Mi esposo está deprimido. ¿Qué hago?

Como mujeres, ¿de qué manera podemos ayudar a nuestro esposo en una temporada de profunda tristeza?
Foto: Envato Elements

Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; 

Pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! (Ec 4:10). 

Tengo la convicción de que Dios me diseñó como un regalo para mi esposo que lo anima, apoya y estimula. He recibido el rol de ayudarlo en todo tiempo, especialmente en la enfermedad, en las temporadas de angustia, en la aflicción y el sufrimiento y, sobre todo, en la depresión. 

Todos, en algún momento de nuestras vidas, en mayor o menor grado, hemos estado deprimidos. Aun muchos de los grandes siervos de Dios en la Biblia pasaron por momentos de depresión, como Jonás y Elías. También conocemos de predicadores en la historia de la iglesia que atravesaron esta difícil lucha, como fue el caso de Spurgeon. 

¿De qué manera las mujeres podemos acompañar a nuestros esposos en las temporadas de depresión? Es indispensable que conozcamos de qué se trata este trastorno, de manera que nos identifiquemos con nuestros esposos, sintamos empatía, nos pongamos en sus zapatos y, al final, les ayudemos a luchar por el gozo.

Todos, en algún momento de nuestras vidas, en mayor o menor grado, hemos estado deprimidos. / Foto: Envato Elements

El significado de la depresión

La depresión tiene diferentes niveles: su rango va desde un sentimiento leve de melancolía, hasta la tristeza severa que impide la vida y lleva a considerar pensamientos suicidas. Este poema de Betty Scott Stam (1907–1934), la misionera que murió en China junto a su esposo a mano de los comunistas, nos ilustra el sentimiento de un cristiano deprimido:

Estoy de pie, Señor: Hay una neblina que ciega mi vista.

Rocas empinadas, escarpadas, al frente, a la izquierda y a la derecha, 

abajo, sombrío, gigantesco, en la noche. 

¿Dónde está el camino? 

Estoy de pie, Señor: La roca negra me hace retroceder  

Sobre mi cabeza el quejido del viento  

Me da escalofrío y oprime mi corazón y mi mente.  

¡Tengo temor!  

Estoy de pie, Señor: La roca debajo de mis pies es dura;  

Casi resbalo, Señor, con la fría llovizna,  

Tan cansada, ¡Señor! Y ¿dónde podré sentarme?  

¿Aún debo seguir de pie? 

Él me contestó, y en Su rostro

Una mirada inefable de gracia,

De amor comprensivo, perfecto,

Con la cual se acabaron mis murmullos.

Estoy de pie, Señor: Ya que has contestado, Señor, puedo ver.

Tú me habías acorralado ¡estas rocas son Tú!

Y como es Tu amor lo que me rodea, Estoy de pie y alabo.

Betty Scott Stam (1907–1934).

El pastor John Piper expresó un sentimiento similar: 

Hay mañanas cuando me siento frágil al despertarme. Vulnerable. A menudo es vago. Sin una sola amenaza. Sin una sola debilidad. Solo un sentido indefinido que algo va a salir mal y que yo seré responsable. Usualmente es después de mucha crítica. Muchas expectativas que tienen plazos cortos y que parecen demasiado grandes e inalcanzables (…). [Pero] En vez de dejarme hundir en la parálisis del miedo, o correr a un espejismo de mejores pastos, Él ha despertado un clamor por ayuda y después ha contestado con una promesa concreta. 

Estos ejemplos muestran que, aunque un cristiano termina llevando su clamor a Dios, es claro que puede tener una lucha muy real con un desánimo que lo abruma.

La depresión es un trastorno mental que se manifiesta mediante una profunda tristeza, disminución del ánimo, baja autoestima, pérdida de interés en actividades cotidianas y una reducción en las funciones psicológicas. Incluye desánimo, abatimiento y desaliento. Es posible identificarla cuando hay pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o baja autoestima, trastornos del sueño o apetito, fatiga y dificultad para concentrarse.

La depresión puede volverse crónica o recurrente, dificultando el desempeño laboral o académico, así como la capacidad para enfrentar las tareas diarias. En un nivel avanzado, la depresión clínica severa es una enfermedad común y grave que impacta a la persona tanto física como mentalmente, afectando su manera de sentir y pensar. Influye en la mente y el cuerpo, alterando el sueño, el apetito, y la percepción personal y del entorno. En su forma más extrema, puede llevar al suicidio. 

Es importante notar que la depresión puede tener un origen físico o espiritual. Si la causa es espiritual, la consejería bíblica, el estudio de la Palabra y la oración son esenciales para acercarse a Dios. Si la depresión es leve y tiene una causa física, puede tratarse sin medicamentos; sin embargo, en casos de gravedad moderada o severa, pueden ser necesarios medicamentos y psicoterapia profesional.

La depresión puede volverse crónica o recurrente, dificultando el desempeño laboral o académico, así como la capacidad para enfrentar las tareas diarias. / Foto: Envato Elements

¿Qué podemos hacer? 

Lo primero que podemos hacer por nuestro esposo deprimido es descartar que pueda ser algo médico o biológico: debemos animarlo a que realice los exámenes necesarios para descartar que los síntomas sean físicos o mentales. Ya que el cuerpo de un ser humano caído podría provocar estos episodios, las consultas con un doctor o un psiquiatra son una gran bendición.

