Amando a nuestros enemigos

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Lo que el mundo grita a voces es: “El que me la hace, me la paga”, y eso fue lo que realmente escuché durante mucho tiempo y era muy normal para mí, tanto que mi corazón lo sentía y hacía. En el momento que me arrepentí de mis pecados y  conocí a Cristo como mi Salvador y Señor, entendí que yo siendo su enemiga, ÉL me amó y había dado Su vida por mí. “Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida” (Rom. 5:10). Entonces, ¿Qué hacer con aquellos enemigos que se nos presentan a lo largo de nuestra vida cristiana? Porque muchas veces esos enemigos nos los ganamos de gratis, por no decir siempre, y claro está que es una batalla de la luz contra las tinieblas. El Señor nos manda a amar a nuestros enemigos y lo dice muy claramente en Mateo 5:44 “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen”. Por naturaleza, el ser humano es malvado, y existe un comportamiento malo para con los demás. Pero para nosotros como cristianos eso no debe ser un pretexto para no amar a nuestros enemigos, pues nosotros somos redimidos por Cristo y una nueva forma de vida conforme a Él, debe ser la constante. Es muy importante entender que eso no quiere decir que vamos a aprobar las cosas que no están correctas, sino de hacer el bien siendo guiados por la Palabra del Señor. Te comparto tres actitudes que me han ayudado mucho a tener presente ese amor a los enemigos.

Orar por ellos

“…orad por los que os persiguen” (Mt. 5:44b). Cristo es el mejor ejemplo, pues, Jesús reaccionó así con aquellos que lo ultrajaron llevándolo a la cruz, y con todo ello pidió que fueran perdonados. “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Luc. 23:34a).

Hacerles el bien a ellos

“haced bien a los que os aborrecen” (Luc. 6:27b). Debemos estar preparadas para hacer el bien cada vez que tengamos la oportunidad, y alegrémonos  de que El Señor use esas ocasiones para mostrar lo que somos en Cristo.

Hablar bien a ellos

“Bendecid a los que os maldicen”  (Luc. 6:28a). La palabra bendecid se refiere aquí a contestar de una manera amable, haciéndolo así cuando otros nos ultrajen. “¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga?” (Stg. 3:11). “La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira” (Pr. 15:1)

Conclusión

Hemos sido redimidos por Cristo, y como Su pueblo, somos la sal de la tierra y la luz de este mundo. “Vosotros sois la sal de la tierra” (Mt. 5:13a). “Vosotros sois la luz del mundo” (Mt. 5:14a). El Señor se encarga de todo lo que nuestros enemigos quieran hacer contra nosotros, así que descansemos en Él. “Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARE, dice el Señor” (Rom. 12:19). Recordemos que El Señor nos enseñó cuál es el más grande mandamiento y el segundo también. El prójimo no está constituído solo por nuestros hermanos en la fe, sino también nuestros enemigos. “Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt. 22:37-39). Sea como sea, el Señor permite que estemos expuestas a enemigos. El mayor enemigo de la causa de Cristo, el diablo, sigue haciendo de las suyas, y Dios con el poder de destruirlo no lo ha hecho, porque aún el existe para que los propósitos de Dios se cumplan. No olvidemos que Dios está formando la imagen de Cristo en nosotras y si para eso es necesario que tengamos enemigos, debemos aprender a descansar en ÉL. “Estando convencido precisamente  de esto; que el que comenzó  en vosotros; la buena obra, la perfeccionará hasta el dia de Cristo Jesús” (Fil. 1:6).

Liliana Llambes

Liliana Llambés es colombiana y sirve como misionera de IMB en Panamá. Su pasión es proclamar el mensaje de salvación y hacer discípulos con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Es la autora de «7 disciplinas espirituales para la mujer» y conferencista internacional. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos del Southern Baptist Theological Seminary, y está cursando una Maestría en Divinidades con énfasis en Consejería Bíblica. Está casada con el pastor y misionero Carlos Llambés, con quien tiene 4 hijos y 9 nietos. Puedes encontrarla en Facebook, Twitter e Instagram. @lilyllambes

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