Sabiduría en el libro de proverbios: verdades profundas sobre la sapiencia bíblica

¿Dónde hallamos la auténtica fuente de sabiduría en un mundo saturado de consejos y opiniones? Este artículo te invita a explorar la preeminencia de la sabiduría divina desentrañando los tesoros de conocimiento que se encuentran en el libro de Proverbios.
Foto: Aaron Owens

Cuando el hombre y la mujer siguieron la propuesta de la serpiente, hallaron tal conocimiento autónomo que, en lugar de guiarlos hacia la sabiduría, los alejó más y más de la misma, porque creyeron al “padre de las mentiras” (Jn 8:44), cuyo objetivo es mantener a la humanidad en la “ignorancia” (Hch 17:30), desarrollando una concepción del mundo y de sí mismos, que “profesando ser sabios, los convirtió en necios” (Ro 1:22).

La consecuencia final de seguir la “sabiduría del mundo, que es terrenal, animal y diabólica” (Stg 3:15), es que los hombres digan que “no hay dios” (Sal 14:1), y así continuar negando “al único y sabio Dios” (Jud 25), porque “cambian la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador” (Ro 1:25); pero también sabemos por las Escrituras y la experiencia, que Dios “destruye la sabiduría de los sabios de este mundo y desecha el entendimiento de los entendidos… ¿no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” (1Co 1:19-20).

Tenemos así, una visión general entre la sabiduría según Dios y según el mundo, que fortalece el reconocimiento de las Escrituras como la fuente esencial de “la sabiduría de Dios para Su pueblo a la vista de todas las naciones” (Dt 4:6), hechos asumidos por el libro de Proverbios. Veamos ahora, en resumidas cuentas, la sabiduría divina registrada en los proverbios para nuestra instrucción.

De acuerdo con el libro de Proverbios, la vida sabia es aquella que está gobernada por el temor al Señor y siempre busca agradarlo a Él. / Foto: Unsplash

Es una sabiduría personal

Desde joven, Salomón reconoce su falta de sabiduría para cumplir su responsabilidad como rey de Israel; por ello, ante una aparición divina en sueños, recibe la sabiduría como recompensa a su pedido (1R 3:5-10). Sin embargo, se nos dice que él ya, “amaba al Señor”, hecho que confirma la prioridad del ser sabio en sentido bíblico, antes del saber o tener algún tipo de sabiduría. El sabio aprende a amar al Sabio Dios (2Ti 3:15). Este es el mensaje del libro de los proverbios en repetidas ocasiones: ser sabio es algo de interés y alcance personal (Pro 1:20-23).

Es una sabiduría preceptiva

Es sabio quien obedece los mandatos de Dios (Pro 10:8a), y es sabio quien teme al mismo Dios (Pro 1:7). Ambas cosas, obediencia a los mandamientos y temor a Dios aparecen juntos en el libro de los Proverbios, al igual que en los Salmos (Sal 111:10). Esta sabiduría se revela en las Escrituras para el beneficio del pueblo de Dios a diferencia de la sabiduría del mundo (1Co 2:7).

Es una sabiduría paternal

Sabemos que es un mandato de Dios la transmisión de la fe desde la más temprana edad, porque los padres son quienes deben enseñar la sabiduría consistente en amar a Dios con todo su ser, cumpliendo Sus leyes y modelando una vida piadosa a sus hijos tanto en las actividades privadas, como en la públicas (Dt 6:4-9). Este es un mandato permanente para los israelitas (Sal 78:1-8), y también para los cristianos en la crianza de sus hijos (Ef 6:4). El libro de Proverbios nos ayuda bastante en nuestra labor educativa, ya que es la sabiduría familiar del pueblo de Dios.

Sabemos que es un mandato de Dios para los padres transmitir la fe cristiana a sus hijos desde la más temprana edad. / Foto: Priscilla Du Preez

Es una sabiduría pactual

Dios se le apareció a Salomón de nuevo, para recordarle las condiciones de la sabiduría dada (1R 9:2-9). Aquí se nos recuerda que Dios le dio este don por causa de un acuerdo previo con su padre David, como Salomón menciona en su oración, y es este rey a quien Dios puso como modelo de obediencia a Sus leyes, y conforme a la alianza que Él estableció con Israel para ser la nación a donde las demás irán para “oír la sabiduría que Dios dio a Su rey, para la gloria de Su Nombre” (1R 4:34; 10:9).

Es una sabiduría práctica

Proverbios nos narra la sabiduría de Dios en la gente común y corriente, basándose en principios muy gráficos que sirven de advertencia para quienes requieren saber cómo se vive la vida según Dios, conforme al diseño dado por Él para la humanidad. Proverbios casi no deja por fuera ningún asunto de la vida del hombre, siempre desde la perspectiva de un santo que aprende a hallar la felicidad en relación con la santidad, y viceversa.

Es una sabiduría profética

Uno de los significados del término que se traduce como “proverbios” se usa también en el sentido de “profecía” en Números 23:7, de manera que no solo el hijo de David enseñó en forma de proverbios, sino que otros hombres reconocidos por su sabiduría (Etán, Esdras en su libro, etc.) también acudieron a este recurso; incluso, en términos generales, leemos a la sabiduría hablando en primera persona, describiendo su origen divino y preexistencia creacional, como el actor central del libro, necesitado y buscado por todos los hombres, hallándose en Dios mismo, de donde Salomón y los sabios son sólo medios de la sabiduría (Pro 8).

Proverbios nos narra la sabiduría de Dios en la gente común y corriente, basándose en principios muy gráficos que sirven de advertencia para quienes requieren saber cómo se vive la vida según Dios. / Foto: Timon Studler

Es una sabiduría parcial

La sabiduría en el libro de los proverbios está a simple vista, como incompleta. Me refiero a esto por causa de las dificultades que presenta sus expresiones para el oyente primario en su momento y en el nuestro. No podemos ignorar que hay proverbios que parecen desconocer la realidad de la experiencia humana, pues “no siempre canta y se alegra el justo” (Pro 29:6). Incluso hay proverbios que parecen contradecirse (comp. 26:4-5).  

Estas particularidades nos deben advertir que la sabiduría proverbial en ningún momento pretende ser exhaustiva, como podría imaginarse un lector desprevenido, que carece del conocimiento ya expuesto anteriormente en esta reflexión. Sírvase aclarar la diferencia crucial entre lo que es preceptivo, es decir, lo que debería ser y hacerse conforme a las Leyes de Dios dadas a Israel en Sinaí; de lo que es descriptivo, o sea, lo que está ocurriendo ante la vista reflexiva del proverbista. Este eco lo encontramos en el siguiente proverbio:

“Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo…quita las escorias a la plata y saldrá alhaja al fundidor” (Pro 25:2,4).

Que las anteriores directrices nos sirvan para aprovechar la gran sabiduría divina en este precioso libro del Antiguo Testamento a la luz de la sabiduría revelada por Dios en el Evangelio de Su Hijo, “hecho por Él, sabiduría nuestra” (1Co 1:30).

John Edgar Sandoval

John Edgar Sandoval es cristiano desde niño, esposo de Cindy Juliana y padre de Christopher (5) y Francis (2). Pastor plantador de la Iglesia Cristiana Reformada de Bucaramanga, Colombia. Ordenado al Santo Ministerio por el Presbiterio Andino de la Iglesia Reformada Evangélica Presbiteriana de Colombia. Miembro de la Junta Directiva del Seminario Reformado Latinoamericano. Profesor de Teología Histórica y Misiones Reformadas en América Latina.

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