La vida no se volverá más fácil: cómo enfrentar las dificultades con esperanza

El pueblo de Dios enfrenta dificultades constantes, pero la clave no está en evitarlas, sino en mirar hacia arriba y hacia atrás: a Dios y a su fidelidad.
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Hay una mentira que todos queremos creer, incluso en contra de todas las pruebas disponibles. Se aprovecha de nuestra capacidad para la esperanza, que nos ha dado Dios. Tienta incluso a aquellos con una teología impecable. Nos atrae y luego nos deja en la estacada. Suena así: “La vida será más fácil si supero este desafío actual”.

Nos sentimos así con respecto a las etapas de la vida. “Si tan solo pudiera encontrar una pareja romántica… terminar la universidad… casarme y sentar cabeza… tener hijos… sobrevivir a la etapa de los pañales… sobrevivir a los terribles dos años… sobrevivir a la adolescencia… encontrar un trabajo mejor… jubilarme… entonces, finalmente, todo estará bien”. Pensamos así sobre las tentaciones. “Si puedo acumular suficiente en mi cuenta bancaria, ya no estaré ansioso”. “Una vez que tenga mi propia casa, no envidiaré lo que otros tienen”. “Después de casarme, la pornografía ya no será un problema”.

Probablemente hayas visto anuncios de medicamentos en los que aparecen personas mayores ridículamente en forma y felices, con pelo plateado y dientes perfectos, jugando al tenis y riendo de forma despreocupada. Eso es mentira. No es verdad. En muchos años de ministerio pastoral, he visto a numerosas personas trabajar duro y honrar a Dios a través de sus años de crianza de los hijos y sus carreras, solo para jubilarse y enfrentarse a grandes desafíos. Los amigos se mudan. Se producen malentendidos con los hijos adultos. Los cónyuges mueren. Los medicamentos se multiplican. A menudo, la jubilación no es un puerto tranquilo, sino el océano abierto.

Debido a que la Biblia es realista, casi cada página desmiente la mentira. En particular, la historia lúcida de Nehemías nos recuerda que el pueblo de Dios se enfrenta a dificultades y tentaciones durante toda la vida. Al mismo tiempo, las Escrituras no son un consejo de desaliento para los que están en Cristo. Como Nehemías, podemos aprender a dejar que lo difícil sea difícil, pero también lleno de esperanza. Piensa en cómo su historia podría proporcionarte nuevas fuerzas para tu época actual, no para un futuro sin promesas.

La historia lúcida de Nehemías nos recuerda que el pueblo de Dios se enfrenta a dificultades y tentaciones durante toda la vida. / Foto: Jhon Montaña

Un mar de dificultades

Encargado de reconstruir la muralla de Jerusalén, Nehemías se encuentra rodeado de enemigos. Simplemente no cejarán en su empeño por obstaculizar su trabajo. Como Wile E. Coyote, el famoso enemigo de dibujos animados del Correcaminos, los adversarios son implacables, inquebrantables y siempre intentan nuevos planes. Su estrategia inicial para obstaculizar a Nehemías es la burla y la vergüenza pública (Neh 2:19; 4:1-3). Cuando eso falla, intentan engañarlo, molestando a Nehemías para que se reúnan en privado, con la intención de hacerle daño (6:1-4). Luego, en una carta abierta (para que se extienda el rumor), mencionan que se está rebelando contra la autoridad persa (6:5-7). Intentan arruinar su reputación (6:10-13) y envían más cartas para asustarlo (6:19).

Puedo imaginarme a Nehemías diciéndose a sí mismo: “Si consigo reconstruir este muro, la vida será más fácil”. Pero eso es mentira. Porque una vez terminado el muro, hay que reconstruir las casas de Jerusalén y repoblar la ciudad (7:4). Y, como resulta, los que llenan la ciudad son pecadores, lo que significa que Nehemías debe responder a crisis continuas y complicadas (ver Neh 13). Nunca se detiene. El pueblo de Dios se enfrenta a dificultades y tentaciones de por vida.

John Newton lo entendió. En su himno Divina gracia, proclamó su confianza en que Dios sería su escudo y su porción “hasta el fin”. Solo necesitas un escudo cuando lanzas y flechas vuelan hacia ti, así que Newton claramente creía que estarían en el aire mientras viviera. Sí, muchos “peligros, trabajos y trampas” ya eran cosa del pasado. Pero Newton sabía que la expectativa básica para el pueblo de Dios es que vendrán más. Nuestro único refugio seguro es el cielo, y no hay cielo en la tierra. (Al menos, todavía no).

Sin embargo, el realismo bíblico no tiene por qué conducir al pesimismo o la pasividad. A pesar de la fuerte oposición, Nehemías y sus seguidores siguen trabajando y terminan el muro (Neh 6:15). A pesar de la continua desobediencia de los que regresaron a Jerusalén, Nehemías sigue haciendo reformas y llamando al pueblo a volver a Dios (Neh 13). Nehemías opta por afrontar las dificultades y tentaciones reales con una esperanza enérgica en lugar de una desesperación floja. Y, si lo analizamos más detenidamente, su historia también nos muestra cómo: mirando hacia arriba y mirando hacia atrás.

El realismo bíblico no tiene por qué conducir al pesimismo o la pasividad. / Foto: Lightstock

Mirar hacia arriba

En medio de una oposición implacable, Nehemías mira hacia arriba repetidamente. Habla con el Dios del cielo que está aquí con él: “Pero ahora, oh Dios, fortalece mis manos” (6:9). Esta es la primera clave para perseverar con gozo en medio de dificultades generalizadas: mirar hacia arriba, a Dios.

Nehemías es famoso por poner su mirada en el cielo en situaciones difíciles. Nos dice que, ante la intimidante presencia del rey Artajerjes de Persia, “oraba al Dios del cielo” (2:4). Mientras relata las burlas de sus enemigos, estalla en oración: “Oye, oh Dios nuestro, cómo somos despreciados” (4:4). Es un brillante ejemplo de cómo mirar hacia arriba.

Y, por supuesto, nuestra experiencia de la presencia de Dios es mayor que la suya. Conocemos el nombre del Mesías y los detalles de Su historia. Hemos visto la gloria de Dios en el rostro de Jesús. Su mismo Espíritu vive dentro de nosotros, animándonos y dándonos valor. Disfrutamos de Su ayuda continua. A través de Él, tenemos un acceso constante y seguro al Padre. Así que, en última instancia, no necesitamos que las dificultades y las tentaciones terminen porque tenemos a Dios con nosotros en medio de ellas.

La primera clave para mantener la alegría en tiempos de dificultad es dirigir la mirada a Dios. / Foto: Envato Elements

Mirando hacia atrás

Nehemías no solo mira hacia el cielo, sino que también mira hacia atrás. La fidelidad de Dios en el pasado es una segunda fuente de esperanza indomable. Mi iglesia apoya a socios globales que recientemente se dieron cuenta de que compartir historias de la fidelidad de Dios en el campo misionero está disminuyendo notablemente sus ansiedades mientras están allí. Esto también puede ser cierto para nosotros. Al meditar en la ayuda de Dios en el pasado, nuestra confianza en Él crece en el presente.

Sin duda, esta es una de las razones de la inclusión, por lo demás desconcertante, de Nehemías 7, una larga genealogía de la primera oleada de exiliados que habían regresado a Jerusalén un siglo antes de la época de Nehemías (ver también Esdras 2). ¿Por qué incluirla aquí? Porque es un recordatorio tangible y específico de la meticulosa provisión de Dios en el pasado. Alimenta la esperanza. Del mismo modo, la celebración de la Fiesta de los Tabernáculos (Neh 8) recuerda al pueblo lo que Dios ya ha hecho por ellos.

Nosotros también deberíamos mirar atrás. “Me acuerdo de los días antiguos; en todas Tus obras medito, reflexiono en la obra de Tus manos” (Sal 143:5). Por supuesto, podemos reflexionar sobre miles de años más de fidelidad de Dios de lo que pudo hacerlo Nehemías. El caudal de la gracia de Dios ha crecido, y esa gracia ahora incluye la vida y la obra redentora de Jesús. La obra pasada de Dios alimenta la confianza presente frente a los desafíos futuros. Avanzamos mirando hacia atrás.

Adelante

El pueblo de Dios soporta dificultades y tentaciones que no terminarán antes del cielo. Seguramente, nuevas dificultades están a la vuelta de la esquina para ti, a solo un mensaje de texto, una llamada o un correo electrónico de distancia. Pero no te desesperes, y no pongas tus esperanzas en la vana expectativa de que el sufrimiento cesará. Aquí no hay paraíso.

En cambio, mira hacia atrás y mira hacia arriba. El amor de Dios sobrevivirá a cada desánimo, miedo, ansiedad, revés y tentación que enfrentemos. Nehemías nos muestra cómo soportar graves desafíos con alegre esperanza.


Publicado originalmente en Desiring God.

Stephen Witmer

Stephen Witmer (@stephenwitmer1) es pastor de Pepperell Christian Fellowship en Pepperell, Massachusetts, y profesor adjunto de Nuevo Testamento en el Seminario Teológico Gordon-Conwell. Es cofundador de Small Town Summits, una organización que sirve a iglesias y pastores rurales, y ha escrito A Big Gospel in Small Places. Él y su esposa, Emma, tienen tres hijos.

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