En términos espirituales, podemos ayudarle a identificar aquellas carencias que puedan causar la depresión. Observemos si ha habido alguna pérdida reciente, como la muerte de algún pariente cercano o la pérdida de ingreso o de trabajo. Al ser diseñado como proveedor y protector, el hombre puede verse grandemente afectado emocionalmente cuando no logra cumplir con su rol.

Necesitamos ser muy empáticas. Escuchemos a nuestro esposo con ternura, compasión y misericordia. No tomemos en cuenta aquellas ofensas que pueda hacernos mientras está bajo sufrimiento. Ayudémoslo a hacerse preguntas con mucho cuidado: “¿Hay algo que no controlo y que está fuera de mi alcance?”, “¿hay algo que me cause frustración, ira o enojo?”, “¿quiero llamar la atención o necesito aprobación?”.

Necesitamos ser muy empáticas. Escuchemos a nuestro esposo con ternura, compasión y misericordia. / Foto: Unsplash

Cuando no se disipan las tinieblas, cuando se experimenta depresión espiritual, los días son grises. Dios está presente, pero no se le puede ver, ni sentir; no hay gozo, ni disfrute. Por eso, debemos ser cuidadosas de no amontonar tristeza sobre tristeza. No seamos como la esposa de Job, que luego de una gran prueba de aflicción, de pérdida de hijos e hijas, bienes y salud, le pregunta: “¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete” (Job 2:9). 

En cambio, necesitamos orar por y con él, llevarlo al evangelio, y alimentarlo con la Palabra de Dios. Recordémosle pasajes, historias y canciones; leámosle promesas y textos; hablémosle de la soberanía de Dios. Además, necesitamos respetar su silencio, aceptar sus lágrimas y acompañarle en su lamento. Algunas veces solo tendremos que caminar en silencio al lado de un hombre que está cojeando. 

Si tiene pensamientos suicidas, debemos recomendarle que busque más ayuda y acompañarle al hospital. Mientras estemos en casa, acompañémosle a levantarse de la cama, salir, comer bien y cambiarse de ropa. Animémosle a buscar la compañía y ayuda de otros. Finalmente, oremos por nosotras mismas, de manera que podamos estar en pie para ministrarle, y sigamos estudiando del tema y cómo servirle mejor.

En medio de la depresión, necesitamos orar con nuestro esposo, llevarlo al evangelio, y alimentarlo con la Palabra de Dios. / Foto: Getty Images

Predicarnos a nosotras mismas

Quiero cerrar con esta útil exhortación del pastor Piper acerca de predicarnos la Palabra. La depresión, de todas las situaciones, es cuando más necesitamos hablarnos a nosotras mismas, y cuando más necesitamos impulsar a nuestro esposo a que haga lo mismo.

Debemos aprender a pelear contra el desánimo. Es una batalla que peleamos por la fe en la gracia venidera. Se pelea predicándonos la verdad, a nosotros mismos, acerca de Dios y el futuro que Él nos promete. Eso es lo que hace el salmista en el Salmo 42: le predica a su alma angustiada, se regaña a sí mismo y discute consigo mismo. Y su argumento principal es la gracia venidera: “¡Espera en Dios! Confía en lo que Dios será para ti en el futuro. El día de la alabanza está por llegar. La presencia del Señor será toda la ayuda que necesites. Y Él ha prometido estar con nosotros para siempre”.

Martyn Lloyd-Jones, el predicador inglés del siglo veinte, creía que esta cuestión de predicarnos a nosotros mismos la verdad acerca de la gracia venidera de Dios es crucial para superar la depresión espiritual: “¿Se dan cuenta de que la mayor parte de la infelicidad en la vida se debe al hecho de que nos escuchamos a nosotros mismos en lugar de hablarnos a nosotros mismos? Tomen esos pensamientos que llegan a ustedes al momento en que se levantan a la mañana. Nosotros no los originamos, pero comienzan a hablarnos, nos traen a memoria nuevamente los problemas de ayer, etc. Alguien está hablando… ¡nuestro propio ser nos está hablando!”.


Referencias y bibliografía

Qué hacer si te sientes frágil al despertarte (https://www.desiringgod.org/articles/what-to-do-if-you-wake-up-feeling-fragile?lang=es)

Betty Scott Stam: una vida de rendición (https://www.avivanuestroscorazones.com/mujer-verdadera/blog/betty-scott-stam-una-vida-de-rendicion/

Predicarnos a nosotros mismos (https://www.desiringgod.org/articles/preach-to-yourself?lang=es

Vilma Mata de Méndez

Vilma Mata de Méndez, es consejera Biblica, entrenada por Faith Biblical Counseling y maestra de Estudios Bíblicos. Tiene un certificado Estudio de mujeres de AACC. La salvó el Señor en sus años de universidad cuando estudiaba Arquitectura. Está casada hace 32 años con el pastor Luis Méndez, tienen tres hijos, dos casadas. Sirvieron 11 años en Minneapolis, Minnesota bajo el ministerio del pastor John Piper, donde tomó clases de Fundamentos de Teología. Hoy día sirven en el Ministerio JUNTOS y Unidos, @juntosyunidos donde entrenan a parejas por medio de vídeos, y a consejeros bíblicos. Son miembros de la Iglesia Bautista Internacional. Sirven a los jugadores de béisbol y a sus esposas en MLB en Arizona, lugar donde residen.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.