Consejos para los padres de un hijo que lucha con la atracción por el mismo sexo

¿Qué enseñan las Escrituras acerca de la homosexualidad y cómo podemos responder a las luchas de un hijo que tiene esta atracción?
Foto: Syda Productions

Asistía a una peluquería donde era atendida regularmente por una mujer cristiana. Un día, ella me presentó a un compañero de trabajo, un joven llamado Octavio, a quien le compartimos la Palabra de Dios y le regalamos una biblia. Un día, Octavio me preguntó: “¿Por qué no tengo suerte en el amor? ¿Por qué siento que nadie me ama?”. Con mucho cuidado y compasión, le respondí: “Porque lo buscas en el lugar equivocado. Alguien te ha amado tanto que se ha sacrificado por ti, te ha buscado y quiere atraerte hacia Él”. 

Octavio necesitaba tener una perspectiva más elevada del amor, y lo mismo puede pasar con tu hijo —o hija (aunque de aquí adelante seguiremos usando el masculino para hacer la lectura más sencilla)— que experimenta atracción por el mismo sexo: él puede estar elevando sus sentimientos, emociones y deseos por encima de Dios. Un “homosexual” es una persona que siente atracción hacia alguien de su mismo sexo, y su tendencia puede dirigirse al deseo sexual, a la atracción romántica o a ambas. 

Es natural que surjan preguntas en nosotros como padres. 

  • ¿Será cierto lo que dice la sociedad, que se trata de algo normal? 
  • ¿Qué sucede si mi cónyuge me recomienda tener una mente abierta y aceptarlo? 
  • ¿Acaso Dios lo creó así, con una atracción por su mismo sexo? 
  • ¿Hice algo mal en su crianza? 
  • Si muchos en la sociedad (y aún ciertos círculos que se autodenominan cristianos) lo aceptan, ¿podríamos estar equivocados? 
  • Si mi hijo me avergüenza, ¿qué dirán mis amigos y conocidos? 
  • ¿Cómo puedo ser paciente y compasiva con él a pesar de que rechazo su inclinación?

Si bien no pretendo responder a todas estas preguntas en este artículo, sí quiero compartir algunos consejos para mostrar gracia a tu hijo que tiene atracción por el mismo sexo. Pero, antes de llegar allí, revisemos algunas enseñanzas bíblicas acerca de la sexualidad y la lucha con este pecado.

Una persona que experimenta atracción por el mismo sexo puede estar elevando sus sentimientos, emociones y deseos por encima de Dios. / Foto: Unsplash

Verdades fundamentales sobre la sexualidad

Recordemos algunas verdades que no son negociables. Primero, como cristianos que afirman la autoridad de la Escritura, creemos que todos hemos sido creados a la imagen de Dios y que cada persona tiene dignidad (Gn 1:27). Por eso, rechazamos el odio o temor hacia una persona por su orientación homosexual. Entonces, respetar a un hijo con esta orientación implica compartir, sin violencia, la verdad sobre la inmoralidad y la creación de Dios. Pero respetar no es igual a quedarse en silencio; si callas, promoverás esta conducta, deshonrarás a Dios y engañarás a tu hijo.

Segundo, tu hijo no nace “siendo homosexual”. La atracción por el mismo sexo no es una categoría de personalidad, como erróneamente afirmaba Sigmund Freud. Tampoco es un derecho legal, como lo respaldó la decisión del juez Obergefell en Estados Unidos al aprobar el derecho al matrimonio homosexual en el 2015. Muchos hoy argumentan que ser homosexual no es solo un asunto de identidad, sino que hay razones genéticas. Sin embargo, como afirma el pastor y doctor Miguel Núñez: “No hay estudios científicos que apoyen la etiología homosexual”.

Entonces, ¿qué es la homosexualidad?  La homosexualidad no es una condición médica, sino un contagio social; es una idolatría, no una categoría moralmente neutral. Como explica Rosaria Butterfield, es un pecado que ataca el orden de la creación en la mente, en el cuerpo y en el alma de una persona. Génesis 2 nos revela que Dios creó al ser humano “varón y hembra”, para que sean una sola carne entre ellos, por lo que la atracción por el mismo sexo no es natural (Lv18:22; 20:13; Ro 1:26-27).

Creemos que la heterosexualidad es el diseño natural de Dios para la raza humana y que la homosexualidad es el resultado de la caída del hombre. Así, incluso si tu hijo siente que su atracción homosexual parece real y natural, debes ser firme en tus convicciones bíblicas. Él se preguntará: “¿Cómo puede ser malo el estar enamorado?”, o, “si este deseo es malo, ¿por qué Dios no me lo quita?”. Sin embargo, al igual que sucede con todos los pecados, el hecho de que estén presentes en nosotros no los hace naturales.

Ahora, ¿cuáles son algunas causas de la atracción por el mismo sexo? No todos los casos son iguales; cada persona tiene razones distintas. Pero, como explica el Dr. Miguel Nuñez, algunas causas posibles son:

  • Patrón distante entre madre e hijos.
  • La madre que critica al esposo con frecuencia.
  • Idea distorsionada de la masculinidad.
  • Poca confianza en el núcleo familiar.
  • Poca confianza en los hombres como líderes cabeza de familia.
  • Madres insatisfechas que llenan sus necesidades apegándose a uno de los hijos.
  • Una mala opinión de sus padres varones.

Estas causas nos pueden dar una idea de qué cambios serán saludables para ayudar a tu hijo.

