Por qué necesitas orar por tu pastor

Puede que estés cansado de oírlo, pero eso no lo hace menos cierto, estos han sido días difíciles para los pastores. Y creo que debes escuchar también que habrán días más difíciles por delante. Siendo así, por el bien de tu pastor y de tu iglesia, él  necesita que lo cubras en oración ahora y en las próximas semanas y meses. Los pastores, como todo el mundo, vieron sus vidas y rutinas afectadas por las cuarentenas y cierres debido al COVID 19 y ellos, como todo el mundo, tuvieron que hacer algunos ajustes significativos. Incluso los mayores opositores de los servicios grabados o transmitidos se vieron ellos mismos prontamente predicando sermones en frente del lente de una cámara. Incluso los mayores luditas se pasaron incontables horas en Zoom, ya sea para sesiones de consejería o reuniones de oración o visitas pastorales. Incluso los más extrovertidos y más comprometidos con la visita pastoral se  vieron en la situación donde estaban  físicamente separados y distanciados de las personas que Dios les había encomendado cuidar. Entonces, a medida que las restricciones han disminuido, ha correspondido a los pastores tomar la iniciativa para determinar si se reúnen, dónde y cómo se reúnen. Ha correspondido a los pastores comprender y aplicar las medidas de salud pública redundantes y a menudo contradictorias. Han sido los pastores los que se han arriesgado a que sus nombres y rostros aparezcan en los periódicos si sus iglesias se convierten en el lugar de un brote de Covid-19. Han sido los pastores los que han sentido la presión de algunos miembros para que procedan con mucha más lentitud y de otros miembros para que procedan con mucha más rapidez, de algunos para que acepten todas las recomendaciones de salud y de otros para que las rechacen todas. Han sido los pastores quienes han tenido que guiar a sus miembros a través de asuntos que caen en un área dudosa entre los asuntos de conciencia personal y los asuntos de salud pública. Cuando un prominente líder cristiano llamó a la desobediencia civil mientras que otro pidió que las iglesias permanecieran cerradas por el resto del año, fueron los pastores cuyos teléfonos comenzaron a sonar con preguntas sobre por qué sus iglesias no seguían el ejemplo de uno o del otro. Todo esto hizo que el segundo y tercer trimestres de 2020 fueran excepcionalmente difíciles para los pastores, ya que han sido llamados a guiar a las personas que aman a través de una situación para la que ninguno de ellos estaba adecuadamente preparado. Eso no quiere decir que necesiten o quieran que sientas lástima por ellos. Pero estoy convencido de que se beneficiarían de que ores especialmente por ellos. Y hay cierta urgencia aquí porque, francamente, creo que su tarea puede volverse más difícil antes de que se vuelva más fácil. Mientras que la mayoría de las congregaciones han retomado el servicio de los domingos por la mañana, pocas han vuelto a su agenda completa de ministerios, programas y reuniones. Hay servicios pero no guarderias de niños, reuniones de grupos pequeños pero no prácticas de coro. Y aunque los servicios han resumido, la mayoría de ellos todavía tienen restricciones y medidas en pie, ya sea el usar mascarillas o el sentar las familias juntas o métodos nuevos y únicos para celebrar la cena del Señor de una manera segura. Muchos pastores sienten una presión interna o externa para que dejen a un lado esas medidas particulares, para que vuelvan a iniciar todos los programas y ministerios, y para que vuelvan a la normalidad lo antes posible. Esto se complica enormemente por el hecho de que en muchas congregaciones la mitad de la iglesia considera que se trata de una emergencia de salud pública en la que el enemigo es un virus peligroso, mientras que la otra mitad lo considera una emergencia de salud espiritual en la que el enemigo es un gobierno que se extralimita en sus funciones, dos tipos de emergencia muy diferentes que obviamente requieren dos respuestas muy diferentes. Y luego está el asunto de las inminentes vacunas: si los cristianos se están peleando por si se deben poner la mascarilla o no, imaginemos, ¿qué va a pasar cuando llegue el momento de poner vacunas en nuestros cuerpos? ¿Qué tal si todas las fuertes opiniones y divisiones relacionadas con las mascarillas nos están simplemente preparando para la situación de las vacunas? No hace falta ser una persona comprometida anti-vacuna en la lucha contra el virus para sentir alguna vacilación cuando se trata de vacunas fabricadas en el marco de una asociación denominada «Operación Velocidad» (en lugar de, digamos, la «Operación Comprobada Completamente»). Sabes que va a ser una lucha cuando menos de la mitad de los canadienses, con nuestra reputación de ser complacientes, están dispuestos a estar entre los primeros en la fila para ese aplicarse la vacuna. Es demasiado pronto para saber exactamente cómo van a funcionar las vacunas en la iglesia, pero no creo que haya que ser un escéptico empedernido para imaginar que es más probable que traiga división que unidad. Habrá algunas personas que consideren que aceptar la vacuna es un poco mejor que aceptar la marca de la bestia y otras personas que crean que a los no vacunados no se les debe permitir pasar por las puertas de la iglesia. Algunos se negarán a asociarse con los obstinados que no se vacunan y otros se negarán a asociarse con aquellos que están comprometidos con el vacunarse. Los pastores tendrán que abogar por la unidad y servir como pacificadores. La realidad es que los pastores seguirán enfrentando dificultades singulares hasta que esta pandemia termine (o se desvanezca o nos mate a todos o se determine que no es grave o…). Quedan muchas decisiones por tomar, cada una de las cuales exigirá valorar y evaluar cualquier número de factores y cada una de ellas será cuestionada por al menos algunos de los miembros de la iglesia. Y todo esto nos llama a ti, a mí y a todos nosotros a orar por los pastores. Necesitarán la ayuda divina para dirigir bien y con sabiduría. Y mientras oras por ellos, no dejes de orar por ti, para que seas un ejemplo en la obediencia a este precioso versículo: “Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros (Heb. 13:17)

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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