[dropcap]T[/dropcap]odos estamos familiarizados con las disciplinas espirituales y la mayoría estamos conscientes de su importancia para una vida cristiana saludable. La mayoría practicamos las disciplinas de leer la Escritura, orar, tener comunión con otros creyentes, y quizá incluso ayunar. Pero algunas precauciones pueden ser necesarias, pues nuestra familiaridad con las disciplinas puede conducir a una especie de presunción. En su excelente librito, Holy Helps for a Godly Life, una obra sobre las disciplinas espirituales, Richard Rogers ofrece 5 precauciones con el fin de asegurarnos de que las estamos usando apropiadamente. Compréndelas adecuadamente. Primero, necesitas considerar minuciosamente y entender adecuadamente las disciplinas espirituales y los beneficios que pueden traer. Eso te permitirá usarlas de la forma que se pretendía para ellas. «Anímate a esto, porque en vista de que algunas tienen un poder tan grande para moldear debidamente el corazón y la vida (cada una a su manera), cuánto más el uso de todas ellas juntas traerá así una enorme y abundante bendición». Así que usa las disciplinas espirituales, pero asegúrate de saber por qué las usas. Tenlas en alta estima. Dado que las disciplinas espirituales son preciosas y tienen los propósitos más nobles, deberías entenderlas adecuadamente para que puedas usarlas con la mayor reverencia. No basta solo con usarlas, sino que debes usarlas con la debida reverencia y gratitud. No las uses para ostentar. No uses las disciplinas espirituales para poder decirles a los demás lo piadoso que eres, o aun para poder presumir. No leas la Biblia para poder publicar tus devocionales en Instagram o alardear con falsa modestia en Twitter. Examina tu corazón para asegurarte de estar usando las disciplinas espirituales para los propósitos más nobles, que es conocer y honrar a Dios. Úsalas constantemente. No te permitas cansarte o relajarte en tu compromiso con las disciplinas espirituales. Asegúrate de no rendirte antes de formar el hábito, y asegúrate de no cansarte después de continuar el hábito durante muchos años. Nunca vas a superar tu necesidad de estos simples pero poderosos hábitos. Confiesa tus fallas. Sé diligente y constante en examinar tus fallas y fracasos en la práctica de las disciplinas espirituales. No intentes encubrir tu pecado y tus actitudes pecaminosas, sino confiésalos ante el Señor, confiando en que él te escuchará y te perdonará. Habiendo confesado y recibido su perdón, continúa tu uso de las disciplinas de una forma renovada tal como hiciste antes.    

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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