¿Y cómo harías tú?

La mayor preocupación para el hombre no debe ser en definitiva la falta de justicia entre los hombres, sino la falta de justicia frente a Dios.
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“Y habrá justicia para nosotros si nos cuidamos en observar todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, tal como Él nos ha mandado.” – Deuteronomio 6:25

Justicia. ¡Qué palabra tan golpeada! Pero la mayor preocupación para el hombre no debe ser en definitiva la falta de justicia entre los hombres, sino la falta de justicia frente a Dios. Es esto lo que realmente nos debe hacer reflexionar, la necesidad de justicia frente a un Dios justo, que no es como nosotros. Al pueblo de Israel se le exigía y se le garantizaba como resultado de observar todo lo que Dios les había mandado. La promesa es concreta: “tendréis justicia”. Sonaba bien, hasta que el pueblo supo de qué se trataban esos mandatos que debía obedecer; ni más ni menos que un reflejo del carácter santo de Dios. No se admitían errores de ninguna índole. El Señor Jesús enseñó que si nuestra justicia no superaba a la de los escribas y fariseos, no entraríamos en el reino de los cielos (Mt. 5:20) ¿Sabías que solamente una condición de perfección similar a la de Dios es necesaria para entrar en el cielo? La ley refleja esta perfección y esto era lo que se le pedía al pueblo pero que ninguno, ni ellos ni nosotros podemos cumplir. Sin embargo, allí está nuestra justicia. Pero ahora podemos dar gracias a Dios porque cuando la ley decía que debíamos cuidar de obedecer, la gracia nos dice que debemos creer, “a todo aquél que cree” (Romanos 1:16). Jesucristo ha sido manifestado como la justicia de Dios aparte de la ley, “Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción” (Romanos 3:21-22). Eso es, la fe en Jesucristo nos declara justos delante de Dios. Sólo así hay justicia para nosotros, y de ninguna otra manera. ¡Qué dicha es saber que “al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.”! (2 Corintios 5:21) ¿Qué me dices a eso? ¿Es esa tu experiencia? He aquí la justicia que es superior a la de los escribas y fariseos, que por cierto no es la nuestra sino la de Cristo. Esa es la justicia superior porque es la misma justicia de Dios que se ha manifestado para salvación y justificación de todo pecador que cree en Él. Si antes tenías cuidado de obedecer y no pudiste hacer nada, ahora te invito a tener cuidado en creer para que no haciendo nada tampoco, puedas disfrutar de los méritos de Justo y así hallarte en una correcta e inmejorable posición delante de Dios.

¡Dios te bendiga!

Tomado con permiso del Devocional Biblia, Mate y Oración (BMO) – Meditaciones diarias de la Palabra de Dios del pastor Ricardo Daglio 

Ricardo Daglio

Ricardo es pastor en la iglesia de la Unión de Centros Bíblicos en la ciudad de Villa Regina, Río Negro – Patagonia Argentina. Casado con Silvina, tiene tres hijos, Carolina, Lucas y Micaela. Sirvió al Señor como pastor en Uruguay, en la ciudad de Salto durante dieciséis años. Desde el año 2008 pastorea la iglesia local en Villa Regina. La filosofía de enseñanza bíblica es «La Biblia, versículo por versículo», la predicación expositiva secuencial de la Palabra de Dios.

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