La lectura es una actividad solitaria. Uno toma el libro, se echa en el sillón, y pasan las horas. Pero aunque la lectura es una actividad solitaria, no necesariamente es egoísta. La lectura de hecho puede ser una importante forma de amar a los demás. Estas son cinco formas de amar a los demás en tu lectura. Leer para crecer Puedes amar a los demás leyendo libros con el fin de abordar deficiencias en tu carácter o conducta. El esposo que lee Cuando pecadores dicen «acepto», de Dave Harvey, está leyendo para amar mejor a su esposa. La mujer que lee Cómo pastorear el corazón de su hijo se está capacitando para amar mejor a sus hijos criándolos según la Biblia. El miembro de la iglesia que lee Ama o muere de Alexander Strauch está aprendiendo a amar mejor a su iglesia. Asimismo, el hombre que lee Humble Roots de Hannah Anderson se capacita mejor para liderar a su familia con humildad. La mujer que lee Uprooting Anger de Robert Jones está abordando un temperamento pecaminoso para poder responder a sus hijos con paciencia y gracia. En cada caso, la lectura se hace en privado o aisladamente, pero se hace con el fin de ayudar a otros. De esta forma, la lectura es una expresión de amor. Leer para entender Otra forma de hacer de tu lectura una expresión de amor es leer libros que te ayuden a entender mejor a otras personas. Cada uno de nosotros tiene una reducida experiencia del mundo y, en consecuencia, una reducida perspectiva de él. La lectura nos ayuda a ampliar nuestra perspectiva aceptando la invitación a la experiencia de los demás. El esposo que lee Desperate de Sarah Mae’s y Sally Clarkson obtendrá una comprensión más exacta de algunos de los desafíos que enfrenta su esposa como esposa y madre. Si él lee Fierce Woman de Kimberly Wagner, puede entender mejor la lucha de su esposa con el tener una personalidad fuerte. Los miembros de la iglesia que leen libros sobre pastoreo entenderán mejor las alegrías y las pruebas que enfrentan sus pastores. Los padres que educan a sus hijos en casa y leen Going Public entenderán mejor las alegrías y desafíos de la escuela pública. En un momento en que existe una elevada consciencia de las tensiones raciales, los estadounidenses blancos pueden leer Black and Reformed de Anthony Carter, y Under Our Skin de Benjamin Watson. Esto ampliará su comprensión de maneras útiles. Y en una época cuando leemos constantes titulares acerca de la atracción hacia el mismo sexo y el transgenerismo, los cristianos harían bien en leer Washed and Waiting de Wesley Hill, o The Secret Thoughts of an Unlikely Convert de Rosaria Butterfield. Los libros permiten crecer en la comprensión de las dificultades, alegrías y experiencias de las demás personas. Esto, a su vez, te permite crecer en compasión y en tu capacidad de amar. Leer para recomendar Otra forma en que puedes amar a los demás mediante la lectura es convertirte en una especie de motor de recomendaciones. Cada iglesia necesita tener al menos unas pocas personas que hayan leído lo suficiente para que puedan dirigir a otras personas hacia recursos excelentes. Para hacer esto de manera provechosa, necesitarás leer ampliamente. Necesitarás leer no solo libros que te interesen y sean pertinentes para ti, sino también libros que tengan poca aplicación directa a tu vida. Incluso las personas casadas pueden leer algunos libros sobre soltería para que puedan recomendar uno o dos de los mejores. Aun las personas solteras pueden leer algunos libros infantiles o Biblias para niños para ayudar a los padres con recursos cuando ellos comiencen a enseñar a sus hijos acerca del Señor. Es un gran ministerio en la iglesia el recomendar libros. Quizá tú necesites convertirte en esa persona. Leer para discipular Una cuarta forma de amar a los demás mediante la lectura es leer libros con otras personas. Leer libros juntos puede funcionar como una sencilla pero potente forma de discipulado. Cuando uno lee un libro con otra persona, el autor toma el rol del maestro mientras que cada uno de los que lee puede ser el alumno. Pueden beneficiarse juntos de la sabiduría y la pericia de autores piadosos. Yo he leído La disciplina de la gracia, de Jerry Bridges con un grupo de 35 adultos jóvenes, un capítulo por semana, juntos y en voz alta, seguido de discusión. Funcionó bien. He leído Gálatas para ti, de Tim Keller, con mi esposa, algunas páginas por día cuando podíamos. He leído El llamamiento, de Os Guinness, con otras dos personas, con las que nos juntábamos los martes en la mañana mucho antes que el sol saliera para discutir la lectura de cada semana. Puedes comenzar un grupo de lectura como este para beneficio mutuo, o quizá primordialmente para beneficio de un amigo o tu cónyuge. Pero, de cualquier forma, la lectura será iniciada y completada como expresión de amor a los demás. Leer para proteger Finalmente, puedes tener tu lectura como expresión de amor a los demás cuando lees con el fin de proteger a los que amas. Así como hay un ministerio de lectura y recomendación de buenos libros, también hay un ministerio de lectura y advertencia acerca de los libros malos. Lamentablemente, estamos inundados de libros con profundas deficiencias. Y es igualmente lamentable que los éxitos de venta suelen ser los peores. Quizá a la gente de tu iglesia les estén regalando estos libros, o ellos los estén tomando sin saber lo peligrosos que son. Puedes amar y proteger a tu iglesia leyendo algunos de los éxitos de venta cristianos para entender su atractivo, entender sus peligros, y con amor advertir a las personas acerca de ellos. De estas cinco formas, la búsqueda de la lectura en solitario no necesita ser una actividad egoísta. Podemos y debemos leer como expresión de amor a los demás.