Por qué no soy dispensacionalista

Como saben, estoy compartiendo una serie que cuenta lo que creo por intermedio de  la discusión de las cosas que no creo. Hasta este punto, he contado por qué no soy ateo, católico romano, liberal, arminiano o paedobaptista.
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Como saben, estoy compartiendo una serie que cuenta lo que creo por intermedio de  la discusión de las cosas que no creo. Hasta este punto, he contado por qué no soy ateo, católico romano, liberal, arminiano o paedobaptista. Eso significa que nos estamos acercando rápidamente al final de la serie con solo tres artículos restantes. Hoy les contaré por qué no soy dispensacionalista, y les advierto de antemano que puede resultar decepcionante. Cada uno de nosotros posee áreas en las que nuestras convicciones teológicas están profundamente desarrolladas y otras en las que no tanto. En esta área no he realizado el mismo nivel de estudio que, por ejemplo, las doctrinas de la salvación o de la Escritura. Mis convicciones están desarrolladas, pero no tanto como yo esperaría y, de hecho, como ustedes podrían esperar. Si todavía estás leyendo después de esa advertencia, pasaremos a las definiciones. Todos los cristianos profesan con el Credo de los Apóstoles que en algún momento en el futuro Cristo ha de venir «a juzgar a los vivos y a los muertos». Pero exactamente cómo y cuándo se desarrollará esto son cuestiones de intenso y continuo debate. Este campo de estudio se llama escatología, que según Greg Allison «abarca el regreso de Cristo y Su relación con el milenio (amilenialismo, posmilenialismo, premilenialismo) y la tribulación, la resurrección, el juicio final, la bendición eterna de los justos y el juicio eterno de los impíos, y el estado eterno de un cielo nuevo y una tierra nueva». En otras palabras, la escatología es el estudio de lo que está por venir y de lo que serán las últimas cosas. El dispensacionalismo es un tipo de marco para la historia que se organiza en torno a siete dispensaciones —siete órdenes o administraciones—. Particular a este marco es la postura escatológica conocida como «dispensacionalismo premilenial», que sostiene que Cristo regresará antes de un reinado literal de mil años en la tierra. Cuando digo que no soy dispensacionalista, esto es principalmente lo que quiero decir: no me adhiero al dispensacionalismo premilenial. Allison señala: «Se difiere del premilenialismo histórico por su creencia de que antes de la tribulación, Cristo ha de remover a la iglesia de la tierra (el rapto); por lo tanto, también se le llama premilenialismo pretribulacional. En Apocalipsis 20:1-6 se describe el gobierno de Cristo sobre la tierra (mientras Satanás está atado) por un período de mil años, al que seguirá la derrota final del Satanás liberado por Cristo, el juicio final, la resurrección de los impíos y el cielo nuevo y la tierra nueva». Como he mencionado antes, la mayor parte de mi niñez la pasé en iglesias reformadas holandesas y en escuelas reformadas holandesas (a pesar de, como también he mencionado, mi completa falta de herencia holandesa). Esto significa que me crié con una dieta constante del Catecismo de Heidelberg que mis padres complementaron con el Catecismo Menor de Westminster. Ninguno de estos documentos hace mucho énfasis en el final de los tiempos. Por ejemplo, el de Westminster simplemente pregunta: «¿En qué consiste la exaltación de Cristo?», y responde: «La exaltación de Cristo consiste en Su resurrección de entre los muertos al tercer día, en haber ascendido al cielo, estar sentado a la diestra de Dios Padre, y en venir, en el último día, a juzgar al mundo». No hay preguntas de seguimiento sobre ese juicio venidero. La mayoría de los que atesoran estos catecismos adoptan el amilenialismo o el posmilenialismo y, de hecho, yo fui criado como amilenialista. Era mi entendimiento que el mundo continuaría más o menos a lo largo su trágica trayectoria actual hasta que, por fin, regresara Cristo. (Allison: «Con respecto a la escatología, la posición de que no hay (a-) milenio, o ningún período futuro de mil años del reinado de Cristo en la tierra. La clave de esta posición es su interpretación no literal de Apocalipsis 20:1-6, la atadura de Satanás es la restricción actual de Dios sobre él, permitiendo que el evangelio avance por todas partes. Los santos que gobiernan son cristianos que han muerto y ahora están con Cristo en el cielo. Al final de esta era actual, Cristo derrotará a un Satanás desatado, dando paso al juicio final, a la resurrección y al cielo nuevo y la tierra nueva»). La primera vez que escuché de una alternativa fue a través de la música cristiana. En mi adolescencia comencé a escuchar a Petra, y aunque los descubrí en la era de Beyond Belief [Más allá de la creencia], finalmente regresé y compré sus álbumes más antiguos. Allí encontré canciones como Gonna Fly Away [Voy a volar lejos], de su debut autotitulado de 1974. No es una composición brillante, pero habla de los cristianos siendo removidos de la tierra mientras los no cristianos permanecen. Soñando con volar desde que era un niño. Nunca pensé que vería al verdadero McCoy, Creo que es seguro decir que finalmente encontré una manera. Voy a volar lejos. Voy a volar lejos. Todos los días he estado mirando el cielo, Espero que no esté lloviendo cuando comience a volar, Apuesto a que piensas que soy extraño, espera hasta que sea cambiado. ¿Dónde vas a estar cuando suene la trompeta? Todo lo que quedará de mí va a ser mi ropa realmente, Me gustaría verte volando a mi lado. No fue hasta el duodécimo grado que llegué a conocer a alguien que adhería a esta postura y que podía explicármela. Escuché su explicación —creo que bastante buena—, pero no pude reconciliarla con mi entendimiento de la Biblia. Rápidamente me di cuenta de que el dispensacionalismo premilenial iba a tener una tarea laboriosa si alguna vez iba a desplazar mi amilenialismo latente. Hasta el día de hoy nunca lo ha hecho. Así que, ¿por qué no soy dispensacional? Me gustaría decir que he estudiado la cuestión muy de cerca, que he leído montones de libros sobre escatología y que puedo defender a fondo mi posición contra cualquier alternativa. Pero no es el caso. Es más, mi lectura de la Biblia, mis años de escuchar sermones y mi estudio de la teología cristiana no han podido sacudir o desplazar el amilenialismo de mi juventud. Por el contrario, sólo lo ha fortalecido. La reciente serie de sermones de Paul Martin sobre el Apocalipsis lo fortaleció aún más. El propio marco del dispensacionalismo me parece que cae en una categoría similar a la del paedobaptista en el sentido de que ambos, en palabras de Tom Hicks, «permiten erróneamente que el Antiguo Testamento tenga prioridad sobre el Nuevo Testamento». Aunque no soy dispensacionalista y no me adhiero al dispensacionalismo premilenial, deseo expresar mi amor y respeto por muchos de los que se adhieren a esta postura y, especialmente, por John MacArthur, quien ha sido tan importante como cualquiera en la formación y en el moldeado de muchas de mis convicciones. Estoy agradecido de que esta sea una de esas cuestiones en las que los cristianos pueden acordar alegremente estar en desacuerdo. Este artículo se publicó originalmente en inglés en https://www.challies.com/articles/why-i-am-not-dispensational/

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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