En algún momento de mi juventud se me metió en la cabeza que las conferencias son una colosal pérdida de tiempo. De alguna manera llegué a creer que no son un buen uso del tiempo de un cristiano y desde entonces, he tenido que replantearme esta postura. Después de haber asistido a muchas conferencias maravillosas, he llegado a la conclusión de que, contrariamente a lo que creía, pueden ser una gran bendición. Ya que me han bendecido inconmensurablemente. Aunque las buenas conferencias proporcionan una enseñanza edificante, también son un tiempo de refrigerio espiritual. Son un breve tiempo para alejarse de lo ordinario y centrarse en Dios.
Como saben, suelo ir a algunas conferencias. Así que, con frecuencia me he preguntado cómo debo orar para preparar mi corazón y pedir a Dios que prepare los corazones de los demás asistentes. Como hago a menudo, decidí escribir algunos pensamientos. Se convirtieron en una oración. He aquí, pues, mi oración previa a esta conferencia. La que quizás sea de ayuda para ti.
Mi oración
Nuestro bondadoso Dios y Padre. Hoy me acerco a Tu trono, sabiendo que solo puedo presentarme ante Ti en el nombre de Jesús. Te doy gracias y te alabo por Tu bondad al permitirme hacerlo. Soy indigno de este honor, de este privilegio.
Me presento ante ti para pedir tu bendición sobre la conferencia.
Haz que los hombres que nos traerán tu palabra esta semana lo hagan con poder y con gran libertad. Acércate a cada uno de ellos. Concédeles humildad ante Tu Palabra mientras terminan sus preparativos y concédeles que se llenen de un santo temor y gravedad cuando se presenten ante Tu pueblo. Que sepan lo que es estar lleno del Espíritu. Que sepamos lo que es sentarse bajo la predicación de la Palabra. Háblanos, te lo pedimos. Habla a nuestros corazones por medio de las palabras de estos hombres. Que nunca volvamos a ser los mismos.
Acompaña a los hombres y mujeres que nos guiarán en el culto. Acércate a todos los que cantarán o tocarán instrumentos. Haz que en todas las cosas procuren servirte. Que seleccionen canciones que traigan gloria y honor a Tu nombre. Que nos guíen cantando canciones que celebren la belleza del Salvador. Que nos guíen en canciones que canten Tus maravillas, Tu gloria, Tus triunfos, Tu santidad, Tu majestad. Que todo lo que respira en ese lugar alabe al Señor. Que nuestra adoración sea una ofrenda dulce y fragante para Ti. Acéptala Señor, aunque sepamos que es pobre e imperfecta. Acéptala por Tu gracia.
Acompaña a los hombres y mujeres responsables de la organización de la conferencia. Te damos gracias por el corazón de siervo que les has dado. Te pedimos que les permitas ser una bendición para muchos de los Tuyos esta semana. Te pedimos que la conferencia se desarrolle sin problemas y que Tu mano sea evidente en todo lo que suceda.
Te pedimos que ayudes a todos los asistentes a venir a esta conferencia como verdaderos adoradores, como aquellos que te adoran en espíritu y verdad. Haz que no nos presentemos ante Ti como impostores, llenos de pecados no confesados. Danos la fuerza y la sabiduría para reconciliarnos a nuestros hermanos y hermanas antes de presentarnos ante Ti en adoración. Danos corazones con discernimiento para que podamos ver y confesar nuestros pecados ante Ti. Abre nuestros ojos para verte y conocerte de una manera nueva. Ayúdanos a no adorarte solo con nuestros labios, sino con nuestros corazones, nuestras almas y todo lo que somos. Que sea de Tu agrado.
Acompaña a Tu siervo mientras se prepara para predicar tu Palabra el domingo. Concédele que su tiempo de preparación sea fructífero y que agites su corazón con las grandes noticias del evangelio, para que pueda predicar con poder y con pasión el domingo por la mañana.
Acompáñame, Señor. Confieso que ya mi corazón está contaminado por el pecado. Al pensar en adorarte, ya me pregunto cómo me percibirán los demás hombres. Ya peco contra Ti. Extiéndeme Tu perdón misericordioso para que pueda presentarme ante Ti con un corazón limpio. Renueva en mí un espíritu recto. No me eches de Tu presencia, sino permíteme presentarme ante Ti en adoración. Mantén ante mí que obedecer es mejor que el sacrificio. Ayúdame a serte obediente en todo. Lléname de Tu espíritu. Haz que te sirva sirviendo a los demás.
Concede misericordias de viaje a los hombres y mujeres de todo el mundo que convergen en la conferencia. Mantennos a salvo en coche, avión y tren. Acelera nuestro camino mientras nos reunimos en Tu nombre.
Oramos por la paz y la unidad mientras nos reunimos. Te pedimos que haya misericordia y comprensión. Pedimos que haya una gran efusión de Tu Espíritu. Te pedimos que nos bendigas en el nombre de Jesús y por Su causa.
Te pido estas cosas humildemente y en el nombre que es sobre todo nombre. Te lo pido confiando en que Tú escuchas esta oración. Concédeme ser expectante y observador en la búsqueda de respuestas a esta oración para que pueda alabarte por Tu bondad. Que todos juntos busquemos Tu presencia y gloria en ella mientras te adoramos en esta conferencia.
Este artículo se publicó originalmente en Challies.