Una de las equivocaciones que podemos cometer, es pensar que la oración es una forma de poder torcerle el brazo al Señor para que conteste nuestras oraciones de acuerdo con nuestra conveniencia, pero esa no es la finalidad de la oración. Entonces, comencemos por definir varios conceptos sobre la oración con versículos específicos para saber cómo la oración nos cambia. Así que, hablemos acerca de puntos importantes sobre la oración.
¿Qué es la oración?
“La oración es sin lugar a duda la actividad suprema del alma del ser humano. El hombre llega a lo máximo cuando de rodillas se encuentra frente a frente a Dios”. Martyn Lloyd-Jones Esta definición me parece muy apropiada. También podemos definirla como una conversación que tenemos cara a cara con Dios, como si estuviéramos hablando con una persona; pero a la vez, es la lucha mas grande que tenemos los cristianos y esto muestra la verdadera condición espiritual del corazón, pues deja ver cuáles son nuestras prioridades.
Lo que debe contener la oración
Sinceridad
En el tiempo de oración, podemos desbordar nuestro corazón en sinceridad hacia Dios como no los dice Su Palabra en Jeremías 29:13 “Si me buscan de todo corazón podrán encontrarme” (NTV). “Pues clame a Él por ayuda lo alabe mientras hablaba. Si no hubiera confesado el pecado de mi corazón, mi Señor no me habría escuchado” (Sal. 66:17-18 NTV)
Gratitud
En nuestro tiempo de oración, debemos orar con gratitud a Dios, por su misericordia y gracia por haber sido escogidos para ser hijas suyas, recordando en este tiempo el evangelio. “Estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús” (1Tes. 5:15-18) “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias” (Col. 4:2).
Arrepentimiento
En este tiempo de oración es muy importante quebrantarnos ante Dios y derramar nuestro corazón en arrepentimiento. “y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. Ahora mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a la oración que se haga en este lugar” 2 Cr. 7:14-15 “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.” 1 Jn. 1:9
Conforme al Espíritu y a Su Palabra
La oración debe ser conforme al Espíritu y según Su Palabra, porque de lo contrario, estaremos orando vanas palabrerías. Esto sería orar la Palabra: “Acuérdate de la palabra dada a tu siervo en la cual me has hecho esperar” (Sal. 119: 49). “Entonces, ¿qué? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento” (1 Cor. 14:15).
Conforme a Su voluntad
La oración debe llevarse al trono de la gracia, conforme a su voluntad para traer gloria al Señor. “Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que, si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.” 1 Jn. 5:14 Entonces, al caminar por todo lo que debe contener la oración, nuestros corazones van a cambiar porque estamos siendo rendidos y quebrantados para vivir una vida de santidad progresiva que glorifique al Señor. La única manera en que la oración cambia nuestros corazones es si lo hacemos conforme a Su Palabra que es la que confronta y es la luz en nuestro camino para ser no solo oidores, sino hacedores de ella. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.” (Sal. 119:105). “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernirlos pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb. 4:12). Recordemos que el Señor no necesita de nuestras oraciones, pero sí nos ha dicho que oremos. De manera que Él sabe mejor que nosotros nuestra necesidad de estar en una relación de oración con Él.