¿Cómo “hacer discípulos”?

El pastor John Piper explica qué es y las diferentes formas en que nosotros podemos obedecer ese mandato.
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PRESENTADOR

Nos han llegado muchas preguntas este mes sobre el discipulado. ¿Qué es el discipulado? ¿Cuál es el objetivo del discipulado? ¿Cómo se hace típicamente? Para orientarnos sobre el discipulado, ¿qué quisiera decir, pastor John?

JOHN PIPER

Hacer discípulos

Un par de observaciones sobre la palabra discipulado. La palabra discipulado nunca aparece en la Biblia. El término es ambiguo en español. Puede significar mi discipulado, en el sentido de mi propio patrón de seguir a Jesús, confiar en Él y aprender de Él. Eso es mi discipulado. La palabra podría significar eso, o también puede significar mi actividad de ayudar a otros a ser discípulos en ese sentido de aprender de Él y crecer en Él.

El segundo significado, ayudar a otros, sí tiene un verbo en el griego del Nuevo Testamento: mathēteuō, que significa “hacer discípulos”. Puede significar predicar el evangelio para que las personas se conviertan a Cristo y se conviertan en cristianos y, así, en discípulos. Por ejemplo, Hechos 14:21 dice: “Después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía”. Así que “hacer discípulos” es una palabra griega allí, y significa “convertirlos a Jesús”.

O también puede significar todo el proceso de conversión, bautismo y enseñanza de los caminos de Jesús, como se usa en Mateo 28:19-20: “Vayan, pues, y hagan discípulos”. Y esto es lo que quiere decir con hacer discípulos: “Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado”.

Ese es un proceso muy largo. Es como un proceso de toda la vida. Así que conviértanlos, bautícenlos, y luego pasen toda la vida enseñándoles a obedecer todo lo que Jesús dijo. Eso es lo que incluiría el verbo “discipular” en el Nuevo Testamento.

Cristianos de nivel 2

La palabra discípulo en el Nuevo Testamento no se refiere a un cristiano de “nivel 2”. Hay algunos ministerios que se construyen en torno a esta distinción que es muy antibíblica, como si hubiera conversos (nivel 1), luego hubiera discípulos que son pequeños cristianos del nivel 2 que aprenden más, y luego están los hacedores de discípulos en un tercer nivel.

Ahora, todos esos agrupamientos son lingüísticamente extraños al Nuevo Testamento. Un discípulo en el Nuevo Testamento es simplemente un cristiano: “Y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía” (Hch 11:26). Todos los que se convirtieron a Jesús eran discípulos. Todos los que se convirtieron a Jesús eran cristianos.

Parece que la palabra discípulo, con el tiempo, no era un término favorito para cristiano. Pablo nunca usa el sustantivo o el verbo “discípulo”. De hecho, ni el sustantivo discípulo ni el verbo hacer discípulos aparecen en ningún lugar del Nuevo Testamento fuera de los Evangelios y Hechos.

Así que creo que lo importante no es la terminología, sino la realidad. Las personas necesitan convertirse en cristianos y necesitan ser enseñadas sobre cómo pensar, sentir y actuar como un cristiano: es decir, un discípulo, un seguidor de Jesús, alguien que lo abraza como Señor, Salvador y Tesoro.

Cómo hacer discípulos

Ahora, ¿dónde y cómo debería suceder eso? Creo que de eso se trata toda la conversación sobre el discipulado. Es una preocupación fresca sobre cómo llevar a las personas a Cristo y hacerlas crecer para ser lo que deberían ser como cristianos, seguidores de Jesús o discípulos. Hay muchas palabras diferentes que la gente está usando en estos días para describir “cristiano”.

Entonces, ¿cómo sucede eso?

Bueno, la conversión de personas de incrédulos a creyentes, cristianos, discípulos, debería estar sucediendo en cualquier situación. No hay una sola estrategia. No hay límite en las formas en que se puede contar la buena noticia de Jesús a una persona. Por lo tanto, “hacer discípulos” en ese sentido es tan variado como la cantidad de formas que hay de compartir el evangelio o vivir el evangelio delante de las personas, con el objetivo de atraerlas.

En cuanto a entrenar a los cristianos en cómo pensar, sentir y actuar como un cristiano —es decir, hacer discípulos en el sentido de llevarlos a una mayor madurez—, eso sucede de muchas maneras en el Nuevo Testamento. Aquí hay solo una lista de posibilidades:

  • Tito 2:4. Las mujeres mayores deben enseñar a las más jóvenes.

  • 2 Timoteo 2:2. Pablo enseñó a Timoteo para que enseñara a otros a enseñar a otros.

  • Efesios 6:4. Los padres deben instruir a sus hijos.

  • Mateo 28:20. Los misioneros deben enseñar a las naciones todo lo que Jesús mandó.

  • Hebreos 3:13. Todos los cristianos deben exhortarse mutuamente cada día para evitar el pecado y estimularse unos a otros al amor y a las buenas obras (ver también Heb 10:24-25).

  • 1 Pedro 4:10. Todos los cristianos deben usar sus dones para servir a los demás.

  • Hechos 18:24-26. Priscila y Aquila, al parecer, explicaron de manera más precisa el camino de Dios a Apolos.

Podríamos seguir y seguir.

Cada cristiano debería ayudar a los incrédulos a convertirse en creyentes, mostrándoles a Cristo; eso es hacer un discípulo. Cada cristiano debería ayudar a otros creyentes a crecer más y más en madurez; eso es hacer un discípulo.

Cada cristiano debería buscar ayuda de otros para seguir creciendo; eso también es nuestro discipulado. Y cada iglesia debería pensar cómo todas estas formas de hacer discípulos bíblicos encuentran expresión en su vida corporativa.


Este artículo se publicó originalmente en Desiring God.

John Piper

John Piper

John Piper (@JohnPiper) es fundador y maestro de desiringGod.org y ministro del Colegio y Seminario Belén. Durante 33 años, trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros.

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