adoramos; eso es lo que hacemos por naturaleza. La adoración define nuestras iglesias y nuestras vidas personales, y debería caracterizar nuestros hogares también. De hecho, la adoración familiar tiene una larga historia en la iglesia protestante. Junto con la adoración corporativa y privada, ha sido considerada una de las rutinas regulares de la vida cristiana, y sus beneficios son eternos.
Quiero mostrar brevemente cuatro características de un devocional familiar. Mi oración es que entendamos por qué nuestros hijos necesitan que establezcamos esta valiosa disciplina en nuestros hogares.
1. Es la marca central de un hogar cristiano
Por supuesto, todo tipo de actividades ocurren en nuestros hogares. A mi familia le encanta jugar, cocinar juntos y ver videos divertidos. Aunque me encanta hacer cada una de estas actividades con mi esposa e hijos, espero que ninguno de estos eventos ocupe el lugar central de nuestro hogar y nuestra vida juntos.
Como cristiano, quiero y necesito que Cristo sea el centro. El hacer de Él el centro de la vida diaria es una de las marcas, si no la marca central, de la familia cristiana. Por eso la adoración familiar diaria caracteriza al hogar del creyente, pues apunta a sus miembros hacia Salvador.
2. Ayuda a nuestros hijos a tener esperanza
Además, uno de los mayores beneficios de la adoración familiar es la oportunidad de transmitir la fe a nuestros hijos. El padre cristiano tiene este privilegio en todas las áreas de la vida.
A menudo pienso en el Salmo 78 cuando considero la necesidad de transmitir la verdad de Dios a nuestros hijos. Asaf dice que contará las cosas…
Que hemos oído y conocido,
Y que nuestros padres nos han contado.
No lo ocultaremos a sus hijos,
Sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del Señor,
Su poder y las maravillas que hizo.
Sal 78:3-4
¿Por qué el salmista cree que es importante hablar de las maravillas de Dios a sus hijos?
Para que ellos pusieran su confianza en Dios,
Y no se olvidaran de las obras de Dios
Sino que guardaran Sus mandamientos.
Sal 78:7
¿No es este el deseo más profundo de todo padre cristiano? Anhelamos ver a nuestros hijos poner su esperanza en Dios y vivir según Su Palabra.
La adoración familiar brinda a nuestros hijos (y a nosotros mismos) un encuentro diario con este Dios de gracia y verdad. Al practicar la adoración familiar, traemos a nuestros hijos ante Cristo y seguimos direccionándolos hacia Su bendición. Al igual que los padres en Marcos 10:13, que trajeron a sus hijos a Cristo para que los bendijera, así nosotros colocamos a nuestros hijos ante Él diariamente.
3. Nos permite cultivar, como jardineros, la fe de nuestra familia
Por supuesto, establecer un devocional familiar no significa que podamos forzar la salvación de nuestros hijos o hacer que Cristo los bendiga. La salvación es solo por la gracia de Dios (Ef 2:8-10). Pero como padres cristianos, tenemos el privilegio y la responsabilidad de proporcionar un ambiente propicio para su crecimiento en Cristo.
Es muy parecido a la jardinería. El jardinero no tiene control sobre si la semilla crece y se convierte en planta. Dios debe dar el crecimiento. Pero el jardinero cuida el suelo, riega, deshierba y asegura que la planta reciba la cantidad adecuada de luz solar (1Co 3:5-7). Él proporciona un ambiente propicio, lo mejor que puede, y emplea todas las herramientas y conocimientos a su disposición. No puede garantizar el crecimiento, forzarlo o exigirlo, pero sí puede nutrir y cuidar, esperando el mejor resultado.
En la adoración familiar, la familia se reúne alrededor de la Palabra y ora junta. Proporcionamos un ambiente propicio a medida que encontramos a Cristo juntos diariamente en estos medios de gracia. Dios promete bendecir a Sus hijos a través de Su Palabra y la oración.
Entonces, como padres, la forma en que bendecimos a nuestros hijos no es inventando nuevas formas para que nuestros hijos lleguen a Dios. Simplemente debemos exponerlos a la Palabra de Dios y la oración. Pero sin cierta regularidad, estructura y propósito, podríamos cometer el error de asumir que ellos están siendo expuestos cuando, en realidad, no está sucediendo.
4. Es un deleite
La adoración familiar no es difícil. No debe ser algo sumamente complicado. Bastan diez minutos por noche. Después de la cena, despejen la mesa, muévanse al salón familiar, abran la Biblia, lean una sección corta y oren. Eso es todo.
No necesita durar demasiado (si apenas están comenzando, probablemente no debería). A medida que tu familia crece en esta práctica sencilla, pueden comenzar a hacer preguntas, discutir el pasaje que leyeron y cantar salmos o himnos juntos. Independientemente de lo que añadan a la simple lectura de la Biblia y la oración, eviten que se convierta en algo demasiado arduo.
No tiene que ser intimidante; no tiene que ser difícil. De hecho, no debería serlo. Como en cada momento en que disfrutamos de la presencia de Dios, nuestro objetivo no es añadir cargas religiosas, sino más bien disfrutar de Dios como un deleite (Is 58:13). ¡Imagina lo que significaría que tus hijos llamen al tiempo de adoración familiar un “deleite”! Por supuesto, esto podría no ser siempre el caso (para tus hijos o para ti), pero como padres, deberíamos hacer lo que podamos para eliminar obstáculos del disfrute fácil de Cristo (Mt 11:30; 23:4).
Perseverar
Si te saltas una noche, o tres noches, o una semana, simplemente vuelve a empezar. No es un carro que tengamos que arrancar de nuevo o un enorme proyecto que debamos volver a lanzar. Es un medio de gracia que Dios proporciona a Sus hijos. No está destinado a ser una carga.
En la adoración familiar, simplemente nos exponemos a nosotros mismos y a nuestros hijos a la bendición de Cristo. Pruébalo; prometo que no es difícil. Con el tiempo, practicar la adoración familiar diariamente cambiará tu hogar. Cambiará tu vida. Al venir diariamente a Jesús, no solo en nuestras devociones privadas sino también juntos como familias, Cristo derrama bendiciones que se desbordarán hacia la eternidad.
Este artículo se publicó originalmente en Desiring God.