¿Asistirías a una boda gay?

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PRESENTADOR:

Pastor John, si uno de sus familiares lo invitara a su ceremonia del llamado “matrimonio entre personas del mismo sexo”, ¿asistiría?

JOHN PIPER:

Solo pensar en eso me rompe el corazón. Mi respuesta es: “no”. No asistiría. Y eso destrozaría el corazón de un padre quebrantado. A continuación explico por qué. Supongo que eso es lo que realmente quieren saber: no solo si iría o no, sino por qué. ¿Por qué no iría?

Definición de “matrimonio”

Primero, no es una boda, porque no es un matrimonio. Por tanto, asistir a ella como si estuvieras asistiendo a una boda es actuar con falsedad, como todos los que asisten a ella actúan con falsedad. No existe el llamado matrimonio entre personas del mismo sexo.

Dios ha definido el matrimonio como una unión pactada de por vida entre un hombre y una mujer como esposo y esposa. Ese evento no se ajusta a esa definición. Por tanto, esto no es un matrimonio, no es una boda. No mentiré al respecto al asistir.

Cómo une el cielo

Segundo, esta unión —si puedes atreverte a llamarla así— no se está uniendo en el cielo. Jesús dijo: “Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe” (Mateo 19:6). Esto es lo que hace que las bodas sean impresionantes. No son logros humanos. Dios une a un hombre y a una mujer.

En Marcos 10:9 Jesús dijo que el matrimonio se hace en el cielo —no simplemente entre dos personas o por un pastor o un juez—. Este emparejamiento entre dos hombres o dos mujeres no se hace en el cielo. Y dar la impresión de que es así, es una ofensa contra el cielo.

No celebres el pecado

Tercero, bendecir ese evento sería detestable. Sería odioso para mí hacerlo, porque estaría confirmando una vida y un estilo de vida que llevarán al infierno. El apóstol Pablo dijo: “¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10). No lo heredarán.

Celebrar este estilo de vida es celebrar la destrucción de seres humanos, y eso es abominable. Sería como reunirse para celebrar el robo, reunirse para celebrar la borrachera, reunirse para celebrar la estafa. Sería como decir: “Reunámonos todos y celebremos la codicia. Reunámonos todos y celebremos el adulterio”. Cualquiera que se une para celebrar el pecado está pecando. Yo no debería pecar.

Valorar el pacto

Cuarto, esta ceremonia profanará el misterio de la relación entre Cristo y la iglesia. Dios diseñó el matrimonio para mostrar el pacto de Cristo con Su esposa, la iglesia. Celebrar una unión sin novia o sin novio como si fuera matrimonio es distorsionar y desfigurar la parábola del acto más hermoso del mundo.

Afligido, pero con los brazos abiertos

Quinto, yo no iría porque el peso de la tristeza, el amor y la repulsión probablemente me abrumaría. No creo que pudiera soportar la participación en toda la ceremonia.

Y lo último que diría es esto: el que yo no vaya no significa que me aleje de mi hijo, sino que él se aleja de mí. Estoy donde siempre he estado: con los brazos abiertos al pródigo que vuelve a casa, dispuesto a perdonarlo todo.


Episodio original en inglés: https://www.desiringgod.org/interviews/would-you-attend-a-gay-wedding

John Piper

John Piper

John Piper (@JohnPiper) es fundador y maestro de desiringGod.org y ministro del Colegio y Seminario Belén. Durante 33 años, trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros.

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