¿Puede un cristiano practicar Yoga?

Tenemos una pila de 60 correos electrónicos de oyentes en Escocia, Estados Unidos, e India que quieren saber sobre el Yoga. ¿Es solo mero ejercicio físico o una participación inevitable en asuntos espirituales orientales? Un oyente, Todd, escribe, “Como un profesional de cuidado de la salud estoy interesado en los beneficios de prácticas orientales como el yoga y el tai Chi por los beneficios de salud documentados. ¿Puede un cristiano practicar algo como esto con raíces místicas con buena conciencia?” ¿Qué diría pastor John? 

Enmarcando el problema

La primera cosa que quisiera decir es que existen dos tipos de abordajes para las prácticas cuestionables en la vida. Una que llamaría un abordaje minimalista de la santidad y piedad. La otra es maximalista. En el primer caso, la pregunta típica sería, “Bueno, ¿Qué tiene esto de malo?” Esto aplicaría a películas y música pues los niños a menudo preguntan a sus padres, “¿Qué tiene de malo?” y el otro abordaje no solo es preguntar, “¿Qué tiene esto de malo?” principalmente, sino “¿Me hará esto más como Cristo? ¿Me hará más devoto a Jesús? ¿Seré más lleno del Espíritu Santo y su poder? ¿Seré más efectivo en mis oraciones por causa de esto? ¿Me haré más audaz para dar testimonio o me hará más débil? ¿Me ayudará a discernir espiritualmente los caminos de Satanás en el mundo y me ayudará a hacer más tesoros en el cielo? ¿Me ayudará a encontrar gozo en Dios y a todo lo que él es para mí en Jesús?”. Puedes ver que hay dos tipos de abordajes de la vida. Yo quiero maximizar mi piedad y mi santidad al estar más y más cerca de Dios. La otra es solo tratar de hacer tantas cosas como puedas sin caer explícitamente en el pecado. Así que, no estoy sugiriendo que cada vez que enfrentes una actividad cuestionable, optes por renunciar, porque has pesado las cosas de esa manera. Solo quiero que las personas aborden preguntas con la mayor pasión de piedad y no pensar de manera minimalista. Esto es lo primero que quisiera decir. 

Una mirada a la cosmovisión

En segundo lugar, el yoga como el tai Chi, en lo poco que sé y en la pequeña investigación que hice, tienen sus raíces en la cosmovisión oriental y están profundamente en raíces contrarias a la comprensión cristiana de Dios y la manera en que el mundo funciona. Así que, el yoga es para el cuerpo lo que el mantra es a la boca – así es como lo pondría de todos modos. Una explicación dice que, para el mantra, “uno tiene que decir una palabra o frase hasta que trasciende la mente, las emociones y en el proceso la supraconciencia es descubierta y alcanzada”. ¿Nota el uso de “palabra” en ese mantra – como una manera para moverte a la supraconciencia? En otras palabras, los ejercicios de yoga son un desbordamiento de ese tipo de repetición verbal y filosofía de cómo uno se mueve física, emocional e intelectualmente a la supraconciencia.  Así que el yoga se enfoca en la armonía entre la mente y el cuerpo. El yoga deriva su filosofía de una creencia metafísica India. Y la palabra yoga viene del idioma sánscrito que significa “integración” o “unión”. Y el objetivo último de esta filosofía es lograr un equilibrio entre la mente y el cuerpo a fin de conseguir un tipo de auto iluminación a través del uso del mantra a través del uso de ciertos tipos de ejercicios físicos o posturas meditativas. Para alcanzar este estado, el yoga utiliza la respiración, la postura, la relajación y la meditación para lograr un enfoque de la vida saludable y equilibrado. Esto sería más o menos la manera en que lo dirían muchos lugares del internet.  Por ejemplo, si vas al sitio web de YWCA de Minneapolis y haces clic en “clases de ejercicios”, puedes obtener 22 referencias del yoga, que incluyen; yoga para principiantes, yoga para esclerosis múltiple, jóvenes y yoga, yoga y baile para jóvenes, yoga para todos. Y es lo mismo con el tai chi, aunque un poco menos. El tai chi tiene raíces en la religión o metafísica de China y una definición dice que el tai chi es conocido por ser el principio concebible más alto de donde fluye la existencia: el fin último.  Eso es lo que significa la palabra tai chi. El fin último crea yang y yin (equilibrio). El movimiento genera el yang y cuando esta actividad alcanza su límite, se convierte en tranquilidad. Y a través de la tranquilidad el fin supremo genera yin. Cuando la tranquilidad alcanza su límite hay un retorno al movimiento y el movimiento y la tranquilidad alternadamente se convierte cada uno en la fuente del otro y la transformación del yang y la unión con el ying producen todo y estas a su vez producir y reproducir, eso hace que el proceso sea interminable. Esto es más o menos lo que he aprendido en un poco de investigación. 

Raíces radicalmente diferentes 

Los cristianos tienen una cosmovisión radicalmente diferente a cualquiera de estos. Nuestro enfoque hacia la historia, hacia Dios y hacia el bien es radicalmente diferente. En el cristianismo el proceso hacia la totalidad se mueve de un Dios que se comunica inteligentemente a través del lenguaje para ser entendido, a través de una persona que es Jesucristo y quien se convirtió en un hombre completo y habló para ser entendido por la mente, no la cancelación de la mente, a través de su muerte y resurrección vencer objetivamente a un verdadero Satanás y la culpa real delante de Dios, a través del mensaje real del evangelio para nosotros.  De una vez por todas en la historia con eventos históricos reales detrás de esto, a través de la comprensión de ese mensaje en nuestras mentes conscientemente, a través de la fe en Cristo, a través de la morada del Espíritu Santo, a través de las promesas creídas y entendidas, a través de la meditación gozosa de esas promesas objetivas, a través de la transformación del Espíritu Santo, a través de la Palabra objetiva entendida mientras meditamos en una progresiva semejanza con Cristo al ver su gloria en la Palabra y el evangelio, a través de actos prácticos que conducen a ayudar a otras personas, y a través de la vida de piedad transformada en vida eterna donde Dios es nuestro gozo por siempre.  Esto es el cristianismo. Y es totalmente diferente a la clase de cosmovisión que se esconde detrás de las mentiras de las prácticas meditativas, físicas, emocionales e intelectuales que fluyen del yoga y el tai chi. Así que, considera la integridad cristiana de la salud y el cuerpo. Si preguntas, “¿Cómo esto se relaciona con el cuerpo? ¿Cómo esto que se relaciona con los ejercicios y las cosas que haces con tu cuerpo?” Yo diría que la integridad cristiana de la salud del cuerpo es un punto de vista corregido y realista marcado por estos factores:  (1) Estamos caídos física, emocional e intelectualmente bajo una maldición sobre toda la creación y, por lo tanto, todos moriremos.  (2) Seremos resucitados de la muerte si tenemos fe en Jesús y esta es la salud a la que finalmente aspiramos principalmente. Seremos completamente sanos, cuerpo, alma y mente, en el nuevo cielo y la nueva tierra después de la resurrección y esta es nuestra gloria, esa es nuestra esperanza.  (3) Mientras tanto, nuestra naturaleza externa “se está desgastando” pero nuestra naturaleza interior “se renueva de día en día” (1 Co. 4:16)  (4) Así que, el ejercicio físico es poco valioso, como dice Pablo en 1 Tim. 4:8.  Pero el ejercicio espiritual es valioso en todos los aspectos de la manera en que lo describí hace un momento.  (5) No deberíamos dañar innecesariamente nuestros cuerpos que son el templo del Espíritu Santo, por el contrario, deberíamos buscar la máxima utilidad en las metas que Dios nos ha dado. Así que, la salud física es maravillosa, pero no es la meta. Es un medio calificado para alcanzar metas mucho más grandes.  (6) Podemos completar nuestras metas más grandes al morir, al arriesgar nuestras vidas contrayendo Ébola, malaria o fiebre de río en alguna actividad misionera. No luchamos por el máximo bienestar físico. Esta es una meta útil subordinada como medio para algo más grande, y podemos comprometernos intencionalmente arriesgando nuestras vidas por el bien de otra persona.  (7) Por lo tanto, cualquier régimen físico que empiece a ocupar el lugar de la búsqueda de la santidad y el servicio sacrificial mediante el cual podemos dar nuestras vidas en sacrificio y que probablemente esté comenzando a convertirse en una religión para nosotros. (Y me parece que el yoga y el tai chi se han declarado a sí mismos por sus propios nombres).  Entonces, en este punto, cuando evalúo maximizar en lugar de minimizar mi búsqueda de las metas de Dios y el florecimiento de mi propia alma, buscaría otro tipo de ejercicio.

John Piper

John Piper

John Piper (@JohnPiper) es fundador y maestro de desiringGod.org y ministro del Colegio y Seminario Belén. Durante 33 años, trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros.

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