Hay una frase popular que dice que no debemos ver películas de terror porque abrimos puertas a lo sobrenatural. Ante esto, algunos dicen que como a ellos no les provoca miedo, entonces no pasa nada y pueden disfrutar de este género. Siendo alguien que practicó lo oculto por tantos años, puedo contarles algo sobre esto. Si bien, pienso que la frase puede sonar algo extrema, creo que tiene mucha verdad. No por el hecho de ver películas de terror, sino por lo que ocasiona en nosotros. Y aquí yacen dos caminos para reflexionar. El primero abarca a las personas que sí somos sensibles ante los temas sobrenaturales que provocan en nosotros miedo, pavor, intranquilidad y hasta repugnancia. No solo preguntaría ¿por qué nos sometemos a esas emociones? Claro que, para las personas del mundo comprendo que es parte del carrusel de emociones que se buscan para «sentirse vivos», «darle emoción a sus vidas» y demás frases que gusten. Como hijos de Dios, debemos de tener en claro que estas emociones no son algo que Dios quiere para nosotros y que, de hecho, algunas de ellas pueden caer en lo pecaminoso. El estar sometiéndonos a emociones límite, contrarias a la paz, tranquilidad, y santidad que provienen de Dios no pueden hacer más que ponernos en una situación vulnerable en nuestra relación con Él. Pocas veces ponemos esto en consideración cuando hacemos lo que nuestra carne pide. Romanos 12:1 dice: «Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes» (NBLA). Aquí, Pablo es muy claro: un sacrificio vivo y SANTO, aceptable a Dios. ¿No nos exhorta este versículo cuando consumimos películas que honran a la muerte, al miedo y que en su mayoría exaltan a Satanás? En cada final, los protagonistas piensan que han vencido al mal, pero nunca es así. Como espectadores sabemos que viene una secuela pues el demonio queda suelto o no vencido. ¿Esto honra a Dios en alguna manera? ¿Cuándo vamos a aprender a decirle «no» a nuestros deseos pecaminosos? Por otro lado, están aquellos hermanos que te dicen que como el cine de terror no les provoca ninguna de estas emociones, entonces no están pecado. Bueno, vuelvo a hacerles la misma pregunta. Si sabemos que el contenido exalta al mal, a los demonios y a Satanás ¿de qué manera honra esto a Dios? ¿o es que realmente no amamos a Dios lo suficiente como para negarnos de estas películas? Aquí, vale la pena ahondar un poco más, ya que es realmente preocupante y poco se detienen a pensar en esto. Si este contenido no te provoca nada negativo ¿qué estás esperando? ¿Empezar a ver contenido cada vez más gore, más slasher, más cruel, más real? ¿Qué tan hondo estás dispuesto a hurgar para que digas: basta? En realidad, hermano, estás comenzando a insensibilizarte, a deshumanizarte y deshumanizar a los demás. La realidad, es que eres ya alguien morboso. La pregunta que realmente importa aquí es si estás dispuesto a seguir alimentando el morbo o estás listo para negarte a ti mismo y seguir a Cristo. ¿Cuál será, hermano? Creo que no es necesario recordarles la forma atroz en que murió Jesús, pero ¿recuerdan por qué lo hizo? «Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios» (1 Cor. 6:20 NBLA). Parte de nuestra forma de corresponder a esa cruz, es a través de nuestra santificación. Jesús, en Su humanidad tuvo tentaciones, y estas vinieron en un «cara a cara» contra Satanás. Nosotros no podríamos enfrentar a Satanás de esa manera, somos muy débiles para eso. Jesús lo sabe bien, por ello ha dejado al Espíritu Santo morando en nosotros. Es una buena idea comenzar a escuchar Su voz. Dios les bendiga.