Básicamente hay dos formas de interpretar la Biblia, una llamada alegórica y otra llamada gramatical-histórica; la alegórica es aquella forma de interpretación que dice que detrás del significado común y ordinario de las palabras hay significados ocultos, profundos y espirituales, como por ejemplo decir que las cinco piedras que tomó David para enfrentar a Goliat en realidad representan los primeros cinco libros de la Biblia o, como decir que el aceite que se usó en la parábola del buen samaritano representa al Espíritu Santo.
Por otra parte, la interpretación gramatical-histórica o histórica-gramatical, es aquella forma de comprender las Escrituras primero por medio de una lectura común y ordinaria, es decir, por medio de un método literal donde cada palabra significa lo que significa de acuerdo a su contexto, y donde se reconocen las diferentes figuras literarias; y segundo por medio de entender el tiempo histórico, cultura y circunstancias en general tanto del escritor bíblico como de sus destinatarios originales. Así que, si dice que David tomó cinco piedras, significa sencillamente que tomó cinco piedras, no hay espiritualización ni segundos significados, a menos que el autor mismo u otra parte de la Biblia nos diga lo contrario hablando del mismo pasaje (un ejemplo de esto lo podemos ver en la tipología bíblica).
Ahora bien, entendiendo los dos tipos básicos de interpretación bíblica, ¿por qué favorecer una en lugar de otra? En este caso ¿por qué favorecer la interpretación gramatical-histórica? Veamos entonces siete razones sencillas de porqué se debería entender las Escrituras de acuerdo a este método literal y ordinario.
1. Porque Dios quiso revelarse de forma escrita
En la soberanía del Creador, dentro de los medios que decidió para revelarse, estuvo la Escritura como canal de comunicación y autorevelación especial. El Señor inspiró libros que son Su Palabra perfecta, inerrante, infalible, viva y eficaz para que pasara de generación en generación; así que, si Dios decidió revelarse de esta manera, deberíamos entonces tomarla y analizarla como un escrito, como una literatura, desde luego literatura inspirada pero literatura a fin de cuentas.
2. Porque el método literal es la forma natural como leemos
Dios se reveló a Sus criaturas con una comunicación escrita natural y ordinaria. De poco serviría una revelación que nadie entiende o que pocos llegaran a recibir, Dios se reveló para que el hombre le conociera, y si lo hizo de forma escrita, lo hizo de acuerdo a como el hombre común lee, si bien hay misterios en las Escrituras, si bien hay pasajes que son complejos de interpretar, y si bien es notorio que hay lenguaje figurado en estos libros canónicos, sin embargo el grueso de la Biblia, el mensaje e hilo de pensamiento de la Palabra de Dios es comprensible lingüísticamente hablando para cualquiera que con honestidad y seriedad lee la Palabra de Dios. El Señor nos dejó las Escrituras como una guía segura, confiable y entendible para saber de Él y llegar a conocerle (Desde luego sabemos que su efectividad en nosotros también es obra de la persona del Espíritu Santo quien ilumina nuestro entendimiento y nuestro corazón).
3. Porque Dios originalmente no escribió para esta generación
Tenemos que reconocer que si bien la Palabra de Dios es también para nosotros y para toda generación, sin embargo Dios primeramente habló a receptores originales y específicos que enfrentaban circunstancias propias y puntuales. Cuando Dios inspiró a los diferentes escritores bíblicos lo hizo en gran parte para comunicar un mensaje a la misma generación de ellos, y tal mensaje fue por medio del lenguaje escrito ordinario, por ello nos preocupamos de acuerdo a la comunicación escrita común, de entender qué les dijo Dios a esta gente en particular; pues como dice Roy B. Zuck: “Es necesario que entendamos el sentido que tenía en ese entonces, antes de que podamos ver su significado para el día de hoy”. [1].
4. Porque se busca reconocer la intención del escritor inspirado
Interpretar la Biblia respetando la gramática y respetando el contexto histórico nos permite comprender el propósito del autor bíblico detrás de cada párrafo. El autor, ya sea Moisés, Isaías, Pablo o Juan, tenía un tema y a veces varios temas que quería transmitir, solamente entendiendo su contexto histórico y cultural, entendiendo sus circunstancias, y a la vez entendiendo las palabras en su propio contexto, entonces será más fácil ver el mensaje original y así realmente respetar el mensaje del escritor.
5. Porque al comprender la cultura bíblica será más fácil entender pasajes difíciles
A la mayoría nos ha pasado que al leer la Biblia nos topamos con pasajes que no significan nada para nosotros o que simplemente no entendemos qué significan, pasajes como el lavarse los pies, o el uso del velo o el rasgarse la vestiduras serán más fáciles de comprender cuando vamos y estudiamos el tiempo cultural, histórico y geográfico de dichos sucesos y pasajes. Tenemos que reconocer que hay distancias muy grandes entre los receptores originales y nosotros, por ello debemos buscar un método que procure acortar dichas distancias.
Zuck hablando de estas distancias como brechas entre los receptores originales y nosotros, dice que tenemos la brecha del tiempo (cronológica), la brecha del espacio (geografía), la brecha de las costumbres (cultura), la brecha del idioma (lingüística), la brecha de la escritura (literaria) y la brecha espiritual (sobrenatural).[2] De manera que tenemos que comenzar primero reconociendo tales distancias y luego tratar de acortarlas al acercarnos lo más que podamos a estas culturas bíblicas.
6. Porque necesitamos interpretaciones que sean objetivas
Tenemos que reconocer que interpretar de forma alegórica es interpretar por medio de la intuición, imaginación, sapiencia, creatividad y experiencias del intérprete; por ello, al depender de la persona, esta forma de entender las Escrituras cae en el campo de la especulación y así en el error de interpretar la Biblia de acuerdo a meras opiniones, y pues como las opiniones vienen y van, se convierte así la Biblia en algo subjetivo dependiendo de la manera de pensar de quien la lee.
Por lo tanto, si queremos hacerle justicia al significado de cada pasaje de las Escrituras, entonces no podemos buscar interpretar la Biblia de acuerdo a nuestra sapiencia, creatividad, ingenio, contexto e idioma, sino de acuerdo a la gramática, idioma, cultura y momento histórico de los receptores primarios. En palabras sencillas necesitamos interpretaciones que no dependan de nosotros sino de los receptores originales, esto hará que las interpretaciones sean más objetivas y precisas.
7. Porque necesitamos saber aplicar las Escrituras
Sabemos que debemos acudir a la Biblia para conocer al Señor, para saber cómo poder venir ante Él, para saber cómo adorarle, servirle, honrarle, obedecerle y así para saber cómo conducirnos en las diferentes facetas de nuestras vidas; ahora bien, es imposible aplicar correctamente la Biblia sin un correcto entendimiento de ella, es imposible saber cómo aplicar un versículo o un pasaje bíblico sin antes entenderlo en su contexto, pues como dicen los libros de hermenéutica, “una mala interpretación nos llevará a una mala aplicación”; así que entonces debemos preocuparnos en comprender correctamente la Palabra de Dios y para ello es necesario el método gramatical-histórico, pues solo reconociendo cómo determinado pasaje fue comprendido y aplicado por los receptores originales, estaremos entonces en condiciones para aplicarlo hoy a nuestras circunstancias y situaciones.
Conclusión
¿Por qué favorecer la hermenéutica histórico-gramatical? Porque Dios quiso revelarse de forma escrita, porque es la forma natural en que normalmente leemos, porque Dios se reveló a generaciones particulares, porque así se reconoce la intención del escritor inspirado, porque así reduciremos las brechas existentes entre nosotros y los receptores primarios, porque necesitamos interpretaciones más objetivas y certeras y porque necesitamos aplicar correctamente la Palabra de Dios. Debemos reconocer que los escritores y receptores originales tenían idiomas, culturas y momentos históricos específicos, que solamente comprendiéndolos, podremos entonces tener claridad en el mensaje inspirado por Dios, inicialmente para ellos pero dejado también para nosotros.
[1] Roy B. Zuck. La Interpretación Básica de la Biblia. Michoacán, México: Berea Publishing Company, 2014, 11.
[2] Ibíd., 18-22.