La homosexualidad es un pecado que ataca el orden de la creación en la mente, en el cuerpo y en el alma de una persona. / Foto: Unsplash

La lucha con la atracción por el mismo sexo

Ya que hemos hablado del diseño bíblico de la sexualidad, adentrémonos en cómo abordar la atracción por el mismo sexo. Antes que nada, necesitas recordar que hay esperanza para tu hijo; la experiencia de muchas familias cristianas nos dice que es posible experimentar un verdadero cambio sobre las tentaciones homosexuales. Probablemente estos sentimientos nunca desaparecerán por completo, pero sabemos de muchos creyentes que han podido disfrutar vidas heterosexuales a pesar de su lucha.

¿Cómo luchar con la orientación homosexual? Este pecado es, antes que cualquier otra cosa, un asunto de fe: si tu hijo no es creyente, la homosexualidad es el menor de sus problemas. Primero, necesita ir a Cristo para ser salvo y tener una mente renovada que odia el pecado y anhela la gloria de Dios. Solo un verdadero hijo de Dios querrá dejar de deshonrar a su Creador y oponerse a sus deseos carnales (Ro 6:11).

Como padres, deben tomar tiempo para hablar honestamente con su hijo sobre cómo funciona su cuerpo y cuáles son los roles bíblicos de la masculinidad y feminidad. Muéstrale que esta tentación puede generarle dudas acerca de la autoridad de la Biblia, pero enséñale que, como dijo Jackie Hill Perry: “Debes creer que la palabra de Dios es verdad aun si contradice la tuya”. 

Ayúdale a poner sus ojos en Cristo, mostrándole que la satisfacción de sus deseos sexuales o románticos no llenará su corazón. Las mentiras de la sociedad coinciden con las voces del corazón de tu hijo, pero él fue creado para Dios y solo Dios podrá satisfacerlo. Como dijo el rey David, Dios es el único que quien hay “deleites para siempre” (Sal 16:11).

Como padres, hay que tomar tiempo para hablar honestamente con los hijos sobre cómo funciona su cuerpo y cuáles son los roles bíblicos de la masculinidad y feminidad. / Foto: Envato Elements

No actúes con homofobia hacia tu hijo: no lo arrojes de la casa ni lo insultes por sus deseos. Sin embargo, tampoco lo apoyes en su conducta pecaminosa: él debe saber que hay reglas en tu hogar y que no estás dispuesto a aprobar ni participar de tal conducta, ya que va en contra de tus principios. Por eso, no solventes económica ni emocionalmente su tendencia a ser atraído por el mismo sexo. No des la impresión de que es un tema tabú o que prefieres vivir en negación para evitar enfrentar el problema; tu hijo debe sentir el peso de esa situación y experimentar la carga, vergüenza o tristeza que sean necesarias.

Explica a tu hijo con ternura, dulzura y aun con lágrimas en tus ojos que no vivimos por sentimientos, sino por convicción. Si sus sentimientos lo gobiernan, pasará toda una vida sufriendo por obtener momentos efímeros de placer o confort.

Debemos recordar que esta no es su identidad, sino que es alguien que está luchando con deseos sexuales. Tu hijo necesita ser ayudado pacientemente en su batalla; debe ser asistido, no rechazado. En palabras de John Piper: “Debe admitir que ha estado enamorado de todo, menos de Dios, y decir ‘Dios es fuerte y suficiente para ayudarme. Aunque no pueda dejar ir a esa persona por mí mismo, por Dios lo haré. Él me ayudará’”.

Finalmente, recuerda que Jesucristo ofrece una alternativa de sanación. A través de Él, el pecado es destruido y la persona es liberada para experimentar su verdadera identidad renovada. Esta libertad se obtiene mediante un proceso que incluye reconocer la conducta homosexual como pecado, redescubrir amistades saludables no eróticas con personas del mismo sexo, renunciar a la práctica de la conducta homosexual, y abrazar un estilo de vida sexualmente moral. Este proceso es el mismo para los heterosexuales que quieren ser libres de adulterio y fornicación.

Oración y ayuda

Permanece detrás de tu hijo en oración, paso a paso, día a día. Puedes orar así: “Señor, obstruye su camino de pecado. Obstaculiza e impide esos encuentros. Aléjalo de hombres malvados y mujeres perversas. Atrae a su camino a personas que lo acerquen a Ti, que le ministren la Palabra y lo influyan positivamente”. Ora que tu hijo sea libre de pecado. Ora que pueda confesar su pecado. Ora que desarrolle un odio más profundo por sus pecados secretos. Ora que Dios lo aparte del camino de pecadores.

Por último, busca ayuda. El evangelio cambia mentes, voluntades, ideas, afectos y anhelos, así que la consejería bíblica y la predicación de la Palabra quebrantan nuestros corazones y los de nuestros hijos. El fallo en la homosexualidad radica en no creer en la infalibilidad, inerrancia y suficiencia de las Escrituras. La lucha contra el deseo sexual ilícito se gana con la espada de la Palabra.

Vilma Mata de Méndez

Vilma Mata de Méndez, es consejera Biblica, entrenada por Faith Biblical Counseling y maestra de Estudios Bíblicos. Tiene un certificado Estudio de mujeres de AACC. La salvó el Señor en sus años de universidad cuando estudiaba Arquitectura. Está casada hace 32 años con el pastor Luis Méndez, tienen tres hijos, dos casadas. Sirvieron 11 años en Minneapolis, Minnesota bajo el ministerio del pastor John Piper, donde tomó clases de Fundamentos de Teología. Hoy día sirven en el Ministerio JUNTOS y Unidos, @juntosyunidos donde entrenan a parejas por medio de vídeos, y a consejeros bíblicos. Son miembros de la Iglesia Bautista Internacional. Sirven a los jugadores de béisbol y a sus esposas en MLB en Arizona, lugar donde residen.